ETA vuelve a colarse en las relaciones entre Madrid y Caracas
Dos etarras aseguran que recibieron entrenamiento en Caracas. El presidente venezolano, Hugo Chávez, niega las acusaciones de los terroristas. Mientras, su embajador en España acusa a sus autoridades de forzar a Xavier Atristain y Juan Carlos Besance para obtener esa confesión.
Radio Francia Internacional
Martes 5 de octubre 2010 16:02 hrs.
El halo de ETA vuelve a ensombrecer las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela. Este nuevo episodio comenzó el lunes, cuando Xavier Atristain y Juan Carlos Besance, dos presuntos miembros de la banda armada vasca detenidos recientemente, aseguraron en su declaración ante la policía española que habían recibido entrenamiento en Venezuela para sus actividades terroristas.
¿Su contacto? Arturo Cubillas, reclamado por la justicia española desde 1985 por asesinato y ahora jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras del Gobierno de Hugo Chávez. El hombre que provocó la anterior tormenta entre ambos países por sus supuestas vinculaciones con ETA y por su cercanía al Ejecutivo venezolano.
Ahora se ha vuelto a repetir el círculo de la primera crisis: el Ministerio de Exteriores de España pidió explicaciones a Venezuela, ésta niega vinculación alguna con ETA y España acepta las explicaciones. Pero esta vez se introduce un elemento nuevo: el embajador venezolano en España, Isaías Rodríguez, ha declarado hoy ante los medios que tiene “serias dudas” sobre que las declaraciones de los etarras hayan sido voluntarias. “Aun siendo conscientes de que no debe ocurrir la tortura, las amenazas contra seres queridos o bien recompensas para que se pronunciaran en la forma en que lo hicieron”, son los métodos que sospecha el embajador que se han podido utilizar para arrancar la confesión.
Atristain y Besance han asegurado que cuando aterrizaron en Caracas en 2008 fueron recogidos por Cubillas Fontán, quien supuestamente los recibió y les facilitó cobijo en los suburbios de la ciudad. Allí recibieron cursos de electrónica y manejo de explosivos, según sus palabras, después prácticas de tiro. Aseguran que estuvieron permanentemente acompañados por Cubillas Fontán, nombre que apareció vinculado por primera vez con los entrenamientos de terroristas en los ordenadores del fallecido cabecilla de las FARC Raúl Reyes, y que está casado con Goizeder Odriozola, jefa de prensa de la Vicepresidencia venezolana.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, negó la pasada madrugada la veracidad de las declaraciones de los dos etarras. Chávez “refuta” cualquier vínculo con la banda armada y señala que no se puede dar crédito a declaraciones de “dos criminales sanguinarios desprovistos de calidad humana y moral”, sostuvo en declaraciones a una radio venezolana. Asimismo rechazó “sin paliativos” las actividades de ETA.
En el comunicado, Chávez recordó que España y Venezuela “cuentan con un amplio abánico de instancias de cooperación”, en particular en los ámbitos policial y judicial, reafirmando “la plena disposición” de Caracas a activarlos cuando el Gobierno español lo considere oportuno.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores español ha considerado “adecuada” la respuesta, que ha tildado de “contundente”, dada por el Ejecutivo de Hugo Chávez, según un portavoz recogido por la agencia Europa Press. Sin embargo, no cierra una posible crisis entre los dos países, ya que la declaración se hizo antes de las duras acusaciones del embajador venezolano.
El halo de ETA vuelve a ensombrecer las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela. Este nuevo episodio comenzó el lunes, cuando Xavier Atristain y Juan Carlos Besance, dos presuntos miembros de la banda armada vasca detenidos recientemente, aseguraron en su declaración ante la policía española que habían recibido entrenamiento en Venezuela para sus actividades terroristas.
¿Su contacto? Arturo Cubillas, reclamado por la justicia española desde 1985 por asesinato y ahora jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras del Gobierno de Hugo Chávez. El hombre que provocó la anterior tormenta entre ambos países por sus supuestas vinculaciones con ETA y por su cercanía al Ejecutivo venezolano.
Ahora se ha vuelto a repetir el círculo de la primera crisis: el Ministerio de Exteriores de España pidió explicaciones a Venezuela, ésta niega vinculación alguna con ETA y España acepta las explicaciones. Pero esta vez se introduce un elemento nuevo: el embajador venezolano en España, Isaías Rodríguez, ha declarado hoy ante los medios que tiene “serias dudas” sobre que las declaraciones de los etarras hayan sido voluntarias. “Aun siendo conscientes de que no debe ocurrir la tortura, las amenazas contra seres queridos o bien recompensas para que se pronunciaran en la forma en que lo hicieron”, son los métodos que sospecha el embajador que se han podido utilizar para arrancar la confesión.
