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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Familiares de las víctimas de la cárcel de San Miguel

“A un año de la tragedia parece que todo está dormido”

Una misa en la Catedral de Santiago, una velatón en Plaza de Armas y posteriormente una vigilia en la cárcel fueron las actividades de los familiares de las 81 víctimas del incendio de la cárcel de San Miguel para recordar a sus deudos. Dicen que el Gobierno ha sido indiferente.

Constanza Avila

  Jueves 8 de diciembre 2011 9:32 hrs. 
81

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Hasta hoy en la madrugada estuvieron reunidos los familiares de los 81 fallecidos la cárcel de San Miguel en una vigilia para conmemorar un año desde que ocurrió la tragedia en que un incendio terminó con la vida de 81 internos del Centro Penitenciario.

Todo comenzó el miércoles a las siete de la tarde con una misa en la Catedral de Santiago presidida por el arzobispo  Ricardo Ezzati. “Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas”, decía el salmo que daba la bienvenida a la misa organizada por la Agrupación “81 Razones”, que reúne a los familiares de las víctimas.

Después de la misa, se hizo una velatón en la Plaza de Armas, donde entre flores y lágrimas los familiares recordaron a sus 81 fallecidos.

Reinaldo Espinoza perdió a su hijo Abraham en el incendio. Afirma que después de diciembre del 2010 no tuvo más noticias del gobierno sino hasta octubre de este año cuando les ofrecieron ayuda sicológica gratuita. Sobre la investigación dice que “no hay novedades ya que hay plazo por dos años para que se lleve a cabo”.

Ayer en la tarde, el ministro de Justicia Teodoro Ribera recorrió la cárcel de San Miguel para mostrar los avances en infraestructura que se han hecho en la zona donde se originó el incendio y destacó el apoyo que las autoridades han dado a los deudos de los reos.

“Hemos tratado de acompañarlos en su proceso de duelo, en asistencia psicológica, en resolver consultas, en tramitar viviendas que quedaron en el camino, en el reconocimiento de hijos, en definitiva, en muchos temas humanos y personales que les preocupan”, sostuvo el titular de Justicia.

Pero Karina Vidal perdió a su hermano en el incendio y coincide con Reinaldo Espinoza:  “A un año de la tragedia parece que todo está dormido, no ha pasado nada, no se ha dicho nada, parece que todo quedó en el olvido”.

Es por eso que se agruparon en “81 Razones”, para recordar, pero también para buscar una solución para ellos y para quienes están privados de libertad.

“Nos juntamos a recordar a nuestros familiares todos los ochos, pero también estamos empeñados en que mejoren las condiciones de los actuales presos para que haya realmente una rehabilitación. Hemos visitado casi todas las cárceles de Santiago y hemos visto la realidad inhumana, totalmente inhumana en la que viven”, cuenta Reinaldo Espinoza.

Jorge Salinas pertenece al Comité de Promoción y Defensa de los Derechos Humanos de La Pintana, conoce a varios de quienes perdieron a sus familiares ese 8de diciembre, y dice que “la mayoría eran muchachos que venían de familias trabajadores, y si bien es cierto que está bien que hayan estado pagando sus delitos cometidos, muchos de ellos estaban presos por haber vendido un cd o por cosas menores”.

“La misma demanda de los jóvenes hoy por más educación. Ese es el camino de los países que han avanzado en la reinserción social. El Gobierno debería enfocarse en generar condiciones de vida y sociales diferentes a las que se han desarrollado gran parte de los jóvenes como los que fallecieron en la cárcel de San Miguel”, dijo Salinas.

En la conmemoración también se presentó un adelanto de la obra “Torre 5” de la Corporación de Artistas para la Rehabilitación, Coartre, dirigida por Jaqueline Roumeau. La obra, que trabaja con un concepto de teatro carcelario testimonial, está protagonizada por ex internos, familiares de víctimas y actores profesionales.

Uno de sus integrantes, Gabriel Pinto, cuenta que “es muy positiva la recepción que tienen los internos con el teatro, ya que nosotros buscamos trabajar con la sanación y los reos lo agradecen mucho, dadas las terribles condiciones en las que viven al interior de los centros penitenciarios, el teatro es una válvula de escape que les permite expresar emociones que ellos tienen escondidas en lo más profundo de su ser, y han construido maravillosas dramaturgias”. La obra será estrenada completa la primera quincena del 2012.

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