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Gajardo: “Es probable que movilizaciones se extiendan al próximo año”.

El presidente del Colegio de Profesores afirmó que movimiento por la educación “no es de corto plazo” y que el gobierno es incapaz de descomprimirlo. En entrevista, el dirigente habló de su reelección, las pifias que recibió, anunció gira al exterior, al tiempo que cuestionó duramente al ministro de Educación y fijó los puntos de las demandas actuales del magisterio.

Hugo Guzmán

  Jueves 20 de octubre 2011 15:22 hrs. 
gajardo

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Jaime Gajardo, presidente del Colegio de Profesores desde 2007, lleva más de 30 marchas en el cuerpo en los últimos seis meses, con alta tensión en medio del movimiento por la educación. Se le ve sereno en su ordenada oficina del piso 8 del edificio gremial, donde tiene carpetas con toda la información de educación. Piensa que en el país se viene un oleaje de protestas por problemas que superaron las recetas de Harvard y que las movilizaciones estudiantiles se le fueron de las manos al gobierno, con un Sebastián Piñera sin liderazgo. Habló también de dardos que le han lanzado.

-¿Son unos aparecidos los profesores en el movimiento estudiantil?
-Para nada somos aparecidos. El movimiento hace demandas que hemos venido reclamando por mucha antelación. Hace 30 años que el Colegio de Profesores viene luchando por educación pública, gratuita, sin lucro. La gracia o virtud del movimiento estudiantil es que puso estos temas en el centro del escenario. Nosotros teníamos que respaldar, apoyar, empatar, sintonizar con los estudiantes, porque estamos en la misma causa.

-¿No se montaron en el movimiento de los estudiantes?
-Mire, desde un inicio, cuando empezaron las movilizaciones el 28 de abril, nosotros respaldamos el movimiento y nos hicimos parte de él. Conocimos los planteamientos, que al principio fueron más bien corporativos, pero después se derivó a los temas de fondo que el Colegio de Profesores siempre ha planteado. Hay interés de algunos sectores -que no quieren que cambien las cosas en el país- de producir una división entre los profesores y los estudiantes, de crear cuñas. Ellos levantaron esa teoría de que nos colgamos al movimiento. Mal puede ser, si las plataformas, las banderas que se levantan, son las mismas de profesores y estudiantes. Aquí no hay una lucha por unos pesos más o unas becas más, sino por cambios sistémicos, estructurales. En eso es evidente que estamos llamados a sintonizar con los estudiantes. Ahora, los estudiantes ven con simpatía nuestra participación y la valoran.

-¿Son buenas sus relaciones con la CONFECH y los secundarios?
-Son muy buenas. Valoran lo que hace el Colegio de Profesores por las demandas, pero además porque es un puente hacia el mundo social. Esto tiene que ver con que este movimiento se hizo transversal y los estudiantes comprendieron que no podían estar solos.

-Pero a usted lo pifiaron en una de las manifestaciones.
-Eso es normal. Cuando uno es dirigente público está expuesto a que lo aplaudan o que lo pifien.

-¿Qué sintió cuando escuchó las pifias?
-Lo comprendí porque eran muchos jóvenes, muchachos secundarios y ahí estaban muchos de movimientos anarquistas, más radicalizados, que están en contra de todo, o al menos de las organizaciones. Es un fenómeno que hace falta estudiar más, que no sólo se expresa en Chile sino en todo el mundo. Ese clima, ese día, favoreció la pifia. Pero en todas las otras manifestaciones, cuando está todo el mundo social, eso no ocurre y yo sigo estando en marchas, actos y movilizaciones y siento el afecto y el apoyo de estudiantes, de los profesores y de la gente. Un dirigente tiene que estar preparado para todo. Si no es capaz de resistir una pifia o que lo empapelen a garabatos en la calle, no puede ser dirigente.

-¿Dónde están los puntos centrales de las demandas de los profesores en estas movilizaciones?
-Las demandas centrales son el término de la municipalización de la educación, poner fin al lucro, terminar con esta educación de mercado y jugársela por reponer un sistema de educación público, gratuito, de calidad, laico y para todos. Esta plataforma y estas demandas nítidas y de debate nacional, son las que el Colegio de Profesores viene planteando hace 30 años, desde que se aplicó el proceso de municipalización en los años ochenta.

