Palestinos e israelíes se preparan para un pulso en la ONU
La Autoridad Palestina lanza este 8 de septiembre de 2011 su campaña bautizada ‘Palestina 194’ a dos semanas de Asamblea general de la ONU durante la cual deberían pedir el reconocimiento internacional de un Estado palestino, con miras a convertirse en el 194° miembro de la organización.
Nicolas Falez, corresponsal de RFI en Israel y en los territorios palestinos
Jueves 8 de septiembre 2011 13:02 hrs.
Pasaron 18 años desde los acuerdos de Oslo y los palestinos siguen reivindicando un Estado que las negociaciones con Israel no han conseguido plasmar en un mapa. La última ronda de diálogo entre las partes tuvo lugar hace un año. Las tratativas se interrumpieron rápidamente: los palestinos se negaban a negociar con un gobierno que continuase con la colonización.
Por lo pronto, en septiembre de 2011, el gobierno palestino de Salam Fayyad ha alcanzado el objetivo que se había fijado: construir las fundaciones de un Estadio. Esta obra ha sido celebrada por la ONU, el FMI, el Banco Mundial en la última primavera (boreal), que indicaron que los palestinos estaban listos para administrar un Estado independiente.
Una simbólica silla de olivo palestino
Ahora, los palestinos quieren que este Estado “construido desde abajo hacia arriba” sea reconocido por la comunidad internacional. “Le decimos al mundo, al presidente Obama, al presidente Sarkozy que apoyan las revueltas de los pueblos sirio, libio, egipcio y tunecino que también tienen que apoyar al pueblo palestino”, afirma Hasán Balawi, consejero del ministerio palestino de Relaciones Exteriores. “Los dirigentes de la comunidad internacional deben tomar posición: o están a favor de la colonización o están en contra”.
Los palestinos recuerdan que Barack Obama se opuso a la colonización en su discurso de El Cairo en 2009. Y de que en la tribuna de la ONU, en septiembre de 2010, el presidente estadounidense evocó la posibilidad de acoger al futuro Estado palestino “de aquí a un año”.
En los mensajes radiales de la campaña “Palestina 194”, los dirigentes de Ramala aseguran que su meta es conseguir la independencia del Estado y su admisión plena y completa en Naciones Unidas. Una silla simbólica hecha con madera de olivo palestino, el del “194° Estado miembro” viaja actualmente de capital en capital y llevará a fin de mes a Nueva York, sede de la ONU.
El temor de Israel
Mientras tanto, esta perspectiva tiene pocas posibilidades de prosperar. Si se enfrentan al Consejo de Seguridad, los palestinos saben que chocarán con el veto de Estados Unidos.
Un escenario alternativo sería entonces dirigirse a hacia la Asamblea General de la ONU, donde los 193 Estados miembros tiene derecho a voto. Y 130 de 150 países parecen dispuestos a reconocer a Palestina como Estado. Pero en ese caso, el pedido sería más modesto. Los palestinos podrían conformarse con pedir un estatuto mayor al actual (hoy son “observadores” de la ONU).
En este caso, Palestina podría ser reconocida como un Estado no miembro de Naciones Unidas, como el caso del Vaticano. “Sería simbólico, es exactamente lo que asusta a Israel y a Estados Unidos”, estima Akram Daud, decano de la Faculta de Derecho de Naplusa en Cisjordania. Israel se encontraría en una situación embarazosa y los Estados Unidos opuestos a todo el mundo”.
Respuesta israelí
Los israelíes también están en campaña, puesto que aún quedan países que no han expresado claramente cómo piensan votar cuando llegue el momento, empezando por muchos europeos, entre ellos, Francia. A quienes todavía no han tomado una decisión, los dirigentes y diplomáticos aseguran que la única vía posible es la de la negociación.
“Un Estado debe surgir de un acuerdo bilateral, de un acuerdo de paz hecho y derecho, explica Ygal Palmor, portavoz de la cancillería israelí, e inclusive si los palestinos consiguen algún reconocimiento en la ONU, eso no cambiará nada en los hechos”, asegura.
En Israel, se alzan voces para pedir acciones unilaterales como respuesta a las de los palestinos. Ministros y diputados de derecha ya han expresado públicamente su deseo de que los acuerdos de paz de Oslo sean considerados como nulos y sin valor si los palestinos acuden a la ONU.
Riesgo de violencia
En Israel también se apunta al riesgo de violencia, incluso si la Autoridad Palestina promete manifestaciones “populares y pacíficas” para acompañar su iniciativa de reconocimiento. Por su parte, el ejército israelí se ha dotado de nuevo material para dispersar manifestaciones, como camiones que lanzan un agua nauseabunda.
