Con alegría y esperanza recibió el Presidente de Bolivia, Evo Morales, el consentimiento dado por su homólogo chileno, Sebastián Piñera, a la solicitud presentada este lunes por el gobierno de La Paz para que ambos pudieren reunirse en Lima durante su asistencia a la toma de posesión del mandatario electo Ollanta Humala.
La información fue confirmada por el Canciller chileno, Alfredo Moreno, quien adelantó que el diálogo con los representantes bolivianos sería de mucha franqueza, aunque recalcó la necesidad de que éste se base “en el respeto mutuo a los acuerdos”, el cual agregó se ha expresado en los tratados internacionales, palabras que se corresponden con la aproximación que el Estado chileno ha mantenido respecto a la reclamación marítima de La Paz.
La iniciativa adoptada por el gobierno de Bolivia busca así romper con el largo periodo de silencio y enfriamiento que han sufrido las relaciones bilaterales entre ambos países, desde que el Mandatario Evo Morales decidió el 23 de marzo pasado iniciar una ofensiva diplomática y judicial contra el Estado chileno para obtener su anhelada salida soberana al Océano Pacífico. Desde entonces, la administración de Morales ha desarrollado numerosas acciones encaminadas hacia ese objetivo, tales como el nombramiento de una autoridad específica para hacerse cargo del tema, o bien la presentación de su demanda en foros internacionales para obtener apoyo de países de la región.
En ese sentido, en una conferencia de prensa en la ciudad de Nueva York, donde asistió a actividades en el marco de la ONU, el presidente Evo Morales se refirió a su próxima cita con el mandatario chileno, insistiendo en que el aislamiento marítimo de su país es un problema que no afecta sólo a Bolivia, sino a toda la región sudamericana, como sostuvo su canciller David Choquehuanca durante la cuadragésimo primera Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, celebrada a comienzos de junio en El Salvador.
“Por ese tema del mar, salida al mar con soberanía hacia el Pacífico, no es un problema solamente de Bolivia con Chile, es un problema de integración de Latinoamérica. Eso lo entienden los pueblos, pero a veces no entienden ciertos grupos oligárquicos. Hay que superar ese problema de diferencias con algunos sectores sociales, pero quiero decir de manera abierta que podemos complementarnos, no competir y trabajar de manera complementaria entendiendo a nuestros pueblos”, enfatizó el Presidente Morales.
El Mandatario boliviano, en todo caso, se manifestó optimista respecto a la reunión con el presidente Sebastián Piñera, afirmando que “no significa un retroceso, porque Bolivia sustenta la cultura del diálogo y espera que hayan resultados”, descartando así un viraje respecto a su primera estrategia más confrontacional con anuncios de demandas internacionales.
Morales consideró que aunque históricamente las negociaciones entre los gobiernos de Chile y Bolivia para tratar la mediterraneidad de este último país no han logrado prosperar, existiría una amplia voluntad en el pueblo chileno para favorecer que los bolivianos cuenten después de más de 120 años con una salida soberana al mar.
“Queremos retomar la confianza de Presidente a Presidente, de Gobierno a Gobierno y siento que hay mucha confianza de Pueblo a Pueblo porque este problema del mar no ha sido de enfrentamiento del pueblo chileno con el pueblo boliviano, sino que es un problema traído por las oligarquías de aquellos tiempos, apoyados por las transnacionales”, señaló Evo Morales.
Los Presidentes de Chile y Bolivia coincidirán también este jueves durante la celebración de una Cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR.
Con alegría y esperanza recibió el Presidente de Bolivia, Evo Morales, el consentimiento dado por su homólogo chileno, Sebastián Piñera, a la solicitud presentada este lunes por el gobierno de La Paz para que ambos pudieren reunirse en Lima durante su asistencia a la toma de posesión del mandatario electo Ollanta Humala.
La información fue confirmada por el Canciller chileno, Alfredo Moreno, quien adelantó que el diálogo con los representantes bolivianos sería de mucha franqueza, aunque recalcó la necesidad de que éste se base “en el respeto mutuo a los acuerdos”, el cual agregó se ha expresado en los tratados internacionales, palabras que se corresponden con la aproximación que el Estado chileno ha mantenido respecto a la reclamación marítima de La Paz.
La iniciativa adoptada por el gobierno de Bolivia busca así romper con el largo periodo de silencio y enfriamiento que han sufrido las relaciones bilaterales entre ambos países, desde que el Mandatario Evo Morales decidió el 23 de marzo pasado iniciar una ofensiva diplomática y judicial contra el Estado chileno para obtener su anhelada salida soberana al Océano Pacífico. Desde entonces, la administración de Morales ha desarrollado numerosas acciones encaminadas hacia ese objetivo, tales como el nombramiento de una autoridad específica para hacerse cargo del tema, o bien la presentación de su demanda en foros internacionales para obtener apoyo de países de la región.
En ese sentido, en una conferencia de prensa en la ciudad de Nueva York, donde asistió a actividades en el marco de la ONU, el presidente Evo Morales se refirió a su próxima cita con el mandatario chileno, insistiendo en que el aislamiento marítimo de su país es un problema que no afecta sólo a Bolivia, sino a toda la región sudamericana, como sostuvo su canciller David Choquehuanca durante la cuadragésimo primera Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, celebrada a comienzos de junio en El Salvador.
