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Año XVI, 23 de abril de 2024


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Usuarios protestan por frecuencia de buses:

“El sector privado no ha dado el ancho para responder por el Transantiago”

Luego de la protesta espontánea que se produjo el miércoles en la mañana por la baja frecuencia de buses del Transantiago, usuarios indicaron que después de varios años de implementación, aún no se han podido superar las profundas falencias que presenta el sistema de locomoción colectiva capitalino. Además exigieron mayor presencia del Estado en la materia.

Loreto Soto

  Miércoles 27 de julio 2011 19:54 hrs. 
Transantigo

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La protesta espontánea  de un centenar de personas que se desató en la mañana del miércoles en Providencia en contra de la baja frecuencia de los buses de Transantiago, volvió a poner sobre la mesa la discusión sobre las falencias que arrastra el sistema de transporte público capitalino.

Después de la manifestación – que provocó una congestión vehicular que se extendió por varias cuadras en uno de los sectores más concurridos a esa hora – la empresa responsable del recorrido C10, Redbus, se excusó atribuyendo el problema a causas externas y se comprometió a poner en circulación 25 máquinas adicionales.

El gerente de operaciones de la compañía, Óscar Grey, señaló que “lo anterior se produjo, por una parte, por el bloqueo de la Alameda que afectó a los servicios troncales, lo que generó un aumento de la afluencia de público hacia nuestro servicio que era imposible de prever. Nuestra capacidad de reacción también fue limitada debido a obras viales que se realizan en La Dehesa en la avenida José Alcalde Délano. Finalmente, informamos que además de la creciente congestión del sector oriente y la dificultad de encontrar lugares para estacionar buses en estas comunas, reaccionar apropiadamente se hace extremadamente difícil”.

La situación obligó a pronunciarse al ministro de Transportes, Pedro Errázuriz, quien aseguró que la baja frecuencia de los buses – que según denunciaron los usuarios generó tiempos de espera de hasta dos horas – no se condice con las mejoras que se han registrado últimamente en la locomoción colectiva e instó a la empresa a implementar soluciones inmediatas.

“El Transantiago viene dando pasos de mejora y esto claramente recuerda los malos momentos que tuvimos cuando comenzó a operar. Es dramática la situación de las personas que se vieron afectadas, pero desde antes la capacidad de los recorridos era muy justa y por eso creemos que la solución debe ser integral y mayor. Lo que ellos han comprometido es en un plazo breve instalar buses antiguos, pero en un plazo máximo de cuatro meses incluir máquinas más grandes y nuevas”, indicó el secretario de Estado.

Sin embargo, Sergio Sepúlveda, integrante del Comité de Usuarios del Transantiago,  sostuvo que la manifestación ciudadana se explica por el  descontento generalizado que existe con un servicio que no cumple con las expectativas y que, además, ha aumentado sistemáticamente su valor pese a no presentar los estándares mínimos de calidad.

Y si bien Sepúlveda reconoció que este tipo de problemas ya no se presenta con tanta regularidad como cuando recién se implementó el sistema, indicó que continúa siendo una realidad latente, en especial, en los sectores periféricos de la ciudad.

“El impacto de lo que pasó responde principalmente al espacio geográfico donde se dio. Esto se repite, quizás no tan a diario como en sus inicios, en sectores más populares y marginales. Estamos en una permanente tensión porque nunca se logró resolver el problema de la cantidad de máquinas, ni tampoco de frecuencia de las mismas. Y por lo tanto, hay rabia contenida que de un momento a otro termina explotando”, explicó el dirigente.

El representante del Comité de Usuarios advirtió que tanto en esta situación como en otras sólo se han aplicado medidas parches que no apuntan a solucionar el problema de fondo que se relaciona con el mal diseño y ejecución del sistema.

Sepúlveda indicó que después de varios años en funcionamiento, el sector privado demostró que no fue capaz de administrar el servicio y que, por lo mismo, el Estado debe dejar de subsidiar a las empresas y hacerse cargo de un sistema que influye en la vida de millones de personas.
“El transporte de superficie, así como el Metro, tiene que ser estatal. Aquí ha quedado demostrado empíricamente que el sector privado no ha dado el ancho para responder ante un servicio de tal impacto social y sí es capaz de hacerlo el Estado, tal como lo hace con la empresa Metro. El tren subterráneo sufrió un impacto negativo a raíz del mismo Transantiago, pero sigue siendo un sistema de transportes muy bien evaluado por la población”, comentó.

Los distintos comités de usuarios ya han sostenido reuniones con el ministro del ramo y pese a que la cartera de Trasportes se comprometió a promover un encuentro donde se expresaran las perspectivas ciudadanas respecto del tema, aún no se ha llegado a nada.

Por lo mismo, Sepúlveda advirtió que mientras “traten de resolver los problemas desde el escritorio y el aire acondicionado de las oficinas ministeriales esta situación va a continuar”.

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