-Parece que el movimiento le impuso la agenda al gobierno, lo tienen metido en la agenda de la educación.
-La crisis educacional no es un hecho inventado, ni artificial, ni está orientada a crearle problemas a un gobierno. Existe un endeudamiento tremendo en los llamados sectores de capas medias que se hace agobiante por el crédito universitario y otros gastos. Me impactó mucho ver, en una marcha, a un señor con un letrero que decía, “yo gasto un millón de pesos al mes por tres hijos que tengo en la universidad”. Tenemos parejas de profesores que tienen uno o dos hijos en la universidad y prácticamente el sueldo completo de uno de ellos se va al pago de los aranceles. Es una situación que afecta a 300 mil, 400 mil familias. Lo otro es la desregulación del sistema; muchos jóvenes estudian y después no encuentran trabajo. En el ámbito de los profesores, tenemos cuatro mil jóvenes que egresan anualmente, salen a la vida laboral, y hay plazas sólo para dos mil. ¿Qué hacen los otros dos mil? Yo los he visto de empaquetadores en supermercados, de cuidadores de auto, de choferes. Lo otro grave es que este es un sistema municipalizado y de financiamiento compartido que es segregador, y que al país le duele que haya educación para ricos y otra para pobres. No hay un sistema inclusivo. Son los temas reales y los problemas que afectan a la gente.

-¿Van a seguir impactando en la agenda?
-Es que los estudiantes y los profesores ven que la única manera de superar este diseño es con el establecimiento de la educación pública, que ya no haya más educación de mercado. Poner fin el lucro y al abuso. Ese es el norte del planteamiento en esta cruzada.

El movimiento pasa al 2012.

-En los últimos 20 años ocurrían ciclos de movilizaciones, a mitad de año. Este movimiento se prolonga. ¿Llegaremos a Navidad con los estudiantes y profesores haciendo marchas y paros?
-Sí, es muy probable que las movilizaciones se extiendan al próximo año. Es probable que se mantenga un tiempo más, y un buen tiempo más. Porque esto no es como los movimientos cíclicos que usted menciona, a los que estaba acostumbrado el país. Esta no es una lucha corporativa, no es como cuando se moviliza el sector público por un reajuste, o cuando nosotros exigimos el pago por la deuda histórica, o las exigencias de salario mínimo que hace la CUT. Estamos ante temas transversales, sistémicos, estructurales, que afectan a todo el país. Ahora podemos decir claramente que no estamos sólo frente a un movimiento estudiantil, sino ante un movimiento ciudadano por la educación pública. Y podemos colocarle un marco más grande, que es el sentido de protesta y de movilización social que se da en el mundo. Usted ve que surgen los indignados en Europa, las manifestaciones en Wall Street que nunca se habían visto, las marchas en España, Grecia, Francia. Hay un cuestionamiento generalizado al sistema neoliberal y de mercado que generó desigualdades muy profundas y que empieza a manifestarse en un ciclo que es más grande, más prolongado. Creo que estamos ante una crisis o situación de igual envergadura a lo que fue el plebiscito del Si o el No en 1988. Se está cuestionando lo de fondo. Apareció lo de la educación, pero estuvo lo de HidroAysén y los medioambientalistas, está apareciendo lo de la salud, lo de las AFP, entonces hay un cuestionamiento al sistema.

-¿Viene un oleaje de movilizaciones en Chile?
-Exactamente. Se van a instalar los temas de fondo. Por eso este conflicto no se soluciona, porque no es una negociación común y corriente. Aquí al manual de Harvard o de los Chicago Boys no sirve, quedó sobrepasado.

-Sin embargo se lanza el dardo de que este movimiento terminará desgastado.
-Es una muy mala apreciación de la realidad. Le escuché eso a varios parlamentarios. Algunos en columnas de opinión dijeron que los estudiantes, en estos momentos, deben tener la astucia para cerrar su triunfo.

