Una rápida respuesta generó la carta enviada por la presidenta del PPD y vocera de la Concertación, Carolina Tohá, donde proponía la creación de una nueva coalición opositora.
Más allá de la polémica que se desató durante el fin de semana con la Democracia Cristiana, que aseguró sentirse excluida de la iniciativa, este lunes los máximos dirigentes de los partidos del conglomerado, decidieron concluir el impasse y cerrar filas anunciando nada menos que un proyecto de reestructuración que será dado a conocer el próximo 5 de octubre, fecha en que se conmemora el triunfo del NO en el plebiscito de 1988.
La presidenta del PPD indicó que este es un llamado a tomar cartas frente a una realidad que demuestra que la colectividad ha quedado debajo del carro de los cambios sociales y políticos demandados por la ciudadanía.
“Es la hora de tomar decisiones y definir cómo queremos hacernos cargo de algo que es evidente y que es la insuficiencia de la política que tenemos hoy porque no está representando a la gente que estamos llamados a convocar. Para eso hay que partir por tomar medidas uno mismo, por demostrar que uno está cambiando, que escuchó, que entendió y que está dispuesto a hacer modificaciones importantes en la manera que se realiza la política”, sostuvo la ex portavoz de La Moneda.
Y el principal indicador de la crisis del conglomerado opositor está relacionado, precisamente, con la desaprobación que tiene entre los ciudadanos. De hecho, la última encuesta Adimark, dada a conocer la semana pasada, detectó un 71 por ciento de rechazo de la población a la gestión de la Concertación.
Un escenario que, según el presidente de la DC, Ignacio Walker, responde a la falta de representatividad que vive tanto la oposición como el oficialismo. En esa línea, aseguró que esta “reinvención” busca responder a la muerte de una vieja forma de hacer política.
“El 40 por ciento de la gente se siente identificada con la oposición, pero sólo el 17 por ciento aprueba a la Concertación. Con esto hemos querido reaccionar a un nuevo escenario político y social y tratar de explicitar y definir un curso político que realmente nos permita convertirnos en alternativa de Gobierno. Y sobre todo, entender que hay una forma de hacer política que muere, el Ejecutivo y la oposición entre cuatro paredes, y una que nace, Gobierno, oposición y actores sociales, y eso es lo que tenemos que explicitar en un futuro próximo”, dijo el parlamentario.
Sin embargo, las críticas y los malos augurios no provienen sólo de la ciudadanía, sino de los mismos integrantes de la coalición, que han insistido en el agotamiento del conglomerado.
Uno de ellos fue el ex diputado del PPD, Antonio Leal, quien aseguró que ya era el momento de dar “por superada a la Concertación”, ya que, según él, “no tiene ni la amplitud suficiente para constituirse en una mayoría política y social, ni la capacidad de convocatoria dado que para el grueso de la población su identidad se asocia a una manera de entender la política y la forma de enfrentar los conflictos. Y este tiempo termina inexorablemente”.
Pese a ello, aún persisten las dudas respecto de este proceso de transformación, ya que en los primeros meses de este año, el presidente del Partido Radical, José Antonio Gómez, advirtió la necesidad de ampliar el conglomerado hacia otros actores políticos y sociales de izquierda que pudieran canalizar la visión de la ciudadanía. Sin embargo, la propuesta no logró reunir adeptos.
Ahora, la coordinación estará en las manos del presidente del PS, Osvaldo Andrade, quien deberá ordenar todas las ideas que han emanado de las distintas instancias de los partidos de la coalición, para finalmente entregar un proyecto en octubre.
Una rápida respuesta generó la carta enviada por la presidenta del PPD y vocera de la Concertación, Carolina Tohá, donde proponía la creación de una nueva coalición opositora.
Más allá de la polémica que se desató durante el fin de semana con la Democracia Cristiana, que aseguró sentirse excluida de la iniciativa, este lunes los máximos dirigentes de los partidos del conglomerado, decidieron concluir el impasse y cerrar filas anunciando nada menos que un proyecto de reestructuración que será dado a conocer el próximo 5 de octubre, fecha en que se conmemora el triunfo del NO en el plebiscito de 1988.
La presidenta del PPD indicó que este es un llamado a tomar cartas frente a una realidad que demuestra que la colectividad ha quedado debajo del carro de los cambios sociales y políticos demandados por la ciudadanía.
“Es la hora de tomar decisiones y definir cómo queremos hacernos cargo de algo que es evidente y que es la insuficiencia de la política que tenemos hoy porque no está representando a la gente que estamos llamados a convocar. Para eso hay que partir por tomar medidas uno mismo, por demostrar que uno está cambiando, que escuchó, que entendió y que está dispuesto a hacer modificaciones importantes en la manera que se realiza la política”, sostuvo la ex portavoz de La Moneda.
Y el principal indicador de la crisis del conglomerado opositor está relacionado, precisamente, con la desaprobación que tiene entre los ciudadanos. De hecho, la última encuesta Adimark, dada a conocer la semana pasada, detectó un 71 por ciento de rechazo de la población a la gestión de la Concertación.
Un escenario que, según el presidente de la DC, Ignacio Walker, responde a la falta de representatividad que vive tanto la oposición como el oficialismo. En esa línea, aseguró que esta “reinvención” busca responder a la muerte de una vieja forma de hacer política.
