En reunión con el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, los representantes del Colegio Médico y las 18 facultades de medicina que integran el Consejo Nacional Docente Asistencial (Condas), presidido por la decana de la Universidad de Chile, Dra. Cecilia Sepúlveda, discuten el nuevo marco regulatorio que reemplazará la desechada norma 18, con la que el ministerio solicitó la desocupación de los campus clínicos en manos de la Universidad de Chile la semana pasada.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, señaló que da por finalizado el conflicto con la Universidad de Chile. El rechazo de la norma 18 bajó la tensión y la firma de un convenio puente con la Universidad de Chile mientras se resuelve la nueva normativa. Agrega que la tradición formadora será respetada a la hora de formar el recurso humano necesario para atender a la población.
“No nos interesa transar un campus clínico determinado por una transferencia económica, nos interesa ponerlo a disposición de las instituciones académicas para cumplir un plan de formación de profesionales de la salud que nos ayuden a responder a las necesidades de la población. Ese es el eje que queremos poner en esta normativa”, dijo el secretario de Estado.
La intención del ministerio es incluir en una nueva normativa la potestad del gobierno de fijar cuáles son las especialidades que priorizarán en relación a los requerimientos, falencias y vacíos existentes en los distintos servicios de salud del país.
El ministro Mañalich adelantó que se le entregará toda la responsabilidad de la asignación de cupos de especialidad al Condas y serán sus integrantes los que decidan qué universidades serán las deberán cubrir los cupos solicitados.
“Señores decanos, decanas, aquí está nuestra necesidad, ustedes háganos una propuesta conjunta, entre ustedes, resuelvan sus problemas entre ustedes cómo se hacen cargo de resolver esta necesidad país y formar los recursos humanos que el ministerio de Salud necesita”, les apuntó Mañalich.
La propuesta del ministerio no convence a todos, ya que se generará un clima tenso entre las distintas universidades por conseguir y mantener los cupos de especialidades al interior de los hospitales.
Roberto Estay, representante de los especialistas en formación del campus Oriente de la Universidad de Chile, llegó a entregar una carta dirigida al Condas para que se incluyan algunas temáticas que les interesan por ser protagonistas directos del conflicto y además para ser solicitados a la discusión del nuevo marco regulatorio que debe estar listo al 31 de diciembre de este año.
“No hay ley de especialidades, no hay regulación de especialidades. Entregar esa responsabilidad al Condas podría tener efectos de una batalla campal entre intereses corporativos de pequeñas universidades que forman pocos especialistas bajo condiciones desconocidas en contra – porque podrían agruparse eventualmente – de centros de formación que tienen mayor tradición y que forman gran parte de esto”, apuntó Estay.
La intención, al menos del ministerio, es que la nueva normativa tenga proyección a largo plazo, es decir, que esté vigente al menos 10 años y que esté alineada a los Objetivos Sanitarios de la Década: Plan Nacional de Salud 2011-2020, documento próximo a ser difundido.
En reunión con el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, los representantes del Colegio Médico y las 18 facultades de medicina que integran el Consejo Nacional Docente Asistencial (Condas), presidido por la decana de la Universidad de Chile, Dra. Cecilia Sepúlveda, discuten el nuevo marco regulatorio que reemplazará la desechada norma 18, con la que el ministerio solicitó la desocupación de los campus clínicos en manos de la Universidad de Chile la semana pasada.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, señaló que da por finalizado el conflicto con la Universidad de Chile. El rechazo de la norma 18 bajó la tensión y la firma de un convenio puente con la Universidad de Chile mientras se resuelve la nueva normativa. Agrega que la tradición formadora será respetada a la hora de formar el recurso humano necesario para atender a la población.
“No nos interesa transar un campus clínico determinado por una transferencia económica, nos interesa ponerlo a disposición de las instituciones académicas para cumplir un plan de formación de profesionales de la salud que nos ayuden a responder a las necesidades de la población. Ese es el eje que queremos poner en esta normativa”, dijo el secretario de Estado.
La intención del ministerio es incluir en una nueva normativa la potestad del gobierno de fijar cuáles son las especialidades que priorizarán en relación a los requerimientos, falencias y vacíos existentes en los distintos servicios de salud del país.
El ministro Mañalich adelantó que se le entregará toda la responsabilidad de la asignación de cupos de especialidad al Condas y serán sus integrantes los que decidan qué universidades serán las deberán cubrir los cupos solicitados.
