Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 19 de abril de 2024


Escritorio

Obama pone fin a la guerra de Irak: ¿misión cumplida?

La operación militar ‘Libertad Iraquí’ deja paso a ‘Nuevo Amanecer’, una nueva misión con "contratistas" civiles para controlar la violencia en el país. Más de siete años después de que se iniciara la invasión, la inseguridad y la inestabilidad política imperan en Irak. Las armas de destrucción masiva tampoco se encontraron.

Radio Francia Internacional

  Martes 31 de agosto 2010 16:02 hrs. 
Radio-Uchile

Compartir en

El fin de la guerra de Irak es un hecho para el Gobierno estadounidense. La Operación Libertad Iraquí, como la denominó la Administración de George W. Bush cuando ordenó derrocar a Sadam Hussein hace siete años, dará pasó a lo que ahora denomina EEUU con toda rimbombancia Operación Nuevo Amanecer, destinada a enseñar al pueblo iraquí a regir sus propios destinos. ¿Podrá el ejército estadounidense romper filas al grito de “misión cumplida”? Que Barack Obama vaya a evitar usar esa expresión en el discurso oficial que esta noche pondrá fin a la invasión, no invita a pensar eso.

“Ustedes no nos escucharán decir esas palabras”, afirmó durante una rueda de prensa el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibas, reconociendo que la salida de las tropas no significa que la violencia haya terminado.

La retirada comenzó hace dos semanas, pero no queda clara que sea tal. Cuando el 20 de marzo de 2003, un total de 225.000 soldados estadounidenses se instalaron sin dificultad en las arenas desérticas del país –apoyados por un contingente de 49.000 soldados de sus aliados-, los ciudadanos estadounidenses seguro que no imaginaron que el día de la retirada tardaría casi ocho años en llegar.

Tampoco que morirían 4.000 de sus soldados en la contienda, ni que habría que dejar 50.000 soldados “para tareas de formación y capacitación” a su marcha. Estas tareas tendrán que ser a marchas forzadas: es rara la semana en que no haya un atentado en Irak.

Así, el ejército regular estadounidense será relevado por otro menor de “contratistas civiles”, 7.000 en concreto, según informó el periódico The New York Times, lo que antes se conocía como mercenarios. Así, tendrán que ser dotados de 29 helicópteros, 1.320 tanques y 60 vehículos antiminas. Pocos lápices y folios para la enseñanza tienen cabida en un país preso aún de la violencia insurgente.

Si la misión tenía como objeto establecer la seguridad parece que no se ha conseguido. Si, en cambio, era establecer un sólido sistema político tampoco parece que ha corrido mejor suerte esa intención.

El actual jefe de Gobierno, el chiíta Nuri al Maliki carece ya de ninguna legitimidad para ejercer sus funciones, pero se aferra al cargo. Desde que el siete de marzo perdiera las elecciones frente a la coalición laica del ex primer ministro Iyad Alaui, quien las ganó al obtener 91 de los 325 escaños del parlamento –frente a 89 de Al Maliki- el relevo no tiene lugar ni tampoco se llega a un acuerdo con las otras formaciones con las que podría pactar. El plazo legal para formar el nuevo Ejecutivo venció hace tres meses.

Así las cosas, el mismo día de la retirada, la actividad en Irak del Gobierno estadounidense es febril. El vicepresidente Joe Biden aterrizó el lunes en Bagdad, por sexta vez desde que accedió al cargo en 2009, para asistir a la ceremonia de repliegue de las tropas. Esa es la versión oficial.  En realidad Biden tiene una tarea más complicada que ésa: convencer a los políticos locales para que cumplan las condiciones que establece la Constitución iraquí. ¿Y las armas de destrucción masiva? Ése fue el motivo de la invasión y al final no se encontraron, tampoco nadie habla de ellas.

Síguenos en