De acuerdo a la CASEN 2009:
El once por ciento de los trabajadores chilenos gana el mínimo
En momentos en que el gobierno se dispone a instalar un nuevo trato laboral, hoy 720 mil empleados ganan una renta de $172.000 mensuales, según la última CASEN. Incluso hay algunos que perciben menos. Muchos se desempeñan como empleados u obreros en el sector privado y tienen entre 25 y 34 años.Para avanzar hacia un ingreso ético y despolitizar la discusión de salario mínimo, el gobierno creó una Comisión Técnica encargada de calcular anualmente el monto de la remuneración básica. Las propuestas de la instancia debieran conocerse en los próximos días, sin embargo, los expertos que conforman la mesa aún no llegan a consenso.
Lunes 25 de octubre 2010 21:38 hrs.
Casi el once por ciento de la fuerza laboral del país, que en cifras reales alcanza a casi 720 mil personas, percibe como tope el monto del salario mínimo.
Así se desprende de la encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) de 2009, la cual precisa que el 75% del total de los empleados que obtienen dicha renta se desempeña como obrero de pequeñas industrias del sector privado o en servicios domésticos.
El año pasado la remuneración básica alcanzaba los 165 mil pesos y actualmente por ley se ubica en 172 mil pesos mensuales.
En términos demográficos, el estudio del ministerio de Planificación precisa que el 27% de los trabajadores de entre 18 y 21 años percibe mensualmente entre 1 y 1,25 salarios mínimos. Mientras tanto, el 19% de las mujeres percibe este sueldo, frente al 14% de los hombres.
El docente de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Joseph Ramos, dice que el sueldo mínimo se concentra “en personas que en general son de baja calificación o de poca experiencia. En este último caso me refiero a gente joven que ingresa al mercado del trabajo y que al carecer de experiencia tiene escasa productividad. También el salario mínimo suele tener peso en actividades como la agricultura donde los requerimientos por mano de obra calificada son relativamente bajos”.
A su vez, Cristóbal Huneeus, profesor del Departamento de Ingeniería Industrial de nuestra casa de estudios y ex coordinador de Mercado Laboral del ministerio de Hacienda durante la gestión de Andrés Velasco, confirma que el salario mínimo estaría vinculado a la baja productividad, pero precisa que esta variable no sólo depende de la calificación del trabajador, sino también de la relación entre éste y su empleador.
“Los trabajadores que ganan el mínimo son aquellos que no tienen las redes de contactos suficientes para encontrar el empleo adecuado o que en el trabajo donde están son poco productivos. Cabe decir -eso sí- que la productividad laboral no es un problema sólo de los trabajadores sino también de la empresa, en el entendido de que ésta es el resultado de la interacción entre los empleados, el capital y empleador”, explicó el economista.
Interdependencia de salario y pobreza
En la última CASEN, la línea de pobreza subió de 47mil 099 pesos mensuales por persona a 64 mil 134 pesos, con lo cual, para que un hogar de cinco personas salga de esa situación requiere un ingreso mensual de 320 mil 760 pesos.
Ante este panorama, la directora de la ONG Programa de Economía del Trabajo, Carmen Espinosa, plantea que uno de los mecanismos más eficaces, pero también más rehusados por los actores del mercado laboral para superar este flagelo es elevar el monto real del sueldo básico.
“Muchos de los integrantes que promueven las políticas públicas y de los están en el sector empresarial no son partidarios de elevar el sueldo mínimo. Sin embargo, el perfeccionamiento de este instrumento ayudaría a superar la línea de pobreza, porque no sólo tiene que ver con el ingreso monetario, sino con una serie de otros índices que van generando vinculaciones virtuosas en la economía”, subraya la abogada laboralista.
El 27 de julio pasado los ministerios de Hacienda y Trabajo crearon una Comisión Técnica para elaborar una metodología de cálculo anual del salario mínimo.
La idea de algunos de los expertos de la comisión que preside el coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), Harald Beyer, es plantear una fórmula de incremento automático sobre la base de variables como inflación esperada, Producto Interno Bruto potencial, precio del cobre, productividad y desocupación.
No obstante, el secretario ejecutivo de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL) y uno de los representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en la mesa, Roberto Morales, asegura que el reajuste automático “aún no está definido” y plantea que “el salario mínimo debería considerar más allá de la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo, algún componente que tenga que ver con los ciclos económicos o el crecimiento del país, los cuales puedan cuantificarse y ser traspasados al nivel de remuneraciones”.
