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La OTAN se reinventa bajo los escombros del 11-S

La Alianza aún funcionaba con los parámetros de la Guerra Fría cuando dos aviones destruían las Torres Gemelas y cambiaban el tablero geopolítico. Diez años después renovarán su Concepto Estratégico en la cumbre de Portugal que comienza hoy. Objetivo concreto: abandonar Afganistán en 2014 y elaborar una estrategia para la próxima década.

Loreto Soto

  Viernes 19 de noviembre 2010 15:10 hrs. 
Radio-Uchile

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Cuando Estados Unidos y sus aliados europeos crearon la OTAN en1949, los firmantes del Tratado del Atlántico Norte imaginaban su cielo sobrevolado por los misiles de la Unión Soviética y sus pesadillas se poblaban de las huellas del Ejército Rojo surcando el barro de sus tierras fronterizas. Sus principios de defensa del territorio de la Alianza quedaron sepultados en los atentados del 11 de septiembre de 2001. La era del terrorismo global había nacido. En la cumbre de Lisboa que comienza hoy, buscarán poner la organización al día.

La última línea estratégica de la OTAN es de 1999. Desde entonces muchas cosas han cambiado. Bajo los escombros de las Torres Gemelas, Estados Unidos no sólo se encontró el horror dentro de sus fronteras, sino la conciencia de que la amenaza de la Guerra Fría dejaba paso a un nuevo enfrentamiento global, donde un enemigo sin ejército ni Estado era capaz de morir y matar dentro de sus propias entrañas. El nuevo tablero geoestratégico de la Alianza ha girado en esta década en torno a la lucha contra el terrorismo yihadista internacional sin ninguna directriz básica: sólo improvisada por el bastón de mando de EEUU y la mano que lo manejó en este tiempo, George W. Bush.

Durante más de un año, a encargo del secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Ramussen, la ex secretaria de Estado de EEUU, Madaleine Albright, ha debatido la nueva estrategia con un grupo de 12 expertos entre los que se encontraban militares, analistas e incluso dirigentes de ONG. El objetivo: crear un mapa de actuación coordinadas de los 28 países miembros en la próxima década.

El más fiel reflejo de los nuevos tiempos es que Rusia pasará a ser en esta cumbre socio preferente de la OTAN. El informe que ha dejado el grupo, titulado OTAN 2020, señala que la Alianza necesita a Rusia para afrontar una nueva estrategia global, no sólo de disuasión nuclear, sino de los nuevos retos: terrorismo global, tráfico de drogas, crimen organizado, piratería…

“Esta cumbre entrará, sin duda, en la historia de la organización”, dijo el primer ministro portugués, José Sócrates, resaltando la importancia de la reunión con Rusia, y el enfoque prioritario sobre las nuevas amenazas para la seguridad global.

Lo cierto es que el llamamiento del grupo de expertos dista sobremanera de los orígenes de la Alianza Atlántica que resumió su primer secretario general, Lord Ismay, en su legendaria cita de “los estadounidenses dentro, los rusos fuera, y los alemanes bajo control”. Hoy la amenaza es cambiante: hay un enemigo que puede atacar su territorio dispuesto a morir matando, como el terrorismo yihadista, o se puede atacar a los países miembros sin acercarse a ellos, mediante la guerra cibernética, como destaca el documento, que también cita otros retos como las drogas, las armas o la protección de las rutas energéticas.

Entregar Afganistán en 2014

El problema de la OTAN es que plantea una estrategia que parte de un momento histórico ocurrido ya hace casi una década. Entre tanto, su posición se embarró en la guerra de Irak y en la de Afganistán. Por tanto, debe cerrar el camino andado en este tiempo. “Creo que, visto retrospectivamente, subestimamos el reto al que nos enfrentábamos y nuestra operación en Afganistán no tuvo suficientes recursos, y sí, éso fue un error”, reconoció el secretario general, Fogh Rasmussen. Un objetivo concreto de la cumbre de Lisboa será cerrar la salida de Afganistán en 2014.

La cumbre de Portugal abordará un plan de retirada de las fuerzas de combate aliadas en el avispero afgano, en línea con los deseos expresados por el presidente del país, Hamid Karzai, que ha mostrado su deseo de que los afganos asuman para entonces la responsabilidad de la seguridad.

Los aliados tienen previsto comenzar esa transición con la entrega de distritos o provincias a partir de julio de 2011, y deberá ser completa en 2014. Aun así, el repliegue de la primera línea de combate no supone el fin del compromiso occidental con Kabul. Unos 50.000 de los actuales 150.000 soldados desplegados en el país asiático continuarán en labores de apoyo y de instrucción de los soldados y policías afganos.

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