El cientista político Guillermo Holzmann aseguró que China cometería un error al cambiar su relación con Noruega por el Premio Nobel de la Paz concedido al disidente Liu Xiabo.
Para el académico de la Universidad de Chile, el gobierno chino tendrá que aceptar la decisión del Comité del Premio Nobel, que no tiene que ver ni con el Ejecutivo de Suecia, donde funciona, ni con el de Noruega, donde se entrega el galardón.
En el programa “Semáforo” de Radio Universidad de Chile, el analista internacional dijo que el país asiático intentará neutralizar este hecho y evitar que tenga mayor trascendencia para no perjudicar su actual situación económica global.
“China está en una situación complicada, con muchas denuncias sobre Derechos Humanos, y lo que ha hecho la Academia es colocar el tema ciudadano y de DD.HH. en la agenda internacional. Y China no lo puede evitar”, aseguró.
Holzmann añadió que “probablemente es un tema muy importante para China, porque ha logrado posicionarse como un gigante económico, una economía de mercado reconocida y una potencia que tiene la capacidad de confrontar su poder con EE.UU. y Europa. Obviamente este es un tema que habla de una debilidad quizás mucho más importante para la sociedad civil”.
Holzmann destacó la labor de Liu Xiabo como defensor de valores democráticos como la libertad de expresión y el multipartidismo, que están consagrados en la Constitución china pero no son respetados por el Gobierno de esa nación.
El cientista político aseguró que este premio tendrá consecuencias para Occidente, puesto que los electores toman esta decisión pensando en cómo debería funcionar el mundo, lo que no se condice con este régimen totalitario.
Antigua figura del movimiento democrático de Tiananmen en 1989, Xiaobo fue sentenciado a 11 años de cárcel en 2009 bajo el cargo de “subversión” por ser uno de los 300 firmantes de la “Charter 08”, texto que reclama una China democrática. Antes ya había sido encarcelado varias veces por sus ideas y sus críticas al régimen comunista.
Su condecoración fue recibida con alegría por el Dalai Lama, líder espiritual tibetano, quien lo felicitó, exigió su liberación y la de otros “prisioneros de conciencia” recluidos por ejercer la “libertad de expresión”.
El exiliado líder espiritual -que obtuvo el galardón en 1989- dijo que “concederle el Premio de la Paz supone el reconocimiento de la comunidad internacional sobre las crecientes voces en el pueblo chino que quieren empujar a China hacia reformas políticas, legales y constitucionales”.
El cientista político Guillermo Holzmann aseguró que China cometería un error al cambiar su relación con Noruega por el Premio Nobel de la Paz concedido al disidente Liu Xiabo.
Para el académico de la Universidad de Chile, el gobierno chino tendrá que aceptar la decisión del Comité del Premio Nobel, que no tiene que ver ni con el Ejecutivo de Suecia, donde funciona, ni con el de Noruega, donde se entrega el galardón.
En el programa “Semáforo” de Radio Universidad de Chile, el analista internacional dijo que el país asiático intentará neutralizar este hecho y evitar que tenga mayor trascendencia para no perjudicar su actual situación económica global.
“China está en una situación complicada, con muchas denuncias sobre Derechos Humanos, y lo que ha hecho la Academia es colocar el tema ciudadano y de DD.HH. en la agenda internacional. Y China no lo puede evitar”, aseguró.
Holzmann añadió que “probablemente es un tema muy importante para China, porque ha logrado posicionarse como un gigante económico, una economía de mercado reconocida y una potencia que tiene la capacidad de confrontar su poder con EE.UU. y Europa. Obviamente este es un tema que habla de una debilidad quizás mucho más importante para la sociedad civil”.
Holzmann destacó la labor de Liu Xiabo como defensor de valores democráticos como la libertad de expresión y el multipartidismo, que están consagrados en la Constitución china pero no son respetados por el Gobierno de esa nación.
El cientista político aseguró que este premio tendrá consecuencias para Occidente, puesto que los electores toman esta decisión pensando en cómo debería funcionar el mundo, lo que no se condice con este régimen totalitario.
Antigua figura del movimiento democrático de Tiananmen en 1989, Xiaobo fue sentenciado a 11 años de cárcel en 2009 bajo el cargo de “subversión” por ser uno de los 300 firmantes de la “Charter 08”, texto que reclama una China democrática. Antes ya había sido encarcelado varias veces por sus ideas y sus críticas al régimen comunista.
Su condecoración fue recibida con alegría por el Dalai Lama, líder espiritual tibetano, quien lo felicitó, exigió su liberación y la de otros “prisioneros de conciencia” recluidos por ejercer la “libertad de expresión”.
El exiliado líder espiritual -que obtuvo el galardón en 1989- dijo que “concederle el Premio de la Paz supone el reconocimiento de la comunidad internacional sobre las crecientes voces en el pueblo chino que quieren empujar a China hacia reformas políticas, legales y constitucionales”.
El cientista político Guillermo Holzmann aseguró que China cometería un error al cambiar su relación con Noruega por el Premio Nobel de la Paz concedido al disidente Liu Xiabo.
Para el académico de la Universidad de Chile, el gobierno chino tendrá que aceptar la decisión del Comité del Premio Nobel, que no tiene que ver ni con el Ejecutivo de Suecia, donde funciona, ni con el de Noruega, donde se entrega el galardón.
En el programa “Semáforo” de Radio Universidad de Chile, el analista internacional dijo que el país asiático intentará neutralizar este hecho y evitar que tenga mayor trascendencia para no perjudicar su actual situación económica global.
“China está en una situación complicada, con muchas denuncias sobre Derechos Humanos, y lo que ha hecho la Academia es colocar el tema ciudadano y de DD.HH. en la agenda internacional. Y China no lo puede evitar”, aseguró.
Holzmann añadió que “probablemente es un tema muy importante para China, porque ha logrado posicionarse como un gigante económico, una economía de mercado reconocida y una potencia que tiene la capacidad de confrontar su poder con EE.UU. y Europa. Obviamente este es un tema que habla de una debilidad quizás mucho más importante para la sociedad civil”.
Holzmann destacó la labor de Liu Xiabo como defensor de valores democráticos como la libertad de expresión y el multipartidismo, que están consagrados en la Constitución china pero no son respetados por el Gobierno de esa nación.
El cientista político aseguró que este premio tendrá consecuencias para Occidente, puesto que los electores toman esta decisión pensando en cómo debería funcionar el mundo, lo que no se condice con este régimen totalitario.
Antigua figura del movimiento democrático de Tiananmen en 1989, Xiaobo fue sentenciado a 11 años de cárcel en 2009 bajo el cargo de “subversión” por ser uno de los 300 firmantes de la “Charter 08”, texto que reclama una China democrática. Antes ya había sido encarcelado varias veces por sus ideas y sus críticas al régimen comunista.
Su condecoración fue recibida con alegría por el Dalai Lama, líder espiritual tibetano, quien lo felicitó, exigió su liberación y la de otros “prisioneros de conciencia” recluidos por ejercer la “libertad de expresión”.
El exiliado líder espiritual -que obtuvo el galardón en 1989- dijo que “concederle el Premio de la Paz supone el reconocimiento de la comunidad internacional sobre las crecientes voces en el pueblo chino que quieren empujar a China hacia reformas políticas, legales y constitucionales”.
