Con paraguas rojos y los rostros pintados danzaron en la Plaza Italia un grupo de jóvenes chilenas para llamar la atención sobre la violencia hacia las mujeres en sus relaciones de pareja.
“No confundas el amor con el control” es el lema de la ONG Domos, en el marco de la campaña “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, impulsada por las Naciones Unidas.
Con esta intervención cultural en el centro neurálgico de la capital, se buscó difundir los resultados de un sondeo realizado a cerca de 300 mujeres de distintos sectores sociales y que arrojó sorprendentes datos de violencia hacia las jóvenes. Un 97,4 por ciento de ellas dice haber sufrido violencia psicológica por parte de sus parejas: ya sean andantes, amigos con ventaja, pololos, o convivientes.
Catherine Salazar, vocera y encargada del primer grupo etario, que va entre los 15 y los 19 años comentó que “es sorprendente ver que cuando uno se acerca a estas mujeres, ellas reconocen haber vivido violencia psicológica como gritos, insultos, zamarreos y escuchar los efectos que también tiene esa violencia en ellas, como la baja autoestima, depresión, ansiedad, problemas para estudiar”.
Salazar añadió que estas actitudes constituyen un “problema social”, ya que es preocupante que “jóvenes tan pequeñas hayan vivido esas situaciones y que los hombres a esas edad ya ejerzan la violencia”.
A esto le sigue la violencia física y sexual, que se concreta principalmente en el grupo que va desde los 20 a los 25 años.
La encuesta destacó que un 34,7 por ciento de las encuestadas confesó haber sido obligadas a tener relaciones sexuales contra su voluntad. Mientras, un 51,6 por ciento admitió haber sufrido violencia social que consiste en acoso, presiones, manipulaciones, y la intención de desvincularlas o desprestigiarlas en sus grupos más cercanos.
A esto se le suma la llamada violencia económica, donde se ejerce presión a través del control del dinero, muchas veces en casos de mujeres jóvenes con hijos que necesitan recursos.
Resultados impactantes y más aún cuando las leyes de violencia intrafamiliar y de femicidio no contemplan a las mujeres jóvenes, las que no tienen a dónde acudir.
“Una alta frecuencia de las jóvenes reconocía no haber recurrido a ningún servicio público por ayuda. Eso nos habla que el gobierno de Chile, ya sea ministerios del Interior, Educación, Salud y la INJUV no se han hecho cargo de este problema, que es público. No hay ninguna medida que esté destinada en específico a las jóvenes”, dijo la vocera Belén Ramírez.
Con esto coincidió la encargada del programa de Domos, Ximena Duarte, quien sostuvo que “los jóvenes en general están excluidos de los debates públicos y de las decisiones de poder ¿A dónde va una niña que ha vivido violencia con el pololo? La ley no lo contempla, y resulta que el 20 por ciento de las mujeres víctimas del femicidio han estado en situación de pololeo”.
Datos que llegan a las puertas de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, ante la necesidad de generar un debate social de cara a la elaboración de políticas públicas y potenciar los cambios legislativos que sean necesarios.
Con paraguas rojos y los rostros pintados danzaron en la Plaza Italia un grupo de jóvenes chilenas para llamar la atención sobre la violencia hacia las mujeres en sus relaciones de pareja.
“No confundas el amor con el control” es el lema de la ONG Domos, en el marco de la campaña “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, impulsada por las Naciones Unidas.
Con esta intervención cultural en el centro neurálgico de la capital, se buscó difundir los resultados de un sondeo realizado a cerca de 300 mujeres de distintos sectores sociales y que arrojó sorprendentes datos de violencia hacia las jóvenes. Un 97,4 por ciento de ellas dice haber sufrido violencia psicológica por parte de sus parejas: ya sean andantes, amigos con ventaja, pololos, o convivientes.
Catherine Salazar, vocera y encargada del primer grupo etario, que va entre los 15 y los 19 años comentó que “es sorprendente ver que cuando uno se acerca a estas mujeres, ellas reconocen haber vivido violencia psicológica como gritos, insultos, zamarreos y escuchar los efectos que también tiene esa violencia en ellas, como la baja autoestima, depresión, ansiedad, problemas para estudiar”.
Salazar añadió que estas actitudes constituyen un “problema social”, ya que es preocupante que “jóvenes tan pequeñas hayan vivido esas situaciones y que los hombres a esas edad ya ejerzan la violencia”.
A esto le sigue la violencia física y sexual, que se concreta principalmente en el grupo que va desde los 20 a los 25 años.
