Con una organización similar a la de una empresa, la nueva repartición se dividiría en dos: una, encargada de planificar y diseñar diversas estrategias y programas de desarrollo social, además de implementar un sistema nacional de inversiones.

La otra, estará encargada de la ejecución de los programas y de fortalecer la relación entre el mundo privado y el público para aprovechar mejor los recursos económicos.

El ministro de Planificación, Felipe Kast, se manifestó confiado en que la discusión parlamentaria para aprobar la creación del ministerio será rápida.

La eventual implementación del futuro ministerio cuenta, en todo caso, con varias visiones críticas, como la que planteó el director social del Hogar de Cristo, Benito Baranda, quien indicó que el ingreso ético familiar propuesto por el gobierno de Sebastián Piñera debe contar con los incentivos correctos.

Baranda también alertó sobre la necesidad de perfeccionar las políticas de vivienda que actualmente no hacen más que juntar a un gran número de personas en situación de pobreza en un mismo sector sin las condiciones de vida adecuadas.

El diputado DC Fuad Chahín, por su parte, es partidario de que junto a una nueva institucionalidad, se hagan cambios de fondo que aseguren la erradicación de la pobreza, como una reforma tributaria.

Punto en el que coincide el senador RN Francisco Chahuán, quien asegura que en la Coalición por el Cambio hay buen ánimo de legislar sobre el tema.

Mientras, el diputado socialista Osvaldo Andrade fue enfático en solicitar al ministro Kast que exista una autoridad social y no sólo un organismo que coordine los recursos y políticas sociales.

El senador UDI Pablo Longueira, por su parte, reiteró la necesidad de que el futuro ministro de Desarrollo Social tenga un rol político dentro del gobierno y planteó el concepto de ética del gasto social para no caer en los errores de gobiernos anteriores.