“Si bien no hemos cerrado la llave al diálogo, no hemos cerrado la puerta en forma total y botado la llave al mar, hasta que no veamos pruebas claras, contundentes y fehacientes no habrá ninguna posibilidad de diálogo”, dijo Santos, tras una reunión con el alto mando militar.
“Ni siquiera vamos a nombrar un comisionado de paz por el momento, porque no están dadas las condiciones”, prosiguió el mandatario.
“En materia de seguridad no podemos bajar la guardia. Necesitamos resultados todos los días”, agregó.
Santos asumió la presidencia el pasado 7 de agosto, con la promesa de mantener la política de “seguridad democrática” de su predecesor Alvaro Uribe, que privilegia el enfrentamiento militar a las guerrillas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación nacional (ELN).
Una semana antes de su investidura, las FARC propusieron un diálogo a Santos, en un video de su jefe máximo, Alfonso Cano.
El pasado 12 de agosto, un carro bomba explotó en Bogotá, en un atentado cuya autoría aún no ha sido determinada, aunque las autoridades han dicho que estudian “todas las hipótesis”, desde guerrillas izquierdistas hasta grupos de ultraderecha.
El fin de semana, el mandatario desautorizó cualquier gestión –sea interna o internacional– para un plan de paz en Colombia.
Las FARC, que han sido muy golpeadas en los años recientes, contarían en la actualidad con unos ocho mil combatientes, y el ELN con unos 2.500, según cifras de las fuerzas militares.