Este martes se inició en la Comisión de Salud del Senado la tramitación del proyecto de ley sobre aborto terapéutico que contempla que la interrupción del embarazo se debiese considerar aplicable cuando la vida de la madre corra riesgo o cuando el embarazo sea inviable.
A la instancia parlamentaria fue invitado el académico del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (Cemera) de la Universidad de Chile Ramiro Molina, quien lamentó la ausencia de senadores más conservadores pero valoró que el tema se esté tratando luego de muchos años.
El experto planteó a los parlamentarios que es necesario legislar sobre este asunto puesto que se trata de una deuda pendiente que permitiría resolver contradicciones entre la ley y la práctica de la medicina, por ejemplo, en situaciones en que la vida de la madre está en riesgo.
“Cuando uno mira la clasificación de los egresos por aborto que existen en el país, cuando uno los desestructura se da cuenta que el 40 por ciento de esos egresos corresponden a egresos por embarazos sinópticos y otros productos anormales de la concepción. Si bien es cierto que están dentro de la clasificación de aborto, no son abortos propiamente tal, se definen dentro del contexto de aborto, pero no en el sentido que la ley considera, pero la ley hace este tipo absolutamente ilegal”, explicó el médico.
El segundo tema tratado, señaló el académico de la Facultad de Medicina, fueron los casos en que la vida del niño fuese incompatible por malformaciones congénitas, genéticas o alteración del desarrollo biológico durante la gestación.
En ese punto, explicó el gineco-obstetra, el senador RN Francisco Chahuán planteó que podría prestarse para una práctica eugenésica para interrumpir el embarazo de niños con defectos, que no pusieran necesariamente su vida en riesgo.
Sin embargo, el especialista subrayó que es necesario legislar sobre estos casos.
“Si bien es cierto, que podría caerse en una ley eugenésica que no debería ser. Sin embargo, hoy no existe ninguna posibilidad de que una mujer que tenga un embarazo con una malformación incompatible con la vida pueda solicitar la interrupción del embarazo, que no tiene ninguna alternativa de vida por delante ese niño. Lo que ocurre es que las personas que tienen un nivel socio económico alto pueden viajar al extranjero para que les practiquen alguna intervención que significa que el niño detiene sus latidos cardíacos y cuando vuelven a Chile prácticamente llegan a abortar un feto muerto”, detalló el especialista.
Ramiro Molina recalcó que es un tema que tiene para, al menos, 18 meses más de discusión y que los parlamentarios aún deben escuchar otros sectores que tengan algo que decir al respecto.
Este martes se inició en la Comisión de Salud del Senado la tramitación del proyecto de ley sobre aborto terapéutico que contempla que la interrupción del embarazo se debiese considerar aplicable cuando la vida de la madre corra riesgo o cuando el embarazo sea inviable.
A la instancia parlamentaria fue invitado el académico del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (Cemera) de la Universidad de Chile Ramiro Molina, quien lamentó la ausencia de senadores más conservadores pero valoró que el tema se esté tratando luego de muchos años.
El experto planteó a los parlamentarios que es necesario legislar sobre este asunto puesto que se trata de una deuda pendiente que permitiría resolver contradicciones entre la ley y la práctica de la medicina, por ejemplo, en situaciones en que la vida de la madre está en riesgo.
“Cuando uno mira la clasificación de los egresos por aborto que existen en el país, cuando uno los desestructura se da cuenta que el 40 por ciento de esos egresos corresponden a egresos por embarazos sinópticos y otros productos anormales de la concepción. Si bien es cierto que están dentro de la clasificación de aborto, no son abortos propiamente tal, se definen dentro del contexto de aborto, pero no en el sentido que la ley considera, pero la ley hace este tipo absolutamente ilegal”, explicó el médico.
El segundo tema tratado, señaló el académico de la Facultad de Medicina, fueron los casos en que la vida del niño fuese incompatible por malformaciones congénitas, genéticas o alteración del desarrollo biológico durante la gestación.
En ese punto, explicó el gineco-obstetra, el senador RN Francisco Chahuán planteó que podría prestarse para una práctica eugenésica para interrumpir el embarazo de niños con defectos, que no pusieran necesariamente su vida en riesgo.
Sin embargo, el especialista subrayó que es necesario legislar sobre estos casos.
“Si bien es cierto, que podría caerse en una ley eugenésica que no debería ser. Sin embargo, hoy no existe ninguna posibilidad de que una mujer que tenga un embarazo con una malformación incompatible con la vida pueda solicitar la interrupción del embarazo, que no tiene ninguna alternativa de vida por delante ese niño. Lo que ocurre es que las personas que tienen un nivel socio económico alto pueden viajar al extranjero para que les practiquen alguna intervención que significa que el niño detiene sus latidos cardíacos y cuando vuelven a Chile prácticamente llegan a abortar un feto muerto”, detalló el especialista.
Ramiro Molina recalcó que es un tema que tiene para, al menos, 18 meses más de discusión y que los parlamentarios aún deben escuchar otros sectores que tengan algo que decir al respecto.
Este martes se inició en la Comisión de Salud del Senado la tramitación del proyecto de ley sobre aborto terapéutico que contempla que la interrupción del embarazo se debiese considerar aplicable cuando la vida de la madre corra riesgo o cuando el embarazo sea inviable.
A la instancia parlamentaria fue invitado el académico del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (Cemera) de la Universidad de Chile Ramiro Molina, quien lamentó la ausencia de senadores más conservadores pero valoró que el tema se esté tratando luego de muchos años.
El experto planteó a los parlamentarios que es necesario legislar sobre este asunto puesto que se trata de una deuda pendiente que permitiría resolver contradicciones entre la ley y la práctica de la medicina, por ejemplo, en situaciones en que la vida de la madre está en riesgo.
“Cuando uno mira la clasificación de los egresos por aborto que existen en el país, cuando uno los desestructura se da cuenta que el 40 por ciento de esos egresos corresponden a egresos por embarazos sinópticos y otros productos anormales de la concepción. Si bien es cierto que están dentro de la clasificación de aborto, no son abortos propiamente tal, se definen dentro del contexto de aborto, pero no en el sentido que la ley considera, pero la ley hace este tipo absolutamente ilegal”, explicó el médico.
El segundo tema tratado, señaló el académico de la Facultad de Medicina, fueron los casos en que la vida del niño fuese incompatible por malformaciones congénitas, genéticas o alteración del desarrollo biológico durante la gestación.
En ese punto, explicó el gineco-obstetra, el senador RN Francisco Chahuán planteó que podría prestarse para una práctica eugenésica para interrumpir el embarazo de niños con defectos, que no pusieran necesariamente su vida en riesgo.
Sin embargo, el especialista subrayó que es necesario legislar sobre estos casos.
“Si bien es cierto, que podría caerse en una ley eugenésica que no debería ser. Sin embargo, hoy no existe ninguna posibilidad de que una mujer que tenga un embarazo con una malformación incompatible con la vida pueda solicitar la interrupción del embarazo, que no tiene ninguna alternativa de vida por delante ese niño. Lo que ocurre es que las personas que tienen un nivel socio económico alto pueden viajar al extranjero para que les practiquen alguna intervención que significa que el niño detiene sus latidos cardíacos y cuando vuelven a Chile prácticamente llegan a abortar un feto muerto”, detalló el especialista.
Ramiro Molina recalcó que es un tema que tiene para, al menos, 18 meses más de discusión y que los parlamentarios aún deben escuchar otros sectores que tengan algo que decir al respecto.
