A las 3:37 de la madrugada del pasado 27 de febrero, el terremoto que afectó a varias regiones del país marcó la agenda política y humanitaria. Las consecuencias de este movimiento telúrico y un maremoto dejaron huellas profundas en cada una de las localidades destruidas. Pero este renacer de las cenizas es un objetivo que se ha repetido en la historia de nuestro país.
Por esa razón, el destacado arquitecto Miguel Lawner realizó una charla magistral sobre la historia de los terremotos, desde 1928 hasta la fecha, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. Lawner fue director Ejecutivo de la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU), dependiente del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, entre 1970-1973, período en el cual se realizaron, entre otros proyectos, la Remodelación del Parque O’Higgins, la construcción del Edificio UNCTAD III, llamado hoy Centro Cultural Gabriela Mistral; la terminación de la Remodelación San Borja y el conjunto habitacional Fundo San Luis en Las Condes, así como el plan de reconstrucción posterior al terremoto de 1971.
Este fue el escenario donde confluyeron diversos cuestionamientos a los actuales planes que está llevando adelante el Gobierno. Entre los presentes se dejó en claro que el debate y el conocimiento de nuestra historia frente a la reconstrucción es muy importante para sacar lecciones de otros procesos similares. Y hoy, esas lecciones no están siendo utilizadas.
Miguel Lawner llamó la atención sobre el grado de influencia que puede tener la colaboración de entidades privadas en este plan estratégico de reconstrucción sustentable (Pres). Lawner dice que “las suspicacias son inevitables”. En el Plan “Chile Unido Reconstruye Mejor” del ministerio de Vivienda y Urbanismo se informa que dentro de los PRES en curso se encuentra el de Constitución que cuenta con la colaboración de Forestal Arauco.
“¿Qué hace ahí Celulosa Arauco? La principal empresa industrial instalada en la zona participando en decisiones tan delicadas como la de determinar un plan de reconstrucción. ¿Quién puede dudar que se considere un conflicto de intereses? Que dicho sea de paso, es el (Arauco) principal agente contaminante de la zona. Un plan de reconstrucción debe gozar de plena neutralidad y esa independencia sólo puede emanar de las instituciones públicas”, aseguró Miguel Lawner, ganador en 1994 del Premio Alberto Risopatrón, que otorga el Colegio de Arquitectos de Chile.
Lo mismo se repite en Talca con la Consultora Polis mandatada por Empresa El Bosque S.A. del Grupo Hurtado Vicuña. Proceso que es cuestionado por la omisión de la modalidad de concurso o de licitación a través de Chilecompra.
Lawner aseguró que “la nueva forma de gobernar no puede llegar a los límites de pulverizar todos los procedimientos vigentes hasta ahora en nuestro campo de actividades” y propone que se pongan en vigencia a la brevedad los comités comunales de emergencia creados en la ley 17. 564 con la participación de los municipios y auténticos representantes de las organizaciones sociales, sindicales y las juntas de vecinos contando con los representantes del Estado. Agregó que los subsidios deberían canalizarse por medio de estos medios y ahí contarían con el respaldo de universidades y colegios profesionales.
Francisco Ferrando, director del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile, dijo que las localidades están huérfanas porque no se ha aplicado la información de estudios científicos anteriores para la actual reconstrucción. El geógrafo participó del proyecto, que a través de una licitación pública, pretendía actualizar el plan regulador de Constitución.
“Muchas laderas están inestables, zonas que deben ser investigadas para no quedar expuestas. Hay muchas localidades que para la reubicación además de depender de la propiedad de los terrenos se encuentran con carencias para aplicar los conocimientos del efecto que pueden tener nuevas réplicas o los fenómenos por las lluvias”, aseguró el académico.
Ferrando reiteró que la reutilización de antecedentes sobre las zonas de riesgo que fueron investigados antes de este mandato permitirán “no caer en los errores del pasado”.
Los expertos coinciden en que se debe respetar, ante todo, un escenario de vulnerabilidad, pero también preguntarse qué tipo de ciudad queremos reconstruir y quiénes están involucrados en esas decisiones. Y al parecer, vamos por un camino muy frágil.