“Señores decanos, decanas, aquí está nuestra necesidad, ustedes háganos una propuesta conjunta, entre ustedes, resuelvan sus problemas entre ustedes cómo se hacen cargo de resolver esta necesidad país y formar los recursos humanos que el ministerio de Salud necesita”, les apuntó Mañalich.
La propuesta del ministerio no convence a todos, ya que se generará un clima tenso entre las distintas universidades por conseguir y mantener los cupos de especialidades al interior de los hospitales.
Roberto Estay, representante de los especialistas en formación del campus Oriente de la Universidad de Chile, llegó a entregar una carta dirigida al Condas para que se incluyan algunas temáticas que les interesan por ser protagonistas directos del conflicto y además para ser solicitados a la discusión del nuevo marco regulatorio que debe estar listo al 31 de diciembre de este año.
“No hay ley de especialidades, no hay regulación de especialidades. Entregar esa responsabilidad al Condas podría tener efectos de una batalla campal entre intereses corporativos de pequeñas universidades que forman pocos especialistas bajo condiciones desconocidas en contra – porque podrían agruparse eventualmente – de centros de formación que tienen mayor tradición y que forman gran parte de esto”, apuntó Estay.
La intención, al menos del ministerio, es que la nueva normativa tenga proyección a largo plazo, es decir, que esté vigente al menos 10 años y que esté alineada a los Objetivos Sanitarios de la Década: Plan Nacional de Salud 2011-2020, documento próximo a ser difundido.
En reunión con el subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, los representantes del Colegio Médico y las 18 facultades de medicina que integran el Consejo Nacional Docente Asistencial (Condas), presidido por la decana de la Universidad de Chile, Dra. Cecilia Sepúlveda, discuten el nuevo marco regulatorio que reemplazará la desechada norma 18, con la que el ministerio solicitó la desocupación de los campus clínicos en manos de la Universidad de Chile la semana pasada.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, señaló que da por finalizado el conflicto con la Universidad de Chile. El rechazo de la norma 18 bajó la tensión y la firma de un convenio puente con la Universidad de Chile mientras se resuelve la nueva normativa. Agrega que la tradición formadora será respetada a la hora de formar el recurso humano necesario para atender a la población.
“No nos interesa transar un campus clínico determinado por una transferencia económica, nos interesa ponerlo a disposición de las instituciones académicas para cumplir un plan de formación de profesionales de la salud que nos ayuden a responder a las necesidades de la población. Ese es el eje que queremos poner en esta normativa”, dijo el secretario de Estado.
La intención del ministerio es incluir en una nueva normativa la potestad del gobierno de fijar cuáles son las especialidades que priorizarán en relación a los requerimientos, falencias y vacíos existentes en los distintos servicios de salud del país.
El ministro Mañalich adelantó que se le entregará toda la responsabilidad de la asignación de cupos de especialidad al Condas y serán sus integrantes los que decidan qué universidades serán las deberán cubrir los cupos solicitados.
“Señores decanos, decanas, aquí está nuestra necesidad, ustedes háganos una propuesta conjunta, entre ustedes, resuelvan sus problemas entre ustedes cómo se hacen cargo de resolver esta necesidad país y formar los recursos humanos que el ministerio de Salud necesita”, les apuntó Mañalich.
La propuesta del ministerio no convence a todos, ya que se generará un clima tenso entre las distintas universidades por conseguir y mantener los cupos de especialidades al interior de los hospitales.
Roberto Estay, representante de los especialistas en formación del campus Oriente de la Universidad de Chile, llegó a entregar una carta dirigida al Condas para que se incluyan algunas temáticas que les interesan por ser protagonistas directos del conflicto y además para ser solicitados a la discusión del nuevo marco regulatorio que debe estar listo al 31 de diciembre de este año.
“No hay ley de especialidades, no hay regulación de especialidades. Entregar esa responsabilidad al Condas podría tener efectos de una batalla campal entre intereses corporativos de pequeñas universidades que forman pocos especialistas bajo condiciones desconocidas en contra – porque podrían agruparse eventualmente – de centros de formación que tienen mayor tradición y que forman gran parte de esto”, apuntó Estay.
La intención, al menos del ministerio, es que la nueva normativa tenga proyección a largo plazo, es decir, que esté vigente al menos 10 años y que esté alineada a los Objetivos Sanitarios de la Década: Plan Nacional de Salud 2011-2020, documento próximo a ser difundido.
