La peculiar gestión de Ximena Ossandón en la vicepresidencia ejecutiva de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) ha dado de que hablar. Apenas llegó al organismo dejó en claro el sello que quería dar a su administración y como símbolo de los nuevos tiempos colocó la estatua de una virgen en la entrada de las oficinas.

Por raro que esto pareciera, hasta ahí todo bien. Los problemas comenzaron con el anuncio de la eventual desvinculación de un grupo de funcionarios de confianza que no habían podido ser despedidos por una cláusula especial que tenían más de dos mil contratos firmados en diciembre de 2009.

Ossandón solicitó a Contraloría que revisara los papeles porque, según ella, cuando arribó al organismo nadie puso a disposición su cargo como se acostumbra a hacer. La profesora de inglés denunció además un déficit de cuatro mil 500 millones de pesos que se arrastraban de la administración anterior, que estaría dado por el masivo traspaso de personal que estaba a honorarios a contrato.

El problema financiero sería tal que la institución figuraría en Dicom por el no pago a proveedores.

Sin embargo, la polémica se desató también por una serie de desafortunadas declaraciones que realizó Ossandón al tratar de explicar que algunos padres abusarían de los establecimientos que dependen de la Junji.

“Cuando la mamá pueda estar con su niño, que esté, pero cuando decida irse a tomar, ir a la playa o a tomar un café con una amiga dejando al niño en nuestras salas, eso es lo que nosotros tenemos que evitar”, reclamó Ossandón.
Las palabras provocaron el rechazo de varios sectores y fueron el comidillo de las redes sociales de internet.

Ahora, la vicepresidenta de la Junji arremetió una vez más indicando que ya que los recursos son escasos había que hacer un estudio más profundo para determinar qué niños son más vulnerables. “Qué mejor como Junji que atender a todos los niños de Chile, para que todas las mamás puedan salir y pasarlo bien porque es bueno para la mente, pero los recursos son escasos y tenemos que abocarnos a los casos más críticos”, dijo.

Por lo mismo la agrupación “Mujeres por la vida” realizó una manifestación frente a las oficinas del organismo liderado por Ossandón en apoyo a la gestión anterior y para repudiar las desvinculaciones.

La socióloga Teresa Valdés, dirigente de la agrupación explicó que se trata de “un acto de protesta por las expresiones y faltas a la verdad de parte de la vicepresidenta de la JUNJI Ximena Ossandón. Nuestro movimiento destaca la idoneidad, generosidad y capacidad de Estela Ortiz, quien logró multiplicar por seis las salas cuna y jardines infantiles de la JUNJI y ayudar así a miles de familias chilenas a mejorar su calidad de vida.”

Por su parte, la ex diputada Fanny Pollarolo indicó que esto “es parte de la política de denostar la gestión de Michelle Bachelet”.

Respecto de los contratos cuestionados, Estela Ortiz precisó que todos se efectuaron bajo la toma de razón de Contraloría. “Se trató de una política de entregar educación de calidad, no sólo de construir salas cunas. Teníamos muchos funcionarios de jardines a honorarios y que pasaron a contrata por eso. Entonces me llama la atención que aleguen ahora. Antes la derecha reclamaba porque teníamos mucha gente a honorarios y ahora que se les contrata también ponen el grito en el cielo. El 87 por ciento del personal de la Junji está en jardines, el 11 por ciento en direcciones regionales y el dos por ciento en la dirección nacional”.

La presidenta de la Asociación Nacional de Funcionarios de la Junji, Julia Requena respaldó esta postura y aseguró que todos los contratos corresponden a “funcionarios para las nuevas salas cunas que se crearon el año pasado. El acuerdo entre Hacienda y la institución fue que esta gente se contrataba a honorarios, pero que eso se iba a regularizar en diciembre para que a contar del 1 de enero pudieran tener contrato. De ellos 900 son técnicos y educadoras de párvulo”.

Entre 2006 y 2010, el número de salas cunas aumentó de 708 a 4 mil 200 en todo el país. Asimismo, el personal aumentó de 6 mil 713 a 11 mil 187, tal como lo había anunciado la Presidenta Michelle Bachelet en su programa de gobierno.

Pese a la protesta Ossandón siguió adelante con sus opiniones y hoy dijo que tiene sus “sospechas que aquí hay operadores políticos porque los perfiles de ellos a veces no coinciden con los cargos que están ocupando”.