Este domingo se celebró el Día del Migrante con una fiesta intercultural con música de distintos países, banderas, bailes y trajes típicos. Una celebración que cierra la “semana del migrante”, organizada por el Instituto Católico Chileno de Migración (INCAMI).

Una importante festividad cuando los migrantes afirman sentirse discriminados en nuestro país, una situación que constató Juan Pablo Pino, quien se dedica a brindar asesoría a los extranjeros y acoger sus demandas.

“Lo que nosotros como clínica jurídica hemos constatado es que hay poca preocupación de la materia migratoria, nosotros lo vemos desde el punto de vista jurídico, pero es más bien sociológico. Chile es un país que no es tanto como se dice la canción que cuando el amigo es forastero se la va a tratar bien, sino está más bien alejado de eso, y la experiencia que nosotros llevamos trabajando y hemos visto hace unos tres años al menos”, afirmó Pino.

El especialista puso el acento en el trato que se les está dando a los peruanos, los que son clasificados por el Instituto como “migrante económico”, es decir, que vienen a Chile buscando oportunidades laborales o de desarrollo familiar, áreas en las que justamente reciben abusos por parte de los ciudadanos chilenos.

Lamentablemente, para poder acceder a las oportunidades que brinda nuestro país, muchos están dispuestos a someterse al abuso, reforzando así la lógica del maltrato. Por ello, afirmó que este tipo de festividades, el darle un espacio de reconocimiento y validez al extranjero, por poco que sea, ayuda a construir una sociedad más consciente y menos discriminadora.