-Están en la cresta de la ola y bajarse de ahí para quedar bien.
-Claro, esa es la idea que se quiere imponer, de terminar bien. Esto va más allá de desgastes o cosas puntuales porque el tema que está sobre la mesa, que se debate, es de fondo, es de sistema. Acá no se está hablando de dar unas becas más.

-No es un movimiento de corto plazo.
-No, no lo es. Llegó para instalarse. Esto se prolongará. Le voy a decir que desde un inicio del movimiento, hubo quienes hablaron del desgaste, hace seis meses, yo escuché al gobierno hablar del desgaste desde el inicio. Y el gobierno está esperando el desgaste. Yo creo que rezan por el desgaste. Pero pasan los meses y no se desgasta. Mire la marcha de este 19 de octubre, y con toda la presión y represión que hay.

El rapidito del Ministro.

-Oiga, cuentan que el ministro Felipe Bulnes no les ofreció ni cafecito en la Mesa de Diálogo. Dicen que hasta les negó la botellita de agua.
-La Mesa de Diálogo no estuvo rodeada de un clima propicio. Días antes el presidente Sebastián Piñera dijo que él no abrazaba la causa de la gratuidad en educación. Cortaba toda posibilidad de diálogo. Después, aparece el Ministro del Interior y anuncia el proyecto anti-tomas. Sobre lo que usted dice, le cuento que cuando se hacen esas mesas de diálogos, es usual que se sirva café, agua, unas galletas, pero cuando un funcionario comenzó a servir agua, inmediatamente le dijeron que se retirara. Algunos no alcanzamos a tener un vaso de agua y ese funcionario desapareció.

-En la reunión de expertos designados por el Ministro de Educación hubo hasta torta.
-Si pues, hubo café, té, torta. Eso demuestra el clima que había. Fíjese que en un momento el ministro Bulnes llega y dice: “No sirva nada, porque esto no va a ser muy largo”.

-El ministro estaba por un rapidito.
-Sí, él estaba por hacer todo rápido. Así no podía haber realmente diálogo.

-¿Usted pensó en algún momento que podía resultar esa mesa?
-Yo creo que este tema le hace mucho daño al gobierno. Lo muestra con incapacidad de resolver conflictos. Me parece que ya se ganó un sello, una medalla, de que es un gobierno que pasará a la historia como el que enfrentó a un gran movimiento estudiantil y social sin saber administrar la situación. Se le fue de las manos. Son incapaces de descomprimir, de abrir algunas puertas. Tengo la impresión que se impuso un grupo duro dentro del gobierno. Creo que los pragmáticos los dejan de lado.

-¿Está deteriorada su relación con el ministro Bulnes?
-Es una relación de mucha desconfianza. Él es un ministro que lleva en su ADN el recetario de los amigos de este modelo económico, él tiene su esquema, su formación ideológica y no se mueve de ahí un solo centímetro. Es un hombre de empresa que no se acomoda en un ministerio social. Yo lo veo tan convencido de que su verdad es la única, que piensa que todos los demás debemos pensar lo mismo. Lo veo poco amplio, lo veo cerrado a comprender otras visiones, de no entender que hay un tema social que responde a visiones distintas de la sociedad. Bulnes tiene que empezar a respetar las otras visiones. Imagínese que él es Ministro de Educación. Es muy rígido, con una plantilla de su modelo esquematizado y no es siquiera pragmático. Yo lo veo que actúa con mucha desconfianza, con mucha cautela, a la defensiva. No es una relación fluida.

Los supuestos negocios y la reelección.

