Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 24 de abril de 2024


Escritorio

Venezuela-Colombia: Los coletazos de la ruptura

El término de las relaciones entre Caracas y Bogotá hace temer una escalada de tensión que pueda agudizar el conflicto y desequilibrar la región. Ante esto, presidentes sudamericanos han ofrecido su mediación, entre ellos el de Brasil, quien además señala que es necesario que Unasur, y no la OEA, intervenga en esta disputa para evitar la injerencia de Estados Unidos. Mientras, analistas se cuestionan las intenciones del Presidente Uribe - quien ya anunció que recurrirá a La Haya- de lanzar sus denuncias a dos semanas de dejar el cargo.

Radio Nederland

  Viernes 23 de julio 2010 14:27 hrs. 
uribe_chavez

Compartir en

La interrupción de las relaciones entre Bogotá y Caracas, dispuesta por el presidente venezolano Hugo Chávez, presagia un período de más tensión, nuevas dificultades para la vida y el comercio a lo largo de la frontera común, y el peligro de que se produzcan incidentes que hagan escalar peligrosamente el conflicto, sin embargo, hay expertos que apuestan por un retorno a los cauces normales debido a la ineludible e histórica relación que tienen ambos países.

El propio Chávez lo advirtió al anunciar “con una lágrima en el corazón”, según dijo, la ruptura de relaciones con el vecino, un hecho que no se producía desde que hace 109 años se presentó otro conflicto político bilateral.

“No nos queda, por dignidad, sino romper totalmente las relaciones diplomáticas con la hermana Colombia y eso me produce una lágrima en el corazón”, y pidió a las fuerzas armadas estar alerta, tras acusar a su par colombiano Álvaro Uribe de ser “un mafioso capaz de cualquier cosa”, como por ejemplo “mandar a montar un campamento simulado, para bombardearlo y atacar a Venezuela”.

De la OEA a La Haya

La ruptura se produjo inmediatamente después de que Colombia presentó, ante la Organización de Estados Americanos en Washington, fotografías y vídeos que corresponderían a campamentos de guerrilleros colombianos amparados en el territorio de Venezuela.

Pero al no conseguir que la Organización de Estados Americanos impusiera una inspección en terreno en Venezuela, Uribe anunció que llegará hasta la Corte Penal Internacional (CPI), en La Haya.

Con ese propósito, al atardecer del jueves, se llevó a cabo una reunión con el Fiscal General, encargado, Guillermo Mendoza, a quien se entregó la documentación de 60 casos de ataques guerrilleros en la zona de frontera, tras los cuales los armados habrían encontrado cobijo en Venezuela.

“Si ya logramos establecer eso (la presencia guerrillera), y tenemos información de que las personas atacantes se refugian en Venezuela y las autoridades no hacen nada, y por el contrario las apoyan, pues entonces pudiéramos consolidar lo que va a ser la denuncia ante la Corte Penal Internacional”, dijo Mendoza. La figura a la que Colombia apelaría sería la de ‘crímenes de guerra’ y ‘crímenes de lesa humanidad’.

Varios presidentes latinoamericanos ya se han ofrecido como mediadores, entre ellos el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el dominicano Leonel Fernández, el uruguayo José Mujica e incluso el ecuatoriano Rafael Correa, cuyo gobierno rompió hace dos años con Bogotá, y también el secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas y ex presidente de Argentina, Néstor Kirchner.

De hecho, Lula declaró que buscará la mediación en el conflicto de Unasur, dejando de lado la eventual intromisión de la OEA pues, según publicó el diario Folha de Sao Paulo, el objetivo del presidente es “evitar que la participación de Estados Unidos desequilibre las negociaciones entre Colombia y Venezuela”.

Colombia es el principal aliado de Washington en la región y fue respaldada en la OEA por Estados Unidos en su presentación sobre la supuesta presencia de guerrilleros en Venezuela.

El propósito de Uribe

De las 424 semanas que, para el 7 de agosto próximo, Uribe habrá pasado al frente del gobierno, eligió las dos últimas para entablar la resonante denuncia de que en “Venezuela hay 1.500 guerrilleros y 87 campamentos de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y ELN (Ejército de Liberación Nacional)”, que respalda con mapas, videos e imágenes satelitales y otras pruebas obtenidas por desertores y labores de inteligencia, anunciadas durante el último mes en círculos relativamente cerrados a manera de “abrebocas” de la exposición del embajador en la OEA, Luis Alfonso Hoyos, el jueves, en Washington, ante 34 delegaciones del continente.

Aunque el grueso de las pruebas dataría de hace varios años, algunos datos recientes habrían dimensionado el paquete, pese a lo cual, en distintos círculos políticos y económicos se preguntan por qué lanzar tal ‘carga de profundidad’ en vísperas del cambio de gobierno.

“¿Qué propósito tiene esta provocación? Creo que puede haber algo detrás”, afirmó en un debate de Caracol Radio, sobre el tema, la editora política de la revista Semana, Luz María Sierra, quien calificó de “muy sospechoso”, que en vísperas de concluir el gobierno de Uribe se suscitara el debate en la OEA, cuando no se hizo otro tanto con las pruebas que según el gobierno contenía el computador de alias Raúl Reyes – muerto en enero de 2008 en un bombardeo del Ejército colombiano al campamento clandestino que tenía en Ecuador, lo que desencadenó la ruptura de relaciones por parte de Quito – y que, en su momento, de acuerdo con versiones oficiales, comprometían a cinco generales de las Fuerzas Armadas venezolanas.

La decisión de Uribe a sólo dos semanas de traspasar el poder al presidente electo Juan Manuel Santos, hace que los analistas se cuestionen si le cobra viejas facturas a Chávez ahora que no tiene mucho que perder, si torpedea las posibilidades de Santos de reconstruir las relaciones con sus vecinos, o si hubo acuerdo entre el mandatario saliente y su sucesor para tratar de descolocar a Chávez en el escenario regional.

Mayores dificultades fronterizas

Adolfo Salgueiro, profesor de estudios internacionales en universidades venezolanas, es de esa opinión. “Es evidente que el presidente Uribe, como regalo de salida le facilita la situación a Santos para que cuando éste llegue al gobierno decida si negocia o no, pero sobre la base de un hecho consumado creado por Uribe, quien ya no tiene que andar buscando votos”.

Aunque las relaciones estaban prácticamente congeladas y minimizadas desde hace un año, y el comercio había caído de 7.000 a 1.200 millones de dólares anuales, la ruptura formal se traduce en dificultades para unos dos millones de colombianos que viven en Venezuela, para la actividad en la frontera, el tránsito de personas y mercaderías; y los alertas militares hacen temer porque puedan escalar eventuales incidentes.

Sin embargo, Eugenio Marulanda, presidente de la Confederación de Cámaras de Comercio de Colombia, cree que con el advenimiento del nuevo gobierno en Colombia, las relaciones empezaran a retomar el cauce marcado por un destino geográfico e histórico ineludible, pues, ni Colombia ni Venezuela se pueden trastear, así que estarán vinculados por los siglos de los siglos.

En Venezuela, los 24 diario de mayor circulación se volcaron a esta noticia, que ha ocupado también las portadas de los medios latinoamericanos y mundiales. Desde este viernes hasta el 7 de agosto, cuando Uribe entregue la presidencia, todo será tensión. Después, todo quizá dependa del rumbo que fije Juan Manuel Santos.

Síguenos en