El Gobierno se fijó como meta acelerar el proceso para implementar la televisión digital en nuestro país, logrando la aprobación del proyecto legal en 2011, tener un 85% de cobertura en 2014 y un 100% en ocho años, provocando el llamado “apagón analógico”.
El proyecto, impulsado por la ex Presidenta Michelle Bachelet, permite tener una mayor cantidad de frecuencias con varias señales televisivas desde un mismo canal. Lo que se discute en el Congreso son principalmente si las adjudicaciones serán gratuitas o no y los plazos de éstas.
Sin embargo, la discusión sobre este tema está lejos de zanjarse. Cristián Elgueta, vocero de la Mesa de Ciudadanía y Televisión Digital -que integran Fucatel, el Colegio de Periodistas, Sidarte, entre otros- aseguró que tanto el proyecto que regula este tema como el que modifica a Televisión Nacional, son malos.
A juicio del abogado, hasta ahora la discusión legal se ha centrado más en aspectos técnicos y económicos que en la calidad de los contenidos.
“Actualmente las concesiones de TV se asignan como si fueran sacos de papas. No importa si el que quiere el canal es un local de cómida rápida o una universidad, quien se lo gana es el que tenga la mejor oferta técnica: mejores equipos, mejores antenas, sin importar el tipo de contenidos que transmiten. Se ha llegado a la conclusión de que eso es inaceptable. No podemos creer que el principal medio de comunicación debe ser manejado como un simple producto al libre mercado, sino que debe ser pensado, fomentarse la televisión educativa, cultural y sobre todo, comunitaria. En eso, el proyecto de ley es muy pobre”, consideró.
Elgueta enfatizó que el Transantiago, dependiente del mismo Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, es un ejemplo de que legislar entre cuatro paredes no sirve y conduce a errores, por lo que no puede pasar lo mismo con este tema.
Por su parte Iván Mezzano, de Televisión Nacional y la Federación de Sindicatos de Empresas de Canales y Productoras de la Televisión Chilena (FETRA) valoró la discusión ciudadana paralela a la legislativa y dijo que están pensando en una señal experimental que verdaderamente sea pública.
“Como organización se propuso solicitar una señal experimental, porque creemos que hay que construir TV pública que no existe. Puede ser que desde acá, los creadores, los que hacen la pega y generan contenidos, donde están las ideas que comercializan los otros, podría surgir una TV con características de responsabilidad social”, indicó.
Paulina Acevedo, del Observatorio Ciudadano, advirtió que lo preocupante no es la urgencia con la que el Gobierno quiera aprobar esta ley, sino el decreto supremo del 1 de octubre que permite transmisiones experimentales que pueden derivar en concesiones definitivas, cuando aún no existe la legislación que las regula.
“Cuando haya ley, vamos a tener los mismos actores y empresarios de la TV. Además, empresas que van a lucrar con la TV vendiéndonos servicios a través de la TV digital. Y lo que todavía no se señala ni repara, es que lo que se utiliza para la TV digital y todo tipo de transmisión es el espectro radioeléctrico, que nos pertenece a todos. Es un bien nacional de uso público y patrimonio de la humanidad, porque a través del espectro se desarrollan las comunicaciones, pero también los países”, comentó.
La periodista subrayó que es necesario generar nuevos puntos de vista en los medios de comunicación y representar a quienes hoy día no tienen voz.
El Gobierno se fijó como meta acelerar el proceso para implementar la televisión digital en nuestro país, logrando la aprobación del proyecto legal en 2011, tener un 85% de cobertura en 2014 y un 100% en ocho años, provocando el llamado “apagón analógico”.
El proyecto, impulsado por la ex Presidenta Michelle Bachelet, permite tener una mayor cantidad de frecuencias con varias señales televisivas desde un mismo canal. Lo que se discute en el Congreso son principalmente si las adjudicaciones serán gratuitas o no y los plazos de éstas.
Sin embargo, la discusión sobre este tema está lejos de zanjarse. Cristián Elgueta, vocero de la Mesa de Ciudadanía y Televisión Digital -que integran Fucatel, el Colegio de Periodistas, Sidarte, entre otros- aseguró que tanto el proyecto que regula este tema como el que modifica a Televisión Nacional, son malos.
A juicio del abogado, hasta ahora la discusión legal se ha centrado más en aspectos técnicos y económicos que en la calidad de los contenidos.
“Actualmente las concesiones de TV se asignan como si fueran sacos de papas. No importa si el que quiere el canal es un local de cómida rápida o una universidad, quien se lo gana es el que tenga la mejor oferta técnica: mejores equipos, mejores antenas, sin importar el tipo de contenidos que transmiten. Se ha llegado a la conclusión de que eso es inaceptable. No podemos creer que el principal medio de comunicación debe ser manejado como un simple producto al libre mercado, sino que debe ser pensado, fomentarse la televisión educativa, cultural y sobre todo, comunitaria. En eso, el proyecto de ley es muy pobre”, consideró.
