El rechazo unánime del Consejo Municipal de Osorno a la venta de la empresa ESSAL se suma al que a fines de septiembre dio el Consejo Municipal de Puerto Montt. Con esto las dos mayores ciudades de la zona y que concentran un total de 440 mil usuarios, dieron su voto contra de la privatización de la última sanitaria en manos del Estado.
Un voto que se agrega también al de Calbuco, Frutillar y Castro (Chiloé), entre otras comunas. Si bien este proceso no es vinculante, representa un importante mensaje político, cuando el la venta ya está en su última etapa y, según indicaron los trabajadores, podría concretarse a mediados de noviembre, momento en que la CORFO vendería casi la totalidad de participación manteniendo sólo el cinco por ciento.
Los vecinos y consumidores de la zona también están preocupados, ya que esta decisión se tomó sin información pública, no pasó por el Congreso y, de partida, se inició un 24 diciembre, sorprendiendo a los ciudadanos.
“Creemos que aquí la venta del patrimonio natural va a ser un negocio del Gobierno desmereciendo todos los beneficios que podría tener para la ciudadanía. Estamos totalmente inconformes con esta venta y con el hecho lamentable de esta pérdida de patrimonio nacional”, dijo Pedro Soto, presidente de la Unión Comunal de Osorno.
El dirigente vecinal señaló que los movimientos sociales de Los Lagos y Los Ríos se unieron y están organizando una gran marcha a en rechazo a la venta, la que esperan sea masiva porque Essal tiene presencia en 30 comunas que se verán directamente perjudicadas.
En esa línea, el presidente de los Consumidores de Puerto Montt. Hernán Navarro, comentó que “primero suben las tarifas. Las empresas grandes y los grupos económicos se ponen de acuerdo y presionan el alza de los precios. La maximización de las ganancias es el objetivo de las compañías. Un segundo aspecto importante es que los subsidios de agua potable no quedan garantizados en cuanto a su financiamiento y por ahí puede haber una situación muy compleja porque puede aumentar la pobreza porque quienes reciben estos beneficios son principalmente mujeres jefas de hogar y adultos mayores”.
Por su parte, el presidente del sindicato de Trabajadores Técnicos y Profesionales de Essal (Sittpesal) y vicepresidente de la Federación de Trabajadores de Obras Sanitarias (Fenatraos), José Pacheco, puso la mirada en el tema del desarrollo regional y las limitaciones que impone que el agua sea administrada por empresas privadas.
“Nos hemos encontrado con una realidad muy distinta que no aparece en la prensa: Las comunas chicas tienen serios problemas estructurales para poder crecer. El privado no está obligado a hacer obras nuevas y, por lo tanto, son los pobladores los que tienen que hacer toda la infraestructura en agua y alcantarillado para que ahí la empresa recién decida si le da la conexión a las redes”, denunció Pacheco.
Ese es precisamente el escenario que se presenta en Calbuco, ya que la municipalidad, afectada por la crisis del salmón, no tiene los recursos para urbanizar y la empresa no le da la factibilidad, frente a lo que se crearon cuatro campamentos que, al final, son tomas ilegales, y que acceden al agua sólo a partir de un pilón.
“Hay un retroceso en vez de un avance” indicó el dirigente y advirtió la necesidad de instalar en el debate el tema del control social sobre los servicios básicos, y afirmó que “esto no es sólo un tema de costos, ya que si quedamos 100 por ciento en mano de los privados, podríamos estar poniendo en riesgo la supervivencia humana”.
El rechazo unánime del Consejo Municipal de Osorno a la venta de la empresa ESSAL se suma al que a fines de septiembre dio el Consejo Municipal de Puerto Montt. Con esto las dos mayores ciudades de la zona y que concentran un total de 440 mil usuarios, dieron su voto contra de la privatización de la última sanitaria en manos del Estado.
Un voto que se agrega también al de Calbuco, Frutillar y Castro (Chiloé), entre otras comunas. Si bien este proceso no es vinculante, representa un importante mensaje político, cuando el la venta ya está en su última etapa y, según indicaron los trabajadores, podría concretarse a mediados de noviembre, momento en que la CORFO vendería casi la totalidad de participación manteniendo sólo el cinco por ciento.
Los vecinos y consumidores de la zona también están preocupados, ya que esta decisión se tomó sin información pública, no pasó por el Congreso y, de partida, se inició un 24 diciembre, sorprendiendo a los ciudadanos.
“Creemos que aquí la venta del patrimonio natural va a ser un negocio del Gobierno desmereciendo todos los beneficios que podría tener para la ciudadanía. Estamos totalmente inconformes con esta venta y con el hecho lamentable de esta pérdida de patrimonio nacional”, dijo Pedro Soto, presidente de la Unión Comunal de Osorno.
El dirigente vecinal señaló que los movimientos sociales de Los Lagos y Los Ríos se unieron y están organizando una gran marcha a en rechazo a la venta, la que esperan sea masiva porque Essal tiene presencia en 30 comunas que se verán directamente perjudicadas.
