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La urgencia de una convocatoria amplia en el país: llamado a Arrate y Enríquez-Ominami


Jueves 6 de octubre 2011 9:11 hrs.


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Hace menos de 24 horas escribí una reflexión acerca del aniversario del triunfo del NO, con una visión de hechos ocurridos a lo largo de un período de la historia de extensa data.

Hoy veo con urgencia que la mirada hay que proyectarla a futuro, no de varios años más sino de aquel que se parte precisamente mañana o a lo más pasado coincidiendo con que la ciudadanía está llamando a un plebiscito por la educación, el cual es plenamente legal ya desde ahora la legitimidad debe comenzar a andar por un nuevo carril.

La mesa de diálogo es imprescindible, pero no teniendo sentados en torno a ella a la derecha y a las autoridades de gobierno. Se trata de una mesa que debe comenzar a redactar el futuro y clarificarlo bien en todos sus aspectos. No basta con tener la idea de una nueva Constitución, hay que redactarla; la demanda por la Educación hay que llevarla a un proyecto bien estructurado; el Sistema de Pensiones hay que proyectarlo en un nuevo diseño; en fin la patria ya no da para más y no se le puede pedir al gobierno actual que la modifique, sino que hay poner las raíces de los cambios y generar confianza en la ciudadanía.

Es cierto que el motor conductor en estos meses han sido los estudiantes, quienes tienen la cualidad de ser excepcionales dirigentes, que no se quedan sólo con los ideales, sino que tienen muy bien identificados los problemas del país, sus causas, sus autores y los responsables. Pero también es claro que en lo inmediato falta el líder conductor del país a un nivel de constituir con prontitud una mirada hacia un gobierno distinto, no se trata de cálculos electorales sino que es la preocupación de un devenir que debe ser lo más elaborado posible.

Hay sectores que tratan desesperadamente de figurar en la historia tratando de revertir lo no realizado, pero ellos deben tener claro que quienes permanecieron en el conglomerado gobernante anterior hasta el último día en calidad de autoridad o dirigente, son a quienes más les va a costar reinsertase en la sociedad, sobre todo si insisten con majadería de aparecer como bloque unido.

Es en estos últimos meses donde han quedado de manifiesto los abismos entre la ciudadanía y las clases políticas que han estado a cargo de los últimos gobiernos, veo que la definición del futuro político debe tomar un curso de acción diferente al que perfila la ex Concertación y todo ello en forma rápida. Lo primero es que cada partido debe abrirse paso con vida propia, luego cada uno debe reencontrase con sus bases. En medio de esto a algunos partidos los procesos les va a costar menos si es que hacen un trazado de principios para un horizonte de unos 5 años, en tanto otros y en eso veo a la democracia cristiana tendrá un quiebre al estilo de cuando surgió el Mapu o la Izquierda Cristiana.

El otro elemento es que si ronda la idea de una confluencia hacia un sector progresista, no son los partidos provenientes de la Concertación los más indicados para hacer el llamado, ya que es de lógica elemental que ellos se den cuenta que no pueden repuntar en el tema de ganarse confianzas.

Por tanto la convocatoria debe venir de otro lado y aunque se caiga igual en el tema eleccionario, me parece que en la componente política del momento los líderes más al alcance de realizar un llamado de convergencia son Jorge Arrate y Marco Henríquez, cada uno de ellos con las respectivas adaptaciones al momento histórico actual.  Pero también debe haber una forma en que aglutinen a la ciudadanía y el sentido del movimiento social que se ha dejado sentir en el tiempo del gobierno de la derecha. Cuestiones ejes para los meses que restan del año son la Educación, el Presupuesto y el reajuste del sector público.

Es primordial que el movimiento juvenil se articule más allá de la voz de las Federaciones, si no se identifican con un referente deben crearlo.

Un grupo constituido con esas características puede dar confianza al país y sería mucho más rápido esperar la llegada de la base de la concertación y de a poco sus dirigentes en la medida que pasen algunas pruebas de transparencias manifestadas en actitudes del día a día, pero no con la ambición de ocupar puestos sino en calidad de ciudadanos que como personas tienen valor.

La importancia histórica de una estrategia como la planteada cobra especial relevancia ya que la autoridad actual va a ir cayendo en un progresivo estado de ingobernabilidad, y puede que no alcance a completar a su período.

Es claro que siempre en una circunstancia de este tipo cobran especial importancia los honestos, los consecuentes y el resto lo más probable es que vean truncadas sus carreras políticas. Lo vital son los ejes comunes, sobre ellos la unidad y a partir de ellos sí se puede construir la historia con acuerdos. Y ya que la concertación nuevamente saca el tema de la desigualdad, reitero una interrogante que siempre he realizado por los políticos la evaden ¿puede una persona vivir bien con el sueldo mínimo?

No quiero dejar pasar el rol del PC como un partido que algunos lo pueden criticar en su orgánica, pero se le debe reconocer que son consecuentes y tienen mucha claridad del significado de una patria justa. Eso le preocupa a la derecha y es evidente que en lo que les resta en el gobierno van a tratar de blindarse porque cada día se les debilita más el piso ciudadano.

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