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Dublín rechazó rescate

Profunda crisis económica irlandesa amenaza estabilidad financiera de la UE

El crecimiento económico de Irlanda maravillaba al mundo hace 10 años. Hoy 100.000 irlandeses buscan salir del país. Mientras prosperaba sus bancos se endeudaban de tóxicos hasta llegar a un 471% del PIB, dejándola al borde de la bancarrota. La UE presiona para que acepte un rescate y evitar que arrastre al euro. Es la parábola que explica una crisis global.

Radio Francia Internacional

  Martes 16 de noviembre 2010 15:15 hrs. 
Radio-Uchile

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“Un Estado en bancarrota no paga”, dice un axioma aplastante de los mercados financieros, que cuando olfatean que eso va a ocurrir huyen como de la peste. Ahora han pegado su nariz en las puertas de Irlanda y sus arcas públicas comienzan a olerles a deuda podrida. El déficit público del país se ha triplicado en un año hasta alcanzar el 32% de su PIB y el coste de su financiación adquiere cotas históricas; tanto que los ministros de finanzas de la Eurozona discuten hoy la conveniencia de activar el mecanismo de rescate habilitado para esos casos en la UE. Es el reflejo de la Gran Recesión: Irlanda no se endeudó hasta las cejas para financiar inversiones públicas o ayudar a sus ciudadanos, lo hizo para salvar a su banca: a los mercados que ahora amenazan con negarle el pan y de momento se lo venden a precio de oro.

Antes del estallido de la crisis, la evolución económica de Irlanda le hizo merecerse el sobrenombre del tigre celta; apodo -casi pugilístico- que le puso la entidad financiera Morgan Stanley en analogía con la prosperidad naciente de los países asiáticos, tildados de ese modo. Era 1994, los tiempos del milagro económico irlandés.

Entre 1991 y 2003 la economía irlandesa creció a un ritmo promedio anual del 6.8%, aumentando el nivel de vida irlandés de modo espectacular, y alcanzando su orgasmo económico en 1999, cuando el PIB creció el 11.1%. Hoy, los pocos más de cuatro millones de irlandeses son testigos de cómo el tigre celta vuelve a estar en los huesos y alrededor de 100.000 personas piensa en emigrar, porque no ven un futuro en la isla. Vuelta al pasado.

El socavón bancario se ha comido al tigre. Durante los años de prosperidad, los bancos irlandeses, perfectos hijos de la falta de regulación financiera de su tiempo, tuvieron el mismo comportamiento que el resto de la banca mundial y se alimentaron glotonamente del azúcar de los activos inmobiliarios y las hipotecas subprime. La situación se fue de las manos y se calcula que la deuda de la banca irlandesa equivale hoy al 421% del Producto Interior Bruto del país.

El rescate “más barato del mundo”

Ese agujero comenzó a hacerse invisible el Día de San Patricio de 2008, cuando las acciones del Anglo Irish Bank se precipitaron un 15%. El olor a sangre irlandesa había llegado a los mercados. Dublín reaccionó antes que ningún Gobierno del mundo -algunos analistas opinan con socarronería que fue el primer gobierno europeo en equivocarse-. A los pocos meses garantizó todos los depósitos de la banca: 440.000 millones de euros, una gigantesca montaña para los 166.000 millones en que está valorado el PIB del país. El entonces ministro de Finanzas, Brian Lenizan, compareció ante la prensa sonriente: esa garantía le costaría a la banca 2.000 millones de euros. “El rescate más barato del mundo” para un país, presumió.

Pero ese precio cobrado se reveló pronto como un grano de arena en el desierto. En diciembre, el agujero bancario se estimó en 7.000 millones. En enero de 2009 ascendía a 11.000 millones. En marzo pasado ya superaba los 22.000 millones. Luego 35.000 millones y ahora ya anda entre 45.000 y 50.000 millones de euros.

La parábola en Irlanda: La factura ha costado a cada irlandés 60.000 euros

Los 50.000 millones son sólo la cifra directa que ha sacado el Gobierno del bolsillo de los irlandeses. El gasto es mucho mayor. Si se contabilizan todas las ayudas aprobadas por la Comisión Europea (CE) -inyecciones de capital, garantías y adquisición de activos- la factura asciende a 286.000 millones de euros, superior al 170% del PIB irlandés. En otras palabras, según los datos de la CE, a cada irlandés le cuesta 60.000 euros el colesterol tóxico de sus bancos.

No es el único precio pagado por los irlandeses. Para pagar los intereses de su deuda, unos 4.000 millones de euros anuales, Irlanda se ha visto obligada a recortar gastos. Trata de ahorrar 15.000 millones de aquí a 2014. Y lo hace apretando el cinturón de sus ciudadanos, algo que además tendrá  “un impacto negativo sobre el ritmo de crecimiento económico”, según el Ministerio de Finanzas del país. Entre otras medidas ha bajado un 5% el sueldo de los funcionarios para los próximos dos años y los gastos sociales bajan un 5%.

La parábola en Europa: “Si la Eurozona no sobrevive, no lo hará la UE”

La particular parábola de las ayudas a la banca irlandesa enseña dos verdades: una es que ha inflingido daño a sus ciudadanos, y la segunda es que el efecto contagio puede arrastrar a Europa.

Lo ha advertido hoy el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy: “Nos enfrentamos a una crisis para nuestra supervivencia”. Ha exhortado a una acción “coordinada” de “todos” los europeos, horas antes de la reunión de los ministros de Finanzas de la Eurozona en Bruselas que decidirá que hace con Irlanda. “Si la Eurozona no sobrevive, tampoco sobrevivirá la UE”.

Y es que la deuda contaminada de Irlanda traspasa fronteras. Dos bancos del Reino Unido, cuatro franceses, dos irlandeses, un danés y un portugués ocupan los diez primeros puestos en una lista elaborada por Financial Times Research sobre las entidades con mayor exposición neta a los bonos irlandeses. Esta clasificación está liderada por el Royal Bank of Scotland, cuya exposición asciende a los 4.300 millones de libras (5.065 millones de euros), le siguen los bancos irlandeses Allied Irish Bank y Bank of Ireland, y en cuarto lugar, el banco francés Crédit Agricole.

Y es que el miedo a una reacción en cadena de los mercados se apodera de Europa, lo que a su vez provoca una mayor espantada de los mercados. Ocurrió en el crack griego y vuelve a pasar ahora. Portugal ya ha dejado caer que también es probable que necesite acudir al rescate y España, pese a que niega que su situación tenga algo que ver con la de Irlanda, Grecia o Portugal, ha tenido que pagar este martes por su deuda unos intereses mucho mayores que en emisiones precedentes.

Por eso la Comisión presiona a Irlanda para que acepte las ayudas. El Gobierno irlandés insiste en que no precisa fondos en el medio plazo, que sus necesidades de refinanciación son de sólo 35.000 millones de euros en 2011. Las presiones políticas que sufre en el seno del país influyen, pero con el paso de las horas se está ablandando.

El primer ministro irlandés, Brian Cowen, ha dicho en entrevista al canal público irlandés RTE que aceptará la ayuda de la UE siempre y cuando esté destinada a sus bancos, que son los que necesitan los fondos, “y no el país”, que nunca han solicitado la ayuda del fondo de rescate. No es un no. Los contribuyentes europeos preparan sus bolsillos.

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