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Ambiente para el diálogo de Piñera con los presidentes de los partidos políticos: La única solución el plebiscito


Miércoles 27 de julio 2011 13:44 hrs.


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Como instancia de resolución de conflictos, está claro que el actual gobierno recurre a la invitación a La Moneda a los presidentes de todos los partidos políticos para el miércoles 27 de julio,  tratando de dar con ello una señal de unidad y de integración. Sin embargo, en la causa que motiva la convocatoria del día de mañana como lo es la amplia movilización por los problemas que atraviesa la Educación, está reunión por las mismas señales que ha dado el ejecutivo a lo largo de su mandato, no debería resultar muy fructífera atendiendo a los argumentos que se presentan enseguida.

Lo primero es que esta vez se trata de un movimiento ciudadano amplio que le preocupa problemas que no se han resuelto por años y tiene sus cimientos en plena época de dictadura, por tanto en torno a una mesa coincidirán los responsables intelectuales del modelo social actual del cual forma parte la Educación y quienes no tuvieron interés en un largo tiempo de liderar transformaciones que hubieran hecho posible dos cosas: una es no coexistir con estos problemas y otra no haber tenido que soportar a un gobierno como el actual. Todo ha transcurrido en una eterna postergación.

Adicionalmente, la clase política cada vez se ha hecho más minoritaria y poco creíble, lo cual da la característica de un grupo no representativo a cargo de soluciones en las cuales nunca han estado interesados.

Rodea el ambiente una suerte de contradicciones y expresiones que acrecientan la desconfianza.

Cuando Lavín, que al margen de haber salido del Ministerio de Educación sigue siendo persona de confianza del Presidente anunció la “revolución en la Educación” expresó en una columna de El Mercurio que en Educación el diagnóstico ya estaba claro y ahora llegaba el momento de la acción (año 2010). Hoy el Presidente convoca para hacer un diagnóstico sobre Educación.

En forma más reciente Lavín dijo en un tono crítico que el movimiento educacional se había ideologizado y politizado, la convocatoria realizada por el Presidente es a los timoneles de los partidos políticos, es decir, efectivamente estas situaciones son políticas aunque no le guste a Lavín.

En la convocatoria se esgrime que hay que buscar los mecanismos para terminar con la inequidad y en el discurso de cambio de gabinete el Presidente señala que era un deber moral terminar con la desigualdad, sin embargo, esto pudiera pasar inadvertido sino hubieran sido palabras del representante de una de las 4 familias más ricas del país.

Como constante se habla de calidad en la educación pero siempre en una forma ambigua, con carencia de una definición detallada de todos los factores que significan calidad. Más de alguna vez he señalado que el levantamiento de calidad se tiene que realizar en los mejores colegios privados del país y desde allí replicar.

Y por último hay un criterio que resulta vital para un punto de partida en lo que podría significar un acuerdo en Educación, el Presidente conceptualiza la Educación como un bien de consumo, la esencia del movimiento estudiantil y el apoyo concitado va por la vía de la Educación como una herramienta clave de superación del ser humano y pieza clave de una transformación social. Luego con esta disparidad de criterios es difícil avanzar, ya que el concepto del Presidente va en armonía plena con la doctrina de la derecha por lo cual le será difícil mentalizarse de manera diferente a la esencia de su pensamiento.

La situación es grave y Piñera con la única herramienta que pudiera zanjar el momento actual es acelerando las medidas para que en no más de seis meses la ciudadanía éste acudiendo a las urnas a pronunciarse en un plebiscito sobre la Educación, siempre y cuando no sea un plebiscito al estilo de la época de los militares, sino con propuestas bien elaboradas y rodeadas de argumentos presentados en igualdad de condiciones por sobre costosas campañas publicitarias. Es decir, la única apuesta es a poner en juego la democracia. Tengo la certeza que soluciones hay pero se debe ceder y no con vistas a los años venideros que son eleccionarios, si hay triunfos son de los estudiantes, académicos, padres y todos los que de alguna manera dan su tiempo y colaboración cuando en la calle se encuentran con estudiantes que han sido postergados.

Por otra parte se debe tener en cuenta que el gobierno doctrinariamente puede barajar la idea que al no resolverse este conflicto, en forma inevitable se producirá un éxodo de estudiantes hacia la educación privada, con ello logra su anhelo de minimizar la Educación Pública y en el corto plazo la nación se desentiende aún más de la Educación y completa de esa forma su ideario proveniente de fines de los años 70 y la década del 80.

Luis Osorio

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