Triunfo de los islamistas: el escenario que no esperaban los occidentales en Túnez
Ennhada reivindicó una neta ventaja en las elecciones del domingo, lo que podría convertir a ese partido islamista en el actor clave de la vida política tunecina. Los miembros de Ennhada, prohibido durante la era Ben Alí, se presentan como moderados y abiertos a los laicos.
Martes 25 de octubre 2011 14:45 hrs.
Aunque los resultados oficiales de las elecciones para una Asamblea Constituyente todavía no se han divulgado, la prensa francesa evoca este martes 25 de octubre de 2011 una victoria contrastada de la primera consulta democrática en Túnez. “El fin de las dictaduras en el mundo árabe podría instalar el islam político en el poder”, afirma Libération.
El primer país de la Primavera Árabe, su pionero, realizó el domingo pasado elecciones libres y masivas, con más de un 90% de participación. Los resultados parecen beneficiar ampliamente a los islamistas, no a los partidos laicos y progresistas, considerados más afines a las democracias liberales occidentales.
Esto es una ducha de agua fría para los que esperaban un giro radical en Túnez, luego de varios decenios en los que el derrocado presidente Ben Alí gobernó ese país con mano de hierro. El domingo pasado los tunecinos debían elegir a un poco más de dos centenares de miembros de la Asamblea Constituyente que va a redactar una nueva Constitución y nombrar un nuevo Gobierno hasta las próximas elecciones generales.
De los escaños reservados a la diáspora tunecina, el partido islamista Ennhada obtuvo 18, lo que representa la mitad de ese electorado. Fuentes de ese partido estiman que van a encabezar las elecciones con entre 25 y 30% de los votos. De verificarse estas cifras, Ennhada se convertiría en un partido ineludible de la vida política en Túnez.
Negociar y tranquilizar
En cualquier caso, ese partido islamista tendrá probablemente que buscar alianzas ya que le será muy difícil conseguir una mayoría absoluta. Voceros de Ennhada ya manifestaron que están dispuestos a formar una alianza con los partidos lacios que llegaron detrás de él, el izquierdista Congreso por la República (CPR) y Ettakatol.
Miembros de Ennhada han lanzado mensajes para “tranquilizar” a los socios económicos y comerciales de Túnez, manifestando su interés en crear las condiciones necesarias para facilitar las inversiones extranjeras.
Teniendo en cuenta que el 10% del PIB del país proviene del turismo, un vocero del partido subrayó que Túnez “no puede permitirse que sus relaciones con los países occidentales se deterioren”. Otros miembros de ese partido islamista se comprometieron a respetar los derechos de las minorías religiosas y las mujeres.
Aunque los resultados oficiales de las elecciones para una Asamblea Constituyente todavía no se han divulgado, la prensa francesa evoca este martes 25 de octubre de 2011 una victoria contrastada de la primera consulta democrática en Túnez. “El fin de las dictaduras en el mundo árabe podría instalar el islam político en el poder”, afirma Libération.
El primer país de la Primavera Árabe, su pionero, realizó el domingo pasado elecciones libres y masivas, con más de un 90% de participación. Los resultados parecen beneficiar ampliamente a los islamistas, no a los partidos laicos y progresistas, considerados más afines a las democracias liberales occidentales.
Esto es una ducha de agua fría para los que esperaban un giro radical en Túnez, luego de varios decenios en los que el derrocado presidente Ben Alí gobernó ese país con mano de hierro. El domingo pasado los tunecinos debían elegir a un poco más de dos centenares de miembros de la Asamblea Constituyente que va a redactar una nueva Constitución y nombrar un nuevo Gobierno hasta las próximas elecciones generales.
De los escaños reservados a la diáspora tunecina, el partido islamista Ennhada obtuvo 18, lo que representa la mitad de ese electorado. Fuentes de ese partido estiman que van a encabezar las elecciones con entre 25 y 30% de los votos. De verificarse estas cifras, Ennhada se convertiría en un partido ineludible de la vida política en Túnez.
Negociar y tranquilizar
En cualquier caso, ese partido islamista tendrá probablemente que buscar alianzas ya que le será muy difícil conseguir una mayoría absoluta. Voceros de Ennhada ya manifestaron que están dispuestos a formar una alianza con los partidos lacios que llegaron detrás de él, el izquierdista Congreso por la República (CPR) y Ettakatol.
Miembros de Ennhada han lanzado mensajes para “tranquilizar” a los socios económicos y comerciales de Túnez, manifestando su interés en crear las condiciones necesarias para facilitar las inversiones extranjeras.
Teniendo en cuenta que el 10% del PIB del país proviene del turismo, un vocero del partido subrayó que Túnez “no puede permitirse que sus relaciones con los países occidentales se deterioren”. Otros miembros de ese partido islamista se comprometieron a respetar los derechos de las minorías religiosas y las mujeres.
Aunque los resultados oficiales de las elecciones para una Asamblea Constituyente todavía no se han divulgado, la prensa francesa evoca este martes 25 de octubre de 2011 una victoria contrastada de la primera consulta democrática en Túnez. “El fin de las dictaduras en el mundo árabe podría instalar el islam político en el poder”, afirma Libération.
El primer país de la Primavera Árabe, su pionero, realizó el domingo pasado elecciones libres y masivas, con más de un 90% de participación. Los resultados parecen beneficiar ampliamente a los islamistas, no a los partidos laicos y progresistas, considerados más afines a las democracias liberales occidentales.
Esto es una ducha de agua fría para los que esperaban un giro radical en Túnez, luego de varios decenios en los que el derrocado presidente Ben Alí gobernó ese país con mano de hierro. El domingo pasado los tunecinos debían elegir a un poco más de dos centenares de miembros de la Asamblea Constituyente que va a redactar una nueva Constitución y nombrar un nuevo Gobierno hasta las próximas elecciones generales.
De los escaños reservados a la diáspora tunecina, el partido islamista Ennhada obtuvo 18, lo que representa la mitad de ese electorado. Fuentes de ese partido estiman que van a encabezar las elecciones con entre 25 y 30% de los votos. De verificarse estas cifras, Ennhada se convertiría en un partido ineludible de la vida política en Túnez.
Negociar y tranquilizar
En cualquier caso, ese partido islamista tendrá probablemente que buscar alianzas ya que le será muy difícil conseguir una mayoría absoluta. Voceros de Ennhada ya manifestaron que están dispuestos a formar una alianza con los partidos lacios que llegaron detrás de él, el izquierdista Congreso por la República (CPR) y Ettakatol.
Miembros de Ennhada han lanzado mensajes para “tranquilizar” a los socios económicos y comerciales de Túnez, manifestando su interés en crear las condiciones necesarias para facilitar las inversiones extranjeras.
Teniendo en cuenta que el 10% del PIB del país proviene del turismo, un vocero del partido subrayó que Túnez “no puede permitirse que sus relaciones con los países occidentales se deterioren”. Otros miembros de ese partido islamista se comprometieron a respetar los derechos de las minorías religiosas y las mujeres.