Implantado en Cisjordania, los colonos israelíes también se preparan. “Vivo aquí desde hace 23 años. Siempre tuve armas en casa pero nunca las utilicé”, dice Saúl Goldstein, que dirige el consejo local de Goush Etzion, un bloque de colonias judías situado en la región de Belén en Cisjordania. “En mi pueblo, somos 400 familias, más de un centenar están armadas. Pero en 23 años aquí, no he visto a nadie usar su arma. Espero que nunca ocurra. Pero si alguien se mete con nuestras mujeres e hijos, tendremos que defendernos. Esperemos que nadie nos obligue a hacerlo…”
Pasaron 18 años desde los acuerdos de Oslo y los palestinos siguen reivindicando un Estado que las negociaciones con Israel no han conseguido plasmar en un mapa. La última ronda de diálogo entre las partes tuvo lugar hace un año. Las tratativas se interrumpieron rápidamente: los palestinos se negaban a negociar con un gobierno que continuase con la colonización.
Por lo pronto, en septiembre de 2011, el gobierno palestino de Salam Fayyad ha alcanzado el objetivo que se había fijado: construir las fundaciones de un Estadio. Esta obra ha sido celebrada por la ONU, el FMI, el Banco Mundial en la última primavera (boreal), que indicaron que los palestinos estaban listos para administrar un Estado independiente.
Una simbólica silla de olivo palestino
Ahora, los palestinos quieren que este Estado “construido desde abajo hacia arriba” sea reconocido por la comunidad internacional. “Le decimos al mundo, al presidente Obama, al presidente Sarkozy que apoyan las revueltas de los pueblos sirio, libio, egipcio y tunecino que también tienen que apoyar al pueblo palestino”, afirma Hasán Balawi, consejero del ministerio palestino de Relaciones Exteriores. “Los dirigentes de la comunidad internacional deben tomar posición: o están a favor de la colonización o están en contra”.
Los palestinos recuerdan que Barack Obama se opuso a la colonización en su discurso de El Cairo en 2009. Y de que en la tribuna de la ONU, en septiembre de 2010, el presidente estadounidense evocó la posibilidad de acoger al futuro Estado palestino “de aquí a un año”.
En los mensajes radiales de la campaña “Palestina 194”, los dirigentes de Ramala aseguran que su meta es conseguir la independencia del Estado y su admisión plena y completa en Naciones Unidas. Una silla simbólica hecha con madera de olivo palestino, el del “194° Estado miembro” viaja actualmente de capital en capital y llevará a fin de mes a Nueva York, sede de la ONU.
El temor de Israel
Mientras tanto, esta perspectiva tiene pocas posibilidades de prosperar. Si se enfrentan al Consejo de Seguridad, los palestinos saben que chocarán con el veto de Estados Unidos.
Un escenario alternativo sería entonces dirigirse a hacia la Asamblea General de la ONU, donde los 193 Estados miembros tiene derecho a voto. Y 130 de 150 países parecen dispuestos a reconocer a Palestina como Estado. Pero en ese caso, el pedido sería más modesto. Los palestinos podrían conformarse con pedir un estatuto mayor al actual (hoy son “observadores” de la ONU).
En este caso, Palestina podría ser reconocida como un Estado no miembro de Naciones Unidas, como el caso del Vaticano. “Sería simbólico, es exactamente lo que asusta a Israel y a Estados Unidos”, estima Akram Daud, decano de la Faculta de Derecho de Naplusa en Cisjordania. Israel se encontraría en una situación embarazosa y los Estados Unidos opuestos a todo el mundo”.
Respuesta israelí
Los israelíes también están en campaña, puesto que aún quedan países que no han expresado claramente cómo piensan votar cuando llegue el momento, empezando por muchos europeos, entre ellos, Francia. A quienes todavía no han tomado una decisión, los dirigentes y diplomáticos aseguran que la única vía posible es la de la negociación.
“Un Estado debe surgir de un acuerdo bilateral, de un acuerdo de paz hecho y derecho, explica Ygal Palmor, portavoz de la cancillería israelí, e inclusive si los palestinos consiguen algún reconocimiento en la ONU, eso no cambiará nada en los hechos”, asegura.
En Israel, se alzan voces para pedir acciones unilaterales como respuesta a las de los palestinos. Ministros y diputados de derecha ya han expresado públicamente su deseo de que los acuerdos de paz de Oslo sean considerados como nulos y sin valor si los palestinos acuden a la ONU.
Riesgo de violencia
En Israel también se apunta al riesgo de violencia, incluso si la Autoridad Palestina promete manifestaciones “populares y pacíficas” para acompañar su iniciativa de reconocimiento. Por su parte, el ejército israelí se ha dotado de nuevo material para dispersar manifestaciones, como camiones que lanzan un agua nauseabunda.
