Siete semanas después de haber triunfado en el balotaje presidencial, el líder nacionalista Ollanta Humala Tasso se convirtió en el nuevo Presidente del Perú después de una emotiva ceremonia cívica que dio cuenta en buena parte de los profundos contrastes que dividen a la sociedad de ese país.
Fue el saliente Mandatario Alan García, quien acudió en horas de la mañana a la sede del Ejecutivo a entregar la banda presidencial que terció su abultado abdomen durante los cinco años de su gobierno. Fiel a sus anuncios de los días previos, García dejó la banda en manos del jefe de la sede de Gobierno y se retiró del lugar sin asistir a la investidura de Humala en el Congreso, temiendo ser abucheado púbicamente, como al final de su anterior mandato.
Casi a la misma hora, Humala se disponía a jurar como nuevo Presidente del Perú. Y aunque en las semanas previas a su asunción, el ex militar había sorprendido a seguidores y detractores constituyendo un gabinete de concertación integrado por figuras de todo el espectro político, en la hora clave de jurar como Presidente de la República, Ollanta Humala volvió asombrar con una contundente y sincera declaración de principios al invocar la extinta Constitución de 1979, que nació durante la transición democrática del país, soslayando así la Carta vigente redactada durante la dictadura civil de Alberto Fujimori.
“Defender la soberanía nacional, el orden constitucional y la integridad física y moral de la República y sus instituciones democráticas honrando el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979, que reconoceré y trabajare incansablemente por lograr la inclusión social de todos los peruanos, especialmente de los más pobres”, enfatizó el Presidente Ollanta Humala.
La declaración provocó una airada reacción entre los integrantes de la bancada fujimorista de Fuerza 2011. La congresista Martha Chávez, de gran cercanía con Fujimori y su régimen, llegó incluso a decir que Humala se convertía en gobernante de facto al haberse negado a jurar sobre la Constitución vigente.
Pero no fue el único detalle que escapó del protocolo. Durante los juramentos de los nuevos congresistas hubo escenas peculiares como la del congresista Víctor Oliva, que lo hizo en memoria del ex general Velasco Alvarado, o el de la parlamentaria andina Hilaria Supa, que lo hizo en lengua quechua y para cuya investidura se debió retirar el crucifijo del salón plenario, en atención a sus creencias.
Horas más tarde, durante su primer discurso oficial, el ahora Presidente Ollanta Humala se comprometió a implementar una serie de medidas prometidas durante su campaña. Sabiendo que su mensaje sería escuchado con atención allende las fronteras del Perú, el flamante Mandatario puso especial énfasis en la integración regional como motor del desarrollo económico de su país.
Pero también fue franco para dirigirse en especial a uno de sus invitados más importantes, el Presidente chileno Sebastián Piñera, a quien aseguró, con el compromiso de la circunstancia en que sus palabras eran proferidas, que el Perú respetará cualquier fallo que dictamine la Corte Internacional de la Haya acerca del diferendo por la delimitación marítima entre ambos países.
“La solución pacífica de los litigios internacionales es la filosofía que me inspira y particularmente en relación a nuestros diferendos con Chile. Seguro de los fundamentos de nuestra causa que defiendo ardientemente, afirmó que acataremos el fallo del Tribunal de La Haya en nuestro reclamo sobre la frontera marítima y estoy convencido que Chile hará lo mismo”, afirmó el Mandatario peruano al asumir el poder.
De igual modo, el Presidente Humala se comprometió a desarrollar “una política exterior multilateral de cara a la región” con una integración en el marco de UNASUR y la Comunidad Andina de Naciones como línea principal de acción.
Siete semanas después de haber triunfado en el balotaje presidencial, el líder nacionalista Ollanta Humala Tasso se convirtió en el nuevo Presidente del Perú después de una emotiva ceremonia cívica que dio cuenta en buena parte de los profundos contrastes que dividen a la sociedad de ese país.
Fue el saliente Mandatario Alan García, quien acudió en horas de la mañana a la sede del Ejecutivo a entregar la banda presidencial que terció su abultado abdomen durante los cinco años de su gobierno. Fiel a sus anuncios de los días previos, García dejó la banda en manos del jefe de la sede de Gobierno y se retiró del lugar sin asistir a la investidura de Humala en el Congreso, temiendo ser abucheado púbicamente, como al final de su anterior mandato.
Casi a la misma hora, Humala se disponía a jurar como nuevo Presidente del Perú. Y aunque en las semanas previas a su asunción, el ex militar había sorprendido a seguidores y detractores constituyendo un gabinete de concertación integrado por figuras de todo el espectro político, en la hora clave de jurar como Presidente de la República, Ollanta Humala volvió asombrar con una contundente y sincera declaración de principios al invocar la extinta Constitución de 1979, que nació durante la transición democrática del país, soslayando así la Carta vigente redactada durante la dictadura civil de Alberto Fujimori.
“Defender la soberanía nacional, el orden constitucional y la integridad física y moral de la República y sus instituciones democráticas honrando el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979, que reconoceré y trabajare incansablemente por lograr la inclusión social de todos los peruanos, especialmente de los más pobres”, enfatizó el Presidente Ollanta Humala.
La declaración provocó una airada reacción entre los integrantes de la bancada fujimorista de Fuerza 2011. La congresista Martha Chávez, de gran cercanía con Fujimori y su régimen, llegó incluso a decir que Humala se convertía en gobernante de facto al haberse negado a jurar sobre la Constitución vigente.