“El 40 por ciento de la gente se siente identificada con la oposición, pero sólo el 17 por ciento aprueba a la Concertación. Con esto hemos querido reaccionar a un nuevo escenario político y social y tratar de explicitar y definir un curso político que realmente nos permita convertirnos en alternativa de Gobierno. Y sobre todo, entender que hay una forma de hacer política que muere, el Ejecutivo y la oposición entre cuatro paredes, y una que nace, Gobierno, oposición y actores sociales, y eso es lo que tenemos que explicitar en un futuro próximo”, dijo el parlamentario.
Sin embargo, las críticas y los malos augurios no provienen sólo de la ciudadanía, sino de los mismos integrantes de la coalición, que han insistido en el agotamiento del conglomerado.
Uno de ellos fue el ex diputado del PPD, Antonio Leal, quien aseguró que ya era el momento de dar “por superada a la Concertación”, ya que, según él, “no tiene ni la amplitud suficiente para constituirse en una mayoría política y social, ni la capacidad de convocatoria dado que para el grueso de la población su identidad se asocia a una manera de entender la política y la forma de enfrentar los conflictos. Y este tiempo termina inexorablemente”.
Pese a ello, aún persisten las dudas respecto de este proceso de transformación, ya que en los primeros meses de este año, el presidente del Partido Radical, José Antonio Gómez, advirtió la necesidad de ampliar el conglomerado hacia otros actores políticos y sociales de izquierda que pudieran canalizar la visión de la ciudadanía. Sin embargo, la propuesta no logró reunir adeptos.
Ahora, la coordinación estará en las manos del presidente del PS, Osvaldo Andrade, quien deberá ordenar todas las ideas que han emanado de las distintas instancias de los partidos de la coalición, para finalmente entregar un proyecto en octubre.
Una rápida respuesta generó la carta enviada por la presidenta del PPD y vocera de la Concertación, Carolina Tohá, donde proponía la creación de una nueva coalición opositora.
Más allá de la polémica que se desató durante el fin de semana con la Democracia Cristiana, que aseguró sentirse excluida de la iniciativa, este lunes los máximos dirigentes de los partidos del conglomerado, decidieron concluir el impasse y cerrar filas anunciando nada menos que un proyecto de reestructuración que será dado a conocer el próximo 5 de octubre, fecha en que se conmemora el triunfo del NO en el plebiscito de 1988.
La presidenta del PPD indicó que este es un llamado a tomar cartas frente a una realidad que demuestra que la colectividad ha quedado debajo del carro de los cambios sociales y políticos demandados por la ciudadanía.
“Es la hora de tomar decisiones y definir cómo queremos hacernos cargo de algo que es evidente y que es la insuficiencia de la política que tenemos hoy porque no está representando a la gente que estamos llamados a convocar. Para eso hay que partir por tomar medidas uno mismo, por demostrar que uno está cambiando, que escuchó, que entendió y que está dispuesto a hacer modificaciones importantes en la manera que se realiza la política”, sostuvo la ex portavoz de La Moneda.
Y el principal indicador de la crisis del conglomerado opositor está relacionado, precisamente, con la desaprobación que tiene entre los ciudadanos. De hecho, la última encuesta Adimark, dada a conocer la semana pasada, detectó un 71 por ciento de rechazo de la población a la gestión de la Concertación.
Un escenario que, según el presidente de la DC, Ignacio Walker, responde a la falta de representatividad que vive tanto la oposición como el oficialismo. En esa línea, aseguró que esta “reinvención” busca responder a la muerte de una vieja forma de hacer política.
“El 40 por ciento de la gente se siente identificada con la oposición, pero sólo el 17 por ciento aprueba a la Concertación. Con esto hemos querido reaccionar a un nuevo escenario político y social y tratar de explicitar y definir un curso político que realmente nos permita convertirnos en alternativa de Gobierno. Y sobre todo, entender que hay una forma de hacer política que muere, el Ejecutivo y la oposición entre cuatro paredes, y una que nace, Gobierno, oposición y actores sociales, y eso es lo que tenemos que explicitar en un futuro próximo”, dijo el parlamentario.
Sin embargo, las críticas y los malos augurios no provienen sólo de la ciudadanía, sino de los mismos integrantes de la coalición, que han insistido en el agotamiento del conglomerado.
Uno de ellos fue el ex diputado del PPD, Antonio Leal, quien aseguró que ya era el momento de dar “por superada a la Concertación”, ya que, según él, “no tiene ni la amplitud suficiente para constituirse en una mayoría política y social, ni la capacidad de convocatoria dado que para el grueso de la población su identidad se asocia a una manera de entender la política y la forma de enfrentar los conflictos. Y este tiempo termina inexorablemente”.
Pese a ello, aún persisten las dudas respecto de este proceso de transformación, ya que en los primeros meses de este año, el presidente del Partido Radical, José Antonio Gómez, advirtió la necesidad de ampliar el conglomerado hacia otros actores políticos y sociales de izquierda que pudieran canalizar la visión de la ciudadanía. Sin embargo, la propuesta no logró reunir adeptos.
Ahora, la coordinación estará en las manos del presidente del PS, Osvaldo Andrade, quien deberá ordenar todas las ideas que han emanado de las distintas instancias de los partidos de la coalición, para finalmente entregar un proyecto en octubre.