La encuesta destacó que un 34,7 por ciento de las encuestadas confesó haber sido obligadas a tener relaciones sexuales contra su voluntad. Mientras, un 51,6 por ciento admitió haber sufrido violencia social que consiste en acoso, presiones, manipulaciones, y la intención de desvincularlas o desprestigiarlas en sus grupos más cercanos.
A esto se le suma la llamada violencia económica, donde se ejerce presión a través del control del dinero, muchas veces en casos de mujeres jóvenes con hijos que necesitan recursos.
Resultados impactantes y más aún cuando las leyes de violencia intrafamiliar y de femicidio no contemplan a las mujeres jóvenes, las que no tienen a dónde acudir.
“Una alta frecuencia de las jóvenes reconocía no haber recurrido a ningún servicio público por ayuda. Eso nos habla que el gobierno de Chile, ya sea ministerios del Interior, Educación, Salud y la INJUV no se han hecho cargo de este problema, que es público. No hay ninguna medida que esté destinada en específico a las jóvenes”, dijo la vocera Belén Ramírez.
Con esto coincidió la encargada del programa de Domos, Ximena Duarte, quien sostuvo que “los jóvenes en general están excluidos de los debates públicos y de las decisiones de poder ¿A dónde va una niña que ha vivido violencia con el pololo? La ley no lo contempla, y resulta que el 20 por ciento de las mujeres víctimas del femicidio han estado en situación de pololeo”.
Datos que llegan a las puertas de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, ante la necesidad de generar un debate social de cara a la elaboración de políticas públicas y potenciar los cambios legislativos que sean necesarios.
Con paraguas rojos y los rostros pintados danzaron en la Plaza Italia un grupo de jóvenes chilenas para llamar la atención sobre la violencia hacia las mujeres en sus relaciones de pareja.
“No confundas el amor con el control” es el lema de la ONG Domos, en el marco de la campaña “Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres”, impulsada por las Naciones Unidas.
Con esta intervención cultural en el centro neurálgico de la capital, se buscó difundir los resultados de un sondeo realizado a cerca de 300 mujeres de distintos sectores sociales y que arrojó sorprendentes datos de violencia hacia las jóvenes. Un 97,4 por ciento de ellas dice haber sufrido violencia psicológica por parte de sus parejas: ya sean andantes, amigos con ventaja, pololos, o convivientes.
Catherine Salazar, vocera y encargada del primer grupo etario, que va entre los 15 y los 19 años comentó que “es sorprendente ver que cuando uno se acerca a estas mujeres, ellas reconocen haber vivido violencia psicológica como gritos, insultos, zamarreos y escuchar los efectos que también tiene esa violencia en ellas, como la baja autoestima, depresión, ansiedad, problemas para estudiar”.
Salazar añadió que estas actitudes constituyen un “problema social”, ya que es preocupante que “jóvenes tan pequeñas hayan vivido esas situaciones y que los hombres a esas edad ya ejerzan la violencia”.
A esto le sigue la violencia física y sexual, que se concreta principalmente en el grupo que va desde los 20 a los 25 años.
La encuesta destacó que un 34,7 por ciento de las encuestadas confesó haber sido obligadas a tener relaciones sexuales contra su voluntad. Mientras, un 51,6 por ciento admitió haber sufrido violencia social que consiste en acoso, presiones, manipulaciones, y la intención de desvincularlas o desprestigiarlas en sus grupos más cercanos.
A esto se le suma la llamada violencia económica, donde se ejerce presión a través del control del dinero, muchas veces en casos de mujeres jóvenes con hijos que necesitan recursos.
Resultados impactantes y más aún cuando las leyes de violencia intrafamiliar y de femicidio no contemplan a las mujeres jóvenes, las que no tienen a dónde acudir.
“Una alta frecuencia de las jóvenes reconocía no haber recurrido a ningún servicio público por ayuda. Eso nos habla que el gobierno de Chile, ya sea ministerios del Interior, Educación, Salud y la INJUV no se han hecho cargo de este problema, que es público. No hay ninguna medida que esté destinada en específico a las jóvenes”, dijo la vocera Belén Ramírez.
Con esto coincidió la encargada del programa de Domos, Ximena Duarte, quien sostuvo que “los jóvenes en general están excluidos de los debates públicos y de las decisiones de poder ¿A dónde va una niña que ha vivido violencia con el pololo? La ley no lo contempla, y resulta que el 20 por ciento de las mujeres víctimas del femicidio han estado en situación de pololeo”.
Datos que llegan a las puertas de la celebración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, ante la necesidad de generar un debate social de cara a la elaboración de políticas públicas y potenciar los cambios legislativos que sean necesarios.