En esa línea, el presidente de los Consumidores de Puerto Montt. Hernán Navarro, comentó que “primero suben las tarifas. Las empresas grandes y los grupos económicos se ponen de acuerdo y presionan el alza de los precios. La maximización de las ganancias es el objetivo de las compañías. Un segundo aspecto importante es que los subsidios de agua potable no quedan garantizados en cuanto a su financiamiento y por ahí puede haber una situación muy compleja porque puede aumentar la pobreza porque quienes reciben estos beneficios son principalmente mujeres jefas de hogar y adultos mayores”.
Por su parte, el presidente del sindicato de Trabajadores Técnicos y Profesionales de Essal (Sittpesal) y vicepresidente de la Federación de Trabajadores de Obras Sanitarias (Fenatraos), José Pacheco, puso la mirada en el tema del desarrollo regional y las limitaciones que impone que el agua sea administrada por empresas privadas.
“Nos hemos encontrado con una realidad muy distinta que no aparece en la prensa: Las comunas chicas tienen serios problemas estructurales para poder crecer. El privado no está obligado a hacer obras nuevas y, por lo tanto, son los pobladores los que tienen que hacer toda la infraestructura en agua y alcantarillado para que ahí la empresa recién decida si le da la conexión a las redes”, denunció Pacheco.
Ese es precisamente el escenario que se presenta en Calbuco, ya que la municipalidad, afectada por la crisis del salmón, no tiene los recursos para urbanizar y la empresa no le da la factibilidad, frente a lo que se crearon cuatro campamentos que, al final, son tomas ilegales, y que acceden al agua sólo a partir de un pilón.
“Hay un retroceso en vez de un avance” indicó el dirigente y advirtió la necesidad de instalar en el debate el tema del control social sobre los servicios básicos, y afirmó que “esto no es sólo un tema de costos, ya que si quedamos 100 por ciento en mano de los privados, podríamos estar poniendo en riesgo la supervivencia humana”.
El rechazo unánime del Consejo Municipal de Osorno a la venta de la empresa ESSAL se suma al que a fines de septiembre dio el Consejo Municipal de Puerto Montt. Con esto las dos mayores ciudades de la zona y que concentran un total de 440 mil usuarios, dieron su voto contra de la privatización de la última sanitaria en manos del Estado.
Un voto que se agrega también al de Calbuco, Frutillar y Castro (Chiloé), entre otras comunas. Si bien este proceso no es vinculante, representa un importante mensaje político, cuando el la venta ya está en su última etapa y, según indicaron los trabajadores, podría concretarse a mediados de noviembre, momento en que la CORFO vendería casi la totalidad de participación manteniendo sólo el cinco por ciento.
Los vecinos y consumidores de la zona también están preocupados, ya que esta decisión se tomó sin información pública, no pasó por el Congreso y, de partida, se inició un 24 diciembre, sorprendiendo a los ciudadanos.
“Creemos que aquí la venta del patrimonio natural va a ser un negocio del Gobierno desmereciendo todos los beneficios que podría tener para la ciudadanía. Estamos totalmente inconformes con esta venta y con el hecho lamentable de esta pérdida de patrimonio nacional”, dijo Pedro Soto, presidente de la Unión Comunal de Osorno.
El dirigente vecinal señaló que los movimientos sociales de Los Lagos y Los Ríos se unieron y están organizando una gran marcha a en rechazo a la venta, la que esperan sea masiva porque Essal tiene presencia en 30 comunas que se verán directamente perjudicadas.
En esa línea, el presidente de los Consumidores de Puerto Montt. Hernán Navarro, comentó que “primero suben las tarifas. Las empresas grandes y los grupos económicos se ponen de acuerdo y presionan el alza de los precios. La maximización de las ganancias es el objetivo de las compañías. Un segundo aspecto importante es que los subsidios de agua potable no quedan garantizados en cuanto a su financiamiento y por ahí puede haber una situación muy compleja porque puede aumentar la pobreza porque quienes reciben estos beneficios son principalmente mujeres jefas de hogar y adultos mayores”.
Por su parte, el presidente del sindicato de Trabajadores Técnicos y Profesionales de Essal (Sittpesal) y vicepresidente de la Federación de Trabajadores de Obras Sanitarias (Fenatraos), José Pacheco, puso la mirada en el tema del desarrollo regional y las limitaciones que impone que el agua sea administrada por empresas privadas.
“Nos hemos encontrado con una realidad muy distinta que no aparece en la prensa: Las comunas chicas tienen serios problemas estructurales para poder crecer. El privado no está obligado a hacer obras nuevas y, por lo tanto, son los pobladores los que tienen que hacer toda la infraestructura en agua y alcantarillado para que ahí la empresa recién decida si le da la conexión a las redes”, denunció Pacheco.
Ese es precisamente el escenario que se presenta en Calbuco, ya que la municipalidad, afectada por la crisis del salmón, no tiene los recursos para urbanizar y la empresa no le da la factibilidad, frente a lo que se crearon cuatro campamentos que, al final, son tomas ilegales, y que acceden al agua sólo a partir de un pilón.
“Hay un retroceso en vez de un avance” indicó el dirigente y advirtió la necesidad de instalar en el debate el tema del control social sobre los servicios básicos, y afirmó que “esto no es sólo un tema de costos, ya que si quedamos 100 por ciento en mano de los privados, podríamos estar poniendo en riesgo la supervivencia humana”.