Pero no fue el único detalle que escapó del protocolo. Durante los juramentos de los nuevos congresistas hubo escenas peculiares como la del congresista Víctor Oliva, que lo hizo en memoria del ex general Velasco Alvarado, o el de la parlamentaria andina Hilaria Supa, que lo hizo en lengua quechua y para cuya investidura se debió retirar el crucifijo del salón plenario, en atención a sus creencias.
Horas más tarde, durante su primer discurso oficial, el ahora Presidente Ollanta Humala se comprometió a implementar una serie de medidas prometidas durante su campaña. Sabiendo que su mensaje sería escuchado con atención allende las fronteras del Perú, el flamante Mandatario puso especial énfasis en la integración regional como motor del desarrollo económico de su país.
Pero también fue franco para dirigirse en especial a uno de sus invitados más importantes, el Presidente chileno Sebastián Piñera, a quien aseguró, con el compromiso de la circunstancia en que sus palabras eran proferidas, que el Perú respetará cualquier fallo que dictamine la Corte Internacional de la Haya acerca del diferendo por la delimitación marítima entre ambos países.
“La solución pacífica de los litigios internacionales es la filosofía que me inspira y particularmente en relación a nuestros diferendos con Chile. Seguro de los fundamentos de nuestra causa que defiendo ardientemente, afirmó que acataremos el fallo del Tribunal de La Haya en nuestro reclamo sobre la frontera marítima y estoy convencido que Chile hará lo mismo”, afirmó el Mandatario peruano al asumir el poder.
De igual modo, el Presidente Humala se comprometió a desarrollar “una política exterior multilateral de cara a la región” con una integración en el marco de UNASUR y la Comunidad Andina de Naciones como línea principal de acción.
Siete semanas después de haber triunfado en el balotaje presidencial, el líder nacionalista Ollanta Humala Tasso se convirtió en el nuevo Presidente del Perú después de una emotiva ceremonia cívica que dio cuenta en buena parte de los profundos contrastes que dividen a la sociedad de ese país.
Fue el saliente Mandatario Alan García, quien acudió en horas de la mañana a la sede del Ejecutivo a entregar la banda presidencial que terció su abultado abdomen durante los cinco años de su gobierno. Fiel a sus anuncios de los días previos, García dejó la banda en manos del jefe de la sede de Gobierno y se retiró del lugar sin asistir a la investidura de Humala en el Congreso, temiendo ser abucheado púbicamente, como al final de su anterior mandato.
Casi a la misma hora, Humala se disponía a jurar como nuevo Presidente del Perú. Y aunque en las semanas previas a su asunción, el ex militar había sorprendido a seguidores y detractores constituyendo un gabinete de concertación integrado por figuras de todo el espectro político, en la hora clave de jurar como Presidente de la República, Ollanta Humala volvió asombrar con una contundente y sincera declaración de principios al invocar la extinta Constitución de 1979, que nació durante la transición democrática del país, soslayando así la Carta vigente redactada durante la dictadura civil de Alberto Fujimori.
“Defender la soberanía nacional, el orden constitucional y la integridad física y moral de la República y sus instituciones democráticas honrando el espíritu, los principios y los valores de la Constitución de 1979, que reconoceré y trabajare incansablemente por lograr la inclusión social de todos los peruanos, especialmente de los más pobres”, enfatizó el Presidente Ollanta Humala.
La declaración provocó una airada reacción entre los integrantes de la bancada fujimorista de Fuerza 2011. La congresista Martha Chávez, de gran cercanía con Fujimori y su régimen, llegó incluso a decir que Humala se convertía en gobernante de facto al haberse negado a jurar sobre la Constitución vigente.
Pero no fue el único detalle que escapó del protocolo. Durante los juramentos de los nuevos congresistas hubo escenas peculiares como la del congresista Víctor Oliva, que lo hizo en memoria del ex general Velasco Alvarado, o el de la parlamentaria andina Hilaria Supa, que lo hizo en lengua quechua y para cuya investidura se debió retirar el crucifijo del salón plenario, en atención a sus creencias.
Horas más tarde, durante su primer discurso oficial, el ahora Presidente Ollanta Humala se comprometió a implementar una serie de medidas prometidas durante su campaña. Sabiendo que su mensaje sería escuchado con atención allende las fronteras del Perú, el flamante Mandatario puso especial énfasis en la integración regional como motor del desarrollo económico de su país.
Pero también fue franco para dirigirse en especial a uno de sus invitados más importantes, el Presidente chileno Sebastián Piñera, a quien aseguró, con el compromiso de la circunstancia en que sus palabras eran proferidas, que el Perú respetará cualquier fallo que dictamine la Corte Internacional de la Haya acerca del diferendo por la delimitación marítima entre ambos países.
“La solución pacífica de los litigios internacionales es la filosofía que me inspira y particularmente en relación a nuestros diferendos con Chile. Seguro de los fundamentos de nuestra causa que defiendo ardientemente, afirmó que acataremos el fallo del Tribunal de La Haya en nuestro reclamo sobre la frontera marítima y estoy convencido que Chile hará lo mismo”, afirmó el Mandatario peruano al asumir el poder.
De igual modo, el Presidente Humala se comprometió a desarrollar “una política exterior multilateral de cara a la región” con una integración en el marco de UNASUR y la Comunidad Andina de Naciones como línea principal de acción.