Morales agrega que “las personas que ganan el sueldo mínimo… son aquellas que tienen las peores condiciones para negociar con su empleador, dado que están en organizaciones muy pequeñas, en condiciones muy desfavorables y porque en Chile no existen mecanismos legales efectivos que den cuenta de negociaciones reales y simétricas entre trabajador y empleador”.
La instancia asesora laboral del gobierno en los primeros días de noviembre debería hacer públicas sus propuestas en materia de salario mínimo.
Casi el once por ciento de la fuerza laboral del país, que en cifras reales alcanza a casi 720 mil personas, percibe como tope el monto del salario mínimo.
Así se desprende de la encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) de 2009, la cual precisa que el 75% del total de los empleados que obtienen dicha renta se desempeña como obrero de pequeñas industrias del sector privado o en servicios domésticos.
El año pasado la remuneración básica alcanzaba los 165 mil pesos y actualmente por ley se ubica en 172 mil pesos mensuales.
En términos demográficos, el estudio del ministerio de Planificación precisa que el 27% de los trabajadores de entre 18 y 21 años percibe mensualmente entre 1 y 1,25 salarios mínimos. Mientras tanto, el 19% de las mujeres percibe este sueldo, frente al 14% de los hombres.
El docente de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Joseph Ramos, dice que el sueldo mínimo se concentra “en personas que en general son de baja calificación o de poca experiencia. En este último caso me refiero a gente joven que ingresa al mercado del trabajo y que al carecer de experiencia tiene escasa productividad. También el salario mínimo suele tener peso en actividades como la agricultura donde los requerimientos por mano de obra calificada son relativamente bajos”.
A su vez, Cristóbal Huneeus, profesor del Departamento de Ingeniería Industrial de nuestra casa de estudios y ex coordinador de Mercado Laboral del ministerio de Hacienda durante la gestión de Andrés Velasco, confirma que el salario mínimo estaría vinculado a la baja productividad, pero precisa que esta variable no sólo depende de la calificación del trabajador, sino también de la relación entre éste y su empleador.
“Los trabajadores que ganan el mínimo son aquellos que no tienen las redes de contactos suficientes para encontrar el empleo adecuado o que en el trabajo donde están son poco productivos. Cabe decir -eso sí- que la productividad laboral no es un problema sólo de los trabajadores sino también de la empresa, en el entendido de que ésta es el resultado de la interacción entre los empleados, el capital y empleador”, explicó el economista.
Interdependencia de salario y pobreza
En la última CASEN, la línea de pobreza subió de 47mil 099 pesos mensuales por persona a 64 mil 134 pesos, con lo cual, para que un hogar de cinco personas salga de esa situación requiere un ingreso mensual de 320 mil 760 pesos.
Ante este panorama, la directora de la ONG Programa de Economía del Trabajo, Carmen Espinosa, plantea que uno de los mecanismos más eficaces, pero también más rehusados por los actores del mercado laboral para superar este flagelo es elevar el monto real del sueldo básico.
“Muchos de los integrantes que promueven las políticas públicas y de los están en el sector empresarial no son partidarios de elevar el sueldo mínimo. Sin embargo, el perfeccionamiento de este instrumento ayudaría a superar la línea de pobreza, porque no sólo tiene que ver con el ingreso monetario, sino con una serie de otros índices que van generando vinculaciones virtuosas en la economía”, subraya la abogada laboralista.
El 27 de julio pasado los ministerios de Hacienda y Trabajo crearon una Comisión Técnica para elaborar una metodología de cálculo anual del salario mínimo.
La idea de algunos de los expertos de la comisión que preside el coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), Harald Beyer, es plantear una fórmula de incremento automático sobre la base de variables como inflación esperada, Producto Interno Bruto potencial, precio del cobre, productividad y desocupación.
No obstante, el secretario ejecutivo de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL) y uno de los representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en la mesa, Roberto Morales, asegura que el reajuste automático “aún no está definido” y plantea que “el salario mínimo debería considerar más allá de la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo, algún componente que tenga que ver con los ciclos económicos o el crecimiento del país, los cuales puedan cuantificarse y ser traspasados al nivel de remuneraciones”.
Morales agrega que “las personas que ganan el sueldo mínimo… son aquellas que tienen las peores condiciones para negociar con su empleador, dado que están en organizaciones muy pequeñas, en condiciones muy desfavorables y porque en Chile no existen mecanismos legales efectivos que den cuenta de negociaciones reales y simétricas entre trabajador y empleador”.