-Apareció que usted tenía negocios en colegios.
-Han instalado varias cosas falsas en la idea de golpear la movilización estudiantil y de los profesores. Por ejemplo, dicen que no nos queremos evaluar y tratan de ponernos en pugna con la opinión pública y eso es falso; nos estamos evaluando hace más de ocho años, es una Ley de la República, el 98,3% de los profesores ha sido evaluado. Eso de que soy propietario de 21 colegios está en la misma línea, la de montar ideas falsas, imponerlas a la opinión pública para desprestigiar al movimiento. No piensan en los profesores, porque ellos me conocen de toda la vida, saben de mis actos. Esas falsedades son para engañar a la opinión pública. Le puedo contar que un joven de 15 años, en base a la Ley de Transparencia, fue al Ministerio de Educación, y pidió información de si yo era sostenedor y si tenía empresas. El Ministerio está obligado y le entregó la respuesta. Un documento con el membrete del Ministerio, la firma responsable, y ahí dice que Jaime Gajardo no está registrado en ninguna razón social o asociado a intereses de empresas. El documento esclarece todo. En cuanto a mis relaciones familiares, también son falsas. La ex señora, profesora, trabaja 40 horas en Estación Central y una hermana era directora, no dueña, de un colegio y la echaron. Y el colegio San Sebastián, que la vinculaban, la despidieron de ahí. Fue un infundio que trató de desacreditar al movimiento.

-¿Cuándo hay elección en el Colegio de Profesores?
-En dos años más.

-¿Va a la reelección?
-Nuestras elecciones se hacen cada tres años. Es un sistema democrático, se vota por la persona, es un sistema proporcional y hay una amplia representación en nuestra directiva. Votan 70 mil profesores, ya quisiera cualquier partido tener esa cantidad de votantes. Estoy cumpliendo el segundo periodo como presidente del Colegio de Profesores, y uno nunca sabe lo que depara el futuro, en un mes todo cambia. No me desvela la reelección. Eso sí, seguiré siempre comprometido en la lucha sindical.

-¿Le gustaría que Camila Vallejo siga al frente de la FECH?
-Es un tema que los estudiantes tienen que resolver. Nosotros somos respetuosos de sus decisiones y de su autonomía. Le puedo decir que Camila demuestra una gran capacidad, es de los líderes jóvenes que tiene mucha proyección.

-¿Se imaginó que votaría un millón y medio de personas en el plebiscito sobre educación?
-No. Nosotros nos conformábamos con 200 mil votantes. Es que hubo un volcamiento de la gente a votar, en todos lados. La gente quería participar y se rompieron esquemas. Cualquier persona que salía a la calle esos días, se dio cuenta que había una consulta nacional. Había urnas en ferias, plazas, colegios, avenidas, en todas partes. Nadie, ni el gobierno, ha deslegitimado o desconocido el proceso.

-¿Qué le dijo el vocero Andrés Chadwick cuando le entregaron los resultados?
-Lo recibió con respeto.

-Chadwick dijo que el plebiscito no tenía ninguna importancia.
-Claro, eso dijo. Yo le entregué más antecedentes, le di detalles, le presentamos de manera transparente el resultado, eso es algo muy importante, hicimos un proceso responsable y participativo. Eso tiene un enorme valor hoy en Chile. Chadwick nos escuchó con respeto. Es que el documento era muy contundente. Le explicamos cómo se organizó, cómo era el flujo de votos, cómo funcionó la estructura nacional del Colegio de Profesores, tenemos experiencia. Nos dijo que reconocían que había sido un evento importante, no lo descalificó.

-¿Saldrá de gira como lo hicieron los dirigentes universitarios y secundarios?
-Sí, está planificado un viaje a una reunión regional de la Internacional de la Educación para América Latina (IEAL), que se hará en Bogotá el 4 de diciembre. Soy miembro del Comité Ejecutivo y debo estar en esa calidad y como presidente del Colegio de Profesores, porque el encuentro incluye a presidencias y secretaria generales. Esa es una instancia internacional por la Educación donde se coordinan acciones políticas en la región en defensa de la educación pública de calidad. Es muy importante entonces que estemos ahí los profesores chilenos y expliquemos el sentido de las movilizaciones por la Educación. Creo que seguiremos recibiendo el apoyo regional por una educación pública.

-A ver qué le dicen estas palabras:
Encapuchados.
-Un fenómeno social que está presente en todo el mundo y que nace por la tremenda desigualdad que existe.
Sebastián Piñera.
-Un hombre pragmático pero con poca capacidad de liderazgo.
Lucro.
-Una actividad legítima en algunos ámbitos, pero que debe estar restringido en algunas áreas por razones sociales y nacionales, como educación y salud.

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