“Por ese tema del mar, salida al mar con soberanía hacia el Pacífico, no es un problema solamente de Bolivia con Chile, es un problema de integración de Latinoamérica. Eso lo entienden los pueblos, pero a veces no entienden ciertos grupos oligárquicos. Hay que superar ese problema de diferencias con algunos sectores sociales, pero quiero decir de manera abierta que podemos complementarnos, no competir y trabajar de manera complementaria entendiendo a nuestros pueblos”, enfatizó el Presidente Morales.
El Mandatario boliviano, en todo caso, se manifestó optimista respecto a la reunión con el presidente Sebastián Piñera, afirmando que “no significa un retroceso, porque Bolivia sustenta la cultura del diálogo y espera que hayan resultados”, descartando así un viraje respecto a su primera estrategia más confrontacional con anuncios de demandas internacionales.
Morales consideró que aunque históricamente las negociaciones entre los gobiernos de Chile y Bolivia para tratar la mediterraneidad de este último país no han logrado prosperar, existiría una amplia voluntad en el pueblo chileno para favorecer que los bolivianos cuenten después de más de 120 años con una salida soberana al mar.
“Queremos retomar la confianza de Presidente a Presidente, de Gobierno a Gobierno y siento que hay mucha confianza de Pueblo a Pueblo porque este problema del mar no ha sido de enfrentamiento del pueblo chileno con el pueblo boliviano, sino que es un problema traído por las oligarquías de aquellos tiempos, apoyados por las transnacionales”, señaló Evo Morales.
Los Presidentes de Chile y Bolivia coincidirán también este jueves durante la celebración de una Cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR.
Con alegría y esperanza recibió el Presidente de Bolivia, Evo Morales, el consentimiento dado por su homólogo chileno, Sebastián Piñera, a la solicitud presentada este lunes por el gobierno de La Paz para que ambos pudieren reunirse en Lima durante su asistencia a la toma de posesión del mandatario electo Ollanta Humala.
La información fue confirmada por el Canciller chileno, Alfredo Moreno, quien adelantó que el diálogo con los representantes bolivianos sería de mucha franqueza, aunque recalcó la necesidad de que éste se base “en el respeto mutuo a los acuerdos”, el cual agregó se ha expresado en los tratados internacionales, palabras que se corresponden con la aproximación que el Estado chileno ha mantenido respecto a la reclamación marítima de La Paz.
La iniciativa adoptada por el gobierno de Bolivia busca así romper con el largo periodo de silencio y enfriamiento que han sufrido las relaciones bilaterales entre ambos países, desde que el Mandatario Evo Morales decidió el 23 de marzo pasado iniciar una ofensiva diplomática y judicial contra el Estado chileno para obtener su anhelada salida soberana al Océano Pacífico. Desde entonces, la administración de Morales ha desarrollado numerosas acciones encaminadas hacia ese objetivo, tales como el nombramiento de una autoridad específica para hacerse cargo del tema, o bien la presentación de su demanda en foros internacionales para obtener apoyo de países de la región.
En ese sentido, en una conferencia de prensa en la ciudad de Nueva York, donde asistió a actividades en el marco de la ONU, el presidente Evo Morales se refirió a su próxima cita con el mandatario chileno, insistiendo en que el aislamiento marítimo de su país es un problema que no afecta sólo a Bolivia, sino a toda la región sudamericana, como sostuvo su canciller David Choquehuanca durante la cuadragésimo primera Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, celebrada a comienzos de junio en El Salvador.
“Por ese tema del mar, salida al mar con soberanía hacia el Pacífico, no es un problema solamente de Bolivia con Chile, es un problema de integración de Latinoamérica. Eso lo entienden los pueblos, pero a veces no entienden ciertos grupos oligárquicos. Hay que superar ese problema de diferencias con algunos sectores sociales, pero quiero decir de manera abierta que podemos complementarnos, no competir y trabajar de manera complementaria entendiendo a nuestros pueblos”, enfatizó el Presidente Morales.
El Mandatario boliviano, en todo caso, se manifestó optimista respecto a la reunión con el presidente Sebastián Piñera, afirmando que “no significa un retroceso, porque Bolivia sustenta la cultura del diálogo y espera que hayan resultados”, descartando así un viraje respecto a su primera estrategia más confrontacional con anuncios de demandas internacionales.
Morales consideró que aunque históricamente las negociaciones entre los gobiernos de Chile y Bolivia para tratar la mediterraneidad de este último país no han logrado prosperar, existiría una amplia voluntad en el pueblo chileno para favorecer que los bolivianos cuenten después de más de 120 años con una salida soberana al mar.
“Queremos retomar la confianza de Presidente a Presidente, de Gobierno a Gobierno y siento que hay mucha confianza de Pueblo a Pueblo porque este problema del mar no ha sido de enfrentamiento del pueblo chileno con el pueblo boliviano, sino que es un problema traído por las oligarquías de aquellos tiempos, apoyados por las transnacionales”, señaló Evo Morales.
Los Presidentes de Chile y Bolivia coincidirán también este jueves durante la celebración de una Cumbre extraordinaria de la Unión de Naciones Suramericanas, UNASUR.
