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Investigadores de la U de Chile logran criopreservar células grasas

Investigadores de la Universidad de Chile desarrollaron un nuevo protocolo para conservar las células grasas al menos durante tres meses sin que pierdan su vitalidad, lo que permite su uso diferido. El mecanismo podría ser utilizado en cirugías cosméticas y reconstructivas.

Cecilia Coddou

  Lunes 13 de septiembre 2010 18:03 hrs. 
liposucción

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Investigadores de la Facultad de Medicina de la U. de Chile encontraron la forma de criopreservar grasa humana por más de tres meses sin que pierda vitalidad. Hasta ahora esto no se había podido realizar debido a que este tipo de células son muy lábiles y cuando se someten a bajas temperaturas sus membranas hiperextendidas suelen dañarse.

Los científicos chilenos, dirigidos por el doctor Pablo Caviedes, académico del Programa de Farmacología Molecular y Clínica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM), y el doctor Esteban González, tesista del Programa de Doctorado en Ciencias Médicas, desarrollaron un protocolo que les ha permitido congelar las células grasas sin que pierdan su estructura ni vitalidad.

De hecho, junto a un equipo multidisciplinario de especialistas en cirugía plástica y hematología, han autoimplantado exitosamente el tejido criopreservado en pacientes, con resultados muy satisfactorios.

Esto es particularmente relevante en aquellos sujetos que se someten a cirugías cosméticas de liposucción y que destinan parte de la grasa que se les extrae al relleno de otras zonas del cuerpo como, por ejemplo, glúteos, senos o pantorrillas. Esta práctica, denominada lipoescultura, suele tener algunos inconvenientes: “En los primeros meses el relleno disminuye porque, por una parte, baja el edema o inflamación que se produce a raíz de la intervención quirúrgica y además un porcentaje de las células se absorbe, lo que no puede subsanarse traspasando una mayor cantidad de las mismas durante la operación, debido a que esa zona ya está traumatizada”, comenta el doctor Caviedes.

De ahí que en los meses siguientes a la cirugía muchas veces sea necesario hacer retoques. “Si una mujer estaba contenta porque había aumentado el tamaño de su busto según sus expectativas, es muy probable que con el paso de las semanas deba conformarse con un incremento menor del esperado. Por eso, tener la oportunidad de guardar la grasa que sobró durante la liposucción y que actualmente se descarta, permitirá a los pacientes hacerse esos retoques sin mayores inconvenientes”.

Pero la innovadora técnica chilena no sólo está orientada a cirugías estéticas, también será de gran ayuda para las reconstructivas. “Por ejemplo, personas que han sufrido lesiones que las desfiguraron o invalidaron, o que han sido sometidas a cirugías resectivas extensas debido a tumores. En estos casos estas zonas pueden ser rellenadas con grasa del mismo paciente que no es rechazada por el organismo”, comenta el médico.

Asimismo, de este tejido se pueden extraer células madre, con aplicación a otras patologías, añade.

Protocolo patentable

El doctor Caviedes dice que las células grasas conservan su estructura y vitalidad hasta en un 90 por ciento  gracias a la novedosa combinación de criopreservantes utilizada por el equipo chileno y al uso de suero proveniente del propio paciente, que es extraído a partir de su sangre.

“Las células grasas tienen una geometría que hacen muy difícil su criopreservación pues se encuentra extendidas tal como si fuesen globos. Ello porque el frío produce cristales dentro de las membranas que terminan actuando como agujas. Sin embargo, al usar una mezcla específica de criopreservantes hemos logrado evitar este problema. A ello sumamos el uso de suero autólogo enriquecido con plaquetas, un aditivo muy importante, ya que favorece el cultivo, la criopreservación y adecuada recepción que hace el paciente de sus propias células”, explica.

Para ello basta con que al sujeto se le extraiga sangre unos días antes de la operación de tal manera que el suero pueda ser preparado y empleado de acuerdo al protocolo desarrollado por el equipo. “Tiene factores angiogénicos que favorecen la formación de vasos sanguíneos, mejora el lecho del paciente y hace que las células grasas encuentren un ambiente más nutritivo en el sitio del implante”, apunta el doctor Caviedes.

Finalmente, el académico acota que la tecnología desarrollada es patentable, ya que se trata en esencia de un método de criopreservación de grasa humana autóloga en lipotransferencia diferida, con aplicación tanto cosmética como de cirugía reparativa. El plan de los científicos chilenos implica tramitar protección intelectual en Estados Unidos, Europa, Canadá y Japón.

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