Atristain y Besance han asegurado que cuando aterrizaron en Caracas en 2008 fueron recogidos por Cubillas Fontán, quien supuestamente los recibió y les facilitó cobijo en los suburbios de la ciudad. Allí recibieron cursos de electrónica y manejo de explosivos, según sus palabras, después prácticas de tiro. Aseguran que estuvieron permanentemente acompañados por Cubillas Fontán, nombre que apareció vinculado por primera vez con los entrenamientos de terroristas en los ordenadores del fallecido cabecilla de las FARC Raúl Reyes, y que está casado con Goizeder Odriozola, jefa de prensa de la Vicepresidencia venezolana.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, negó la pasada madrugada la veracidad de las declaraciones de los dos etarras. Chávez “refuta” cualquier vínculo con la banda armada y señala que no se puede dar crédito a declaraciones de “dos criminales sanguinarios desprovistos de calidad humana y moral”, sostuvo en declaraciones a una radio venezolana. Asimismo rechazó “sin paliativos” las actividades de ETA.
En el comunicado, Chávez recordó que España y Venezuela “cuentan con un amplio abánico de instancias de cooperación”, en particular en los ámbitos policial y judicial, reafirmando “la plena disposición” de Caracas a activarlos cuando el Gobierno español lo considere oportuno.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores español ha considerado “adecuada” la respuesta, que ha tildado de “contundente”, dada por el Ejecutivo de Hugo Chávez, según un portavoz recogido por la agencia Europa Press. Sin embargo, no cierra una posible crisis entre los dos países, ya que la declaración se hizo antes de las duras acusaciones del embajador venezolano.
El halo de ETA vuelve a ensombrecer las relaciones diplomáticas entre España y Venezuela. Este nuevo episodio comenzó el lunes, cuando Xavier Atristain y Juan Carlos Besance, dos presuntos miembros de la banda armada vasca detenidos recientemente, aseguraron en su declaración ante la policía española que habían recibido entrenamiento en Venezuela para sus actividades terroristas.
¿Su contacto? Arturo Cubillas, reclamado por la justicia española desde 1985 por asesinato y ahora jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras del Gobierno de Hugo Chávez. El hombre que provocó la anterior tormenta entre ambos países por sus supuestas vinculaciones con ETA y por su cercanía al Ejecutivo venezolano.
Ahora se ha vuelto a repetir el círculo de la primera crisis: el Ministerio de Exteriores de España pidió explicaciones a Venezuela, ésta niega vinculación alguna con ETA y España acepta las explicaciones. Pero esta vez se introduce un elemento nuevo: el embajador venezolano en España, Isaías Rodríguez, ha declarado hoy ante los medios que tiene “serias dudas” sobre que las declaraciones de los etarras hayan sido voluntarias. “Aun siendo conscientes de que no debe ocurrir la tortura, las amenazas contra seres queridos o bien recompensas para que se pronunciaran en la forma en que lo hicieron”, son los métodos que sospecha el embajador que se han podido utilizar para arrancar la confesión.
Atristain y Besance han asegurado que cuando aterrizaron en Caracas en 2008 fueron recogidos por Cubillas Fontán, quien supuestamente los recibió y les facilitó cobijo en los suburbios de la ciudad. Allí recibieron cursos de electrónica y manejo de explosivos, según sus palabras, después prácticas de tiro. Aseguran que estuvieron permanentemente acompañados por Cubillas Fontán, nombre que apareció vinculado por primera vez con los entrenamientos de terroristas en los ordenadores del fallecido cabecilla de las FARC Raúl Reyes, y que está casado con Goizeder Odriozola, jefa de prensa de la Vicepresidencia venezolana.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, negó la pasada madrugada la veracidad de las declaraciones de los dos etarras. Chávez “refuta” cualquier vínculo con la banda armada y señala que no se puede dar crédito a declaraciones de “dos criminales sanguinarios desprovistos de calidad humana y moral”, sostuvo en declaraciones a una radio venezolana. Asimismo rechazó “sin paliativos” las actividades de ETA.
En el comunicado, Chávez recordó que España y Venezuela “cuentan con un amplio abánico de instancias de cooperación”, en particular en los ámbitos policial y judicial, reafirmando “la plena disposición” de Caracas a activarlos cuando el Gobierno español lo considere oportuno.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores español ha considerado “adecuada” la respuesta, que ha tildado de “contundente”, dada por el Ejecutivo de Hugo Chávez, según un portavoz recogido por la agencia Europa Press. Sin embargo, no cierra una posible crisis entre los dos países, ya que la declaración se hizo antes de las duras acusaciones del embajador venezolano.