Implantado en Cisjordania, los colonos israelíes también se preparan. “Vivo aquí desde hace 23 años. Siempre tuve armas en casa pero nunca las utilicé”, dice Saúl Goldstein, que dirige el consejo local de Goush Etzion, un bloque de colonias judías situado en la región de Belén en Cisjordania. “En mi pueblo, somos 400 familias, más de un centenar están armadas. Pero en 23 años aquí, no he visto a nadie usar su arma. Espero que nunca ocurra. Pero si alguien se mete con nuestras mujeres e hijos, tendremos que defendernos. Esperemos que nadie nos obligue a hacerlo…”
Pasaron 18 años desde los acuerdos de Oslo y los palestinos siguen reivindicando un Estado que las negociaciones con Israel no han conseguido plasmar en un mapa. La última ronda de diálogo entre las partes tuvo lugar hace un año. Las tratativas se interrumpieron rápidamente: los palestinos se negaban a negociar con un gobierno que continuase con la colonización.
Por lo pronto, en septiembre de 2011, el gobierno palestino de Salam Fayyad ha alcanzado el objetivo que se había fijado: construir las fundaciones de un Estadio. Esta obra ha sido celebrada por la ONU, el FMI, el Banco Mundial en la última primavera (boreal), que indicaron que los palestinos estaban listos para administrar un Estado independiente.
Una simbólica silla de olivo palestino
Ahora, los palestinos quieren que este Estado “construido desde abajo hacia arriba” sea reconocido por la comunidad internacional. “Le decimos al mundo, al presidente Obama, al presidente Sarkozy que apoyan las revueltas de los pueblos sirio, libio, egipcio y tunecino que también tienen que apoyar al pueblo palestino”, afirma Hasán Balawi, consejero del ministerio palestino de Relaciones Exteriores. “Los dirigentes de la comunidad internacional deben tomar posición: o están a favor de la colonización o están en contra”.
Los palestinos recuerdan que Barack Obama se opuso a la colonización en su discurso de El Cairo en 2009. Y de que en la tribuna de la ONU, en septiembre de 2010, el presidente estadounidense evocó la posibilidad de acoger al futuro Estado palestino “de aquí a un año”.
En los mensajes radiales de la campaña “Palestina 194”, los dirigentes de Ramala aseguran que su meta es conseguir la independencia del Estado y su admisión plena y completa en Naciones Unidas. Una silla simbólica hecha con madera de olivo palestino, el del “194° Estado miembro” viaja actualmente de capital en capital y llevará a fin de mes a Nueva York, sede de la ONU.
El temor de Israel
Mientras tanto, esta perspectiva tiene pocas posibilidades de prosperar. Si se enfrentan al Consejo de Seguridad, los palestinos saben que chocarán con el veto de Estados Unidos.
Un escenario alternativo sería entonces dirigirse a hacia la Asamblea General de la ONU, donde los 193 Estados miembros tiene derecho a voto. Y 130 de 150 países parecen dispuestos a reconocer a Palestina como Estado. Pero en ese caso, el pedido sería más modesto. Los palestinos podrían conformarse con pedir un estatuto mayor al actual (hoy son “observadores” de la ONU).
En este caso, Palestina podría ser reconocida como un Estado no miembro de Naciones Unidas, como el caso del Vaticano. “Sería simbólico, es exactamente lo que asusta a Israel y a Estados Unidos”, estima Akram Daud, decano de la Faculta de Derecho de Naplusa en Cisjordania. Israel se encontraría en una situación embarazosa y los Estados Unidos opuestos a todo el mundo”.
Respuesta israelí
Los israelíes también están en campaña, puesto que aún quedan países que no han expresado claramente cómo piensan votar cuando llegue el momento, empezando por muchos europeos, entre ellos, Francia. A quienes todavía no han tomado una decisión, los dirigentes y diplomáticos aseguran que la única vía posible es la de la negociación.
“Un Estado debe surgir de un acuerdo bilateral, de un acuerdo de paz hecho y derecho, explica Ygal Palmor, portavoz de la cancillería israelí, e inclusive si los palestinos consiguen algún reconocimiento en la ONU, eso no cambiará nada en los hechos”, asegura.
En Israel, se alzan voces para pedir acciones unilaterales como respuesta a las de los palestinos. Ministros y diputados de derecha ya han expresado públicamente su deseo de que los acuerdos de paz de Oslo sean considerados como nulos y sin valor si los palestinos acuden a la ONU.
Riesgo de violencia
En Israel también se apunta al riesgo de violencia, incluso si la Autoridad Palestina promete manifestaciones “populares y pacíficas” para acompañar su iniciativa de reconocimiento. Por su parte, el ejército israelí se ha dotado de nuevo material para dispersar manifestaciones, como camiones que lanzan un agua nauseabunda.
Implantado en Cisjordania, los colonos israelíes también se preparan. “Vivo aquí desde hace 23 años. Siempre tuve armas en casa pero nunca las utilicé”, dice Saúl Goldstein, que dirige el consejo local de Goush Etzion, un bloque de colonias judías situado en la región de Belén en Cisjordania. “En mi pueblo, somos 400 familias, más de un centenar están armadas. Pero en 23 años aquí, no he visto a nadie usar su arma. Espero que nunca ocurra. Pero si alguien se mete con nuestras mujeres e hijos, tendremos que defendernos. Esperemos que nadie nos obligue a hacerlo…”
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