La instancia asesora laboral del gobierno en los primeros días de noviembre debería hacer públicas sus propuestas en materia de salario mínimo.
Casi el once por ciento de la fuerza laboral del país, que en cifras reales alcanza a casi 720 mil personas, percibe como tope el monto del salario mínimo.
Así se desprende de la encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) de 2009, la cual precisa que el 75% del total de los empleados que obtienen dicha renta se desempeña como obrero de pequeñas industrias del sector privado o en servicios domésticos.
El año pasado la remuneración básica alcanzaba los 165 mil pesos y actualmente por ley se ubica en 172 mil pesos mensuales.
En términos demográficos, el estudio del ministerio de Planificación precisa que el 27% de los trabajadores de entre 18 y 21 años percibe mensualmente entre 1 y 1,25 salarios mínimos. Mientras tanto, el 19% de las mujeres percibe este sueldo, frente al 14% de los hombres.
El docente de la Facultad de Economía y Negocios de la U. de Chile, Joseph Ramos, dice que el sueldo mínimo se concentra “en personas que en general son de baja calificación o de poca experiencia. En este último caso me refiero a gente joven que ingresa al mercado del trabajo y que al carecer de experiencia tiene escasa productividad. También el salario mínimo suele tener peso en actividades como la agricultura donde los requerimientos por mano de obra calificada son relativamente bajos”.
A su vez, Cristóbal Huneeus, profesor del Departamento de Ingeniería Industrial de nuestra casa de estudios y ex coordinador de Mercado Laboral del ministerio de Hacienda durante la gestión de Andrés Velasco, confirma que el salario mínimo estaría vinculado a la baja productividad, pero precisa que esta variable no sólo depende de la calificación del trabajador, sino también de la relación entre éste y su empleador.
“Los trabajadores que ganan el mínimo son aquellos que no tienen las redes de contactos suficientes para encontrar el empleo adecuado o que en el trabajo donde están son poco productivos. Cabe decir -eso sí- que la productividad laboral no es un problema sólo de los trabajadores sino también de la empresa, en el entendido de que ésta es el resultado de la interacción entre los empleados, el capital y empleador”, explicó el economista.
Interdependencia de salario y pobreza
En la última CASEN, la línea de pobreza subió de 47mil 099 pesos mensuales por persona a 64 mil 134 pesos, con lo cual, para que un hogar de cinco personas salga de esa situación requiere un ingreso mensual de 320 mil 760 pesos.
Ante este panorama, la directora de la ONG Programa de Economía del Trabajo, Carmen Espinosa, plantea que uno de los mecanismos más eficaces, pero también más rehusados por los actores del mercado laboral para superar este flagelo es elevar el monto real del sueldo básico.
“Muchos de los integrantes que promueven las políticas públicas y de los están en el sector empresarial no son partidarios de elevar el sueldo mínimo. Sin embargo, el perfeccionamiento de este instrumento ayudaría a superar la línea de pobreza, porque no sólo tiene que ver con el ingreso monetario, sino con una serie de otros índices que van generando vinculaciones virtuosas en la economía”, subraya la abogada laboralista.
El 27 de julio pasado los ministerios de Hacienda y Trabajo crearon una Comisión Técnica para elaborar una metodología de cálculo anual del salario mínimo.
La idea de algunos de los expertos de la comisión que preside el coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), Harald Beyer, es plantear una fórmula de incremento automático sobre la base de variables como inflación esperada, Producto Interno Bruto potencial, precio del cobre, productividad y desocupación.
No obstante, el secretario ejecutivo de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL) y uno de los representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en la mesa, Roberto Morales, asegura que el reajuste automático “aún no está definido” y plantea que “el salario mínimo debería considerar más allá de la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo, algún componente que tenga que ver con los ciclos económicos o el crecimiento del país, los cuales puedan cuantificarse y ser traspasados al nivel de remuneraciones”.
Morales agrega que “las personas que ganan el sueldo mínimo… son aquellas que tienen las peores condiciones para negociar con su empleador, dado que están en organizaciones muy pequeñas, en condiciones muy desfavorables y porque en Chile no existen mecanismos legales efectivos que den cuenta de negociaciones reales y simétricas entre trabajador y empleador”.
La instancia asesora laboral del gobierno en los primeros días de noviembre debería hacer públicas sus propuestas en materia de salario mínimo.
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