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La decadencia de la política en el aniversario del triunfo del NO


Miércoles 5 de octubre 2011 9:10 hrs.


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A 23 años del triunfo del NO, vivimos en una crisis política de gran magnitud que no se debe a que la política sea mala, ya que la conceptualizo desde un punto de vista sano e imaginando una verdadera democracia, como la cualidad del ser humano de pensar, de participar, de trabajar por ideas para contar con una sociedad en que todo ser humano pueda vivir con dignidad.

El 5 de octubre del año 88 era un día de sueños, ya que se pensaba en que el término de la dictadura significaba el opuesto a la doctrina de la derecha que se impuso con violencia extrema y saqueo de la democracia con uso de los militares y armamentos financiados con cargo al presupuesto del Estado. Se esperaba que la destrucción de un sistema que avanzaba hacia la justicia social y carácter opuesto a la desigualdad, como el que se construía desde fines de los años 60 y preponderantemente entre los años 70 y 73 se retomaría con el retorno de los militares a los cuarteles.

Sin embargo, todas las áreas que son gravitantes para la mayoría de los ciudadanos, en los años en que gobernó el conglomerado en el cual en algún momento se depositaron confianzas, se mantuvieron inalterables. Los más apasionados defensores de la Concertación pueden acudir en su defensa, pero lo cierto es que el rol social de algunas políticas implementadas se orientaba a sectores vulnerables, lo cual no es malo, pero siempre se apuntaba a sectores en que cantidades exiguas eran significantes y nunca se abordo una política integral de transformación social. No es nada de alentador que Chile se encuentre entre los países de la peor distribución de los ingresos a nivel mundial.

Como es costumbre en el país actual en que se ponen de relieve los efectos y no las causas, quiero hacer una reflexión respecto a causas que influyeron en el momento en que gobierna Piñochet (parte como Piñera, pero de a poco se va transformando). De manera muy sucinta, lo primero es que la llamada izquierda concertacionista asume el poder con pérdida de su Norte, por ejemplo, a los socialistas se les desapareció el socialismo y de manera acelerada junto a sus acompañantes se van ambientando a un sistema impuesto en dictadura frente al cual no desarrollan ninguna creatividad política para construir un sistema distinto. Realmente es un poder de adaptación tan grande que en el presente la historia ha comenzado a pasar la cuenta.

Otra causa es que nunca propiciaron la participación ciudadana para construir un país distinto. Los acuerdos eran con la derecha y no con la ciudadanía. No existió la idea en algún momento de hacer una alianza participativa a partir de un proceso eleccionario con los ciudadanos, solo esperaban el aporte del voto y hasta allí llegaba la participación. Tampoco hubo intenciones de motivar a los no inscritos por hacerse parte de la construcción del país.

Como último elemento causal hay algo que al parecer es inherente de algunas personas, por suerte no de todos, y es que el tipo de pensamiento y visión de la sociedad va en estrecha relación con el engrosamiento del bolsillo lo cual es un fenómeno que se comprobó con grandes dirigentes del pasado, que terminaron renegando de sus ideas y haciendo comparsa con aquellos que por tradición familiar han sido parte del poder económico de la nación. Al parecer algunos de ellos sufrieron un trauma de conciencia al haber estado en Dawson o al haber aparecido en la listas de personeros más buscados en uno de los primeros bandos del gobierno militar.

Se ha escuchado estos días que hay una intención de reinventar la concertación en una actitud que ciertamente produce desconfianza, pongo en dudas si cabe la posibilidad de arrepentimiento en personas que supuestamente tienen cierto grado de inteligencia, que tienen capacidad de análisis y que nunca van a poder negar su responsabilidad en tener un gobierno como el actual. Hay que recordar que en los veinte años el restarse de la concertación fue progresivo y ellos sabían perfectamente que las alternativas de las elecciones eran entre el menos malo de entre los malos, esto habla de crisis no solo política sino que de decadencia en la historia.

El movimiento ciudadano de hoy que difícilmente va a poder encontrarse con la propuesta que vamos a conocer en el aniversario del triunfo del NO, significa futuro y es el resultado de cosas que no se hicieron. Las paredes de La Moneda después de haberlas reconstruido luego de su destrucción el 11 de septiembre del 73 quedaron tan blindadas que no dejan ver el Chile real.

Algo que me llamó la atención fue una coincidencia entre Piñochet y el presidenciable Andrés Velasco, ambos dicen que no se puede tener gratuidad en la Educación porque favorecería a los sectores más ricos que sí tienen como costearse la enseñanza. Pero en eso el fondo es mayor, el temor es que está en juego la calidad de la educación que no la conciben igual para esos sectores ricos que para el común de la población, y saben que no hay voluntad para procurar una real igualdad de oportunidades como la que tienen los ricos y esa hacerla extensiva a toda la población.

Por último, Piñochet quiere aplicar mano dura, pero no entiende que un gobernante debe preocuparse de las causas de las reacciones sociales y no centrarse en los efectos. Se nota en que es un gobernante que no sabe oír a su país y curiosamente también le dio su apoyo al NO, pero ese NO dista del NO de muchos chilenos, al igual que su patrimonio en dinero con el cual se mofa ante el país cuando discursea sobre la desigualdad. Se le debe recordar que el sistema que administra tal como lo exprese con anterioridad es el fruto del saqueo de la democracia. El país sería verdaderamente noble, grande y hermoso, si tuviéramos un Presidente que no sea de derecha y tampoco de la concertación.

Dentro de todo lo único reconfortante de este período es la acción de los jóvenes que claman por la Educación y eso significa que valoran el conocimiento como única forma de emerger, se trata de exigir derechos para no seguir en un país sustentado en la mano de obra barata de conveniencia para el empresario. Todo esto nos sorprende en medio de una crisis mundial en que impera la desinteligencia de los que se creían inteligentes y surgen por todos lados mayorías de indignados.