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Irene toca tierra en Carolina del Norte y pierde fuerza

El huracán Irene llegó debilitado a tierras estadounidenses, con categoría uno sobre cinco. Entró por Carolina del Norte con vientos fuertes que avanzan por la costa este de Estados Unidos. Pese a ello, las autoridades ordenaron evacuaciones inéditas y el cierre de aeropuertos. La población se preparó para lo peor.

RFI

  Sábado 27 de agosto 2011 11:27 hrs. 
irene

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El Presidente Obama hizo un llamado a los estadounidenses para que tomen “precauciones” y “sigan las órdenes de evacuación”. Desde Carolina del Norte hasta Nueva York se ha decretado el estado de emergencia y decenas de miles de personas han recibido órdenes de evacuación.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, anunció la evacuación de hospitales y otras instituciones vulnerables en las zonas más bajas de la ciudad. “Esto es exagerado, lo único que han conseguido es asustar a la gente y seguro que no es para tanto. Estas evacuaciones son preventivas, de acuerdo, pero también lo hacen para congraciarse con los habitantes de Washington y Nueva York que se pusieron coléricos cuando en la última nevada las autoridades no supieron actuar y las ciudades se pararon dos semanas”, afirma a RFI un analista residente en Nueva York.

Pero Dennis Feltgen, un portavoz del Centro Nacional de Huracanes, indicó que Nueva York no había sido afectado directamente por un huracán desde Gloria, en septiembre de 1985, que golpeó Long Island como una tormenta grado uno. “Puede que las ciudades reciban impactos directos, incluyendo Washington DC, Baltimore, Nueva York o Boston. La amenaza a la que deben hacer frente es muy grande”, concluyó Feltgen.

En Nueva York, el intrincado laberinto de trenes subterráneos, aeropuertos, carreteras superpobladas y áreas ribereñas densamente habitadas pueden volverla particularmente vulnerable. Los servicios municipales, incluyendo los del transporte, han sido movilizados para trasladar equipos fuera de las zonas potencialmente inundables y la policía comenzó a distribuir botes salvavidas en varios puntos de la ciudad.

Observadores sostienen que la suerte de Nueva York, como la de otras grandes ciudades que el huracán podría atravesar, como Filadelfia, dependerá del rumbo exacto que tome Irene, el cual ingresó a Estados Unidos produciendo un oleaje intenso en el noreste de Florida mientras avanzaba “ligeramente debilitado”, como huracán categoría dos, con vientos de 175 km/h hacia las costas de Carolina del Norte, donde se prevé que llegue el sábado en la mañana, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami.

El alcalde Bloomberg descartó riesgos para los grandes rascacielos de Manhattan, pero no descartó que se produzcan daños mayores en los edificios más vetustos, de madera o ladrillo. “Seguramente van a volar ladrillos”, pronosticó.

Desde que Irene pasó de tormenta tropical a huracán, el lunes, ha dejado al menos dos muertos en Haití, otros dos en República Dominicana y uno en Puerto Rico, donde los daños se estimaron en más de 500 millones de dólares, según el gobernador Luis Fortuño.

Mientras en el Caribe están acostumbrados a estos fenómenos, para el noreste de Estados Unidos es ajeno porque suele escapar a estas depresiones. Las fuerzas armadas hicieron saber que 98.000 miembros de la Guardia Nacional están listos a intervenir y la marina decidió enviar al mar a todas sus naves amarradas en el puerto de Hampton Roads, en Virginia.

En el litoral de Carolina del Norte, en las Outer Banks, una franja de arena de más de 150 km de longitud, las autoridades comenzaron el miércoles a evacuar a los turistas.

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