Elgueta enfatizó que el Transantiago, dependiente del mismo Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, es un ejemplo de que legislar entre cuatro paredes no sirve y conduce a errores, por lo que no puede pasar lo mismo con este tema.
Por su parte Iván Mezzano, de Televisión Nacional y la Federación de Sindicatos de Empresas de Canales y Productoras de la Televisión Chilena (FETRA) valoró la discusión ciudadana paralela a la legislativa y dijo que están pensando en una señal experimental que verdaderamente sea pública.
“Como organización se propuso solicitar una señal experimental, porque creemos que hay que construir TV pública que no existe. Puede ser que desde acá, los creadores, los que hacen la pega y generan contenidos, donde están las ideas que comercializan los otros, podría surgir una TV con características de responsabilidad social”, indicó.
Paulina Acevedo, del Observatorio Ciudadano, advirtió que lo preocupante no es la urgencia con la que el Gobierno quiera aprobar esta ley, sino el decreto supremo del 1 de octubre que permite transmisiones experimentales que pueden derivar en concesiones definitivas, cuando aún no existe la legislación que las regula.
“Cuando haya ley, vamos a tener los mismos actores y empresarios de la TV. Además, empresas que van a lucrar con la TV vendiéndonos servicios a través de la TV digital. Y lo que todavía no se señala ni repara, es que lo que se utiliza para la TV digital y todo tipo de transmisión es el espectro radioeléctrico, que nos pertenece a todos. Es un bien nacional de uso público y patrimonio de la humanidad, porque a través del espectro se desarrollan las comunicaciones, pero también los países”, comentó.
La periodista subrayó que es necesario generar nuevos puntos de vista en los medios de comunicación y representar a quienes hoy día no tienen voz.
El Gobierno se fijó como meta acelerar el proceso para implementar la televisión digital en nuestro país, logrando la aprobación del proyecto legal en 2011, tener un 85% de cobertura en 2014 y un 100% en ocho años, provocando el llamado “apagón analógico”.
El proyecto, impulsado por la ex Presidenta Michelle Bachelet, permite tener una mayor cantidad de frecuencias con varias señales televisivas desde un mismo canal. Lo que se discute en el Congreso son principalmente si las adjudicaciones serán gratuitas o no y los plazos de éstas.
Sin embargo, la discusión sobre este tema está lejos de zanjarse. Cristián Elgueta, vocero de la Mesa de Ciudadanía y Televisión Digital -que integran Fucatel, el Colegio de Periodistas, Sidarte, entre otros- aseguró que tanto el proyecto que regula este tema como el que modifica a Televisión Nacional, son malos.
A juicio del abogado, hasta ahora la discusión legal se ha centrado más en aspectos técnicos y económicos que en la calidad de los contenidos.
“Actualmente las concesiones de TV se asignan como si fueran sacos de papas. No importa si el que quiere el canal es un local de cómida rápida o una universidad, quien se lo gana es el que tenga la mejor oferta técnica: mejores equipos, mejores antenas, sin importar el tipo de contenidos que transmiten. Se ha llegado a la conclusión de que eso es inaceptable. No podemos creer que el principal medio de comunicación debe ser manejado como un simple producto al libre mercado, sino que debe ser pensado, fomentarse la televisión educativa, cultural y sobre todo, comunitaria. En eso, el proyecto de ley es muy pobre”, consideró.
Elgueta enfatizó que el Transantiago, dependiente del mismo Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, es un ejemplo de que legislar entre cuatro paredes no sirve y conduce a errores, por lo que no puede pasar lo mismo con este tema.
Por su parte Iván Mezzano, de Televisión Nacional y la Federación de Sindicatos de Empresas de Canales y Productoras de la Televisión Chilena (FETRA) valoró la discusión ciudadana paralela a la legislativa y dijo que están pensando en una señal experimental que verdaderamente sea pública.
“Como organización se propuso solicitar una señal experimental, porque creemos que hay que construir TV pública que no existe. Puede ser que desde acá, los creadores, los que hacen la pega y generan contenidos, donde están las ideas que comercializan los otros, podría surgir una TV con características de responsabilidad social”, indicó.
Paulina Acevedo, del Observatorio Ciudadano, advirtió que lo preocupante no es la urgencia con la que el Gobierno quiera aprobar esta ley, sino el decreto supremo del 1 de octubre que permite transmisiones experimentales que pueden derivar en concesiones definitivas, cuando aún no existe la legislación que las regula.
“Cuando haya ley, vamos a tener los mismos actores y empresarios de la TV. Además, empresas que van a lucrar con la TV vendiéndonos servicios a través de la TV digital. Y lo que todavía no se señala ni repara, es que lo que se utiliza para la TV digital y todo tipo de transmisión es el espectro radioeléctrico, que nos pertenece a todos. Es un bien nacional de uso público y patrimonio de la humanidad, porque a través del espectro se desarrollan las comunicaciones, pero también los países”, comentó.
La periodista subrayó que es necesario generar nuevos puntos de vista en los medios de comunicación y representar a quienes hoy día no tienen voz.
