La iniciativa del ministerio de Economía que permite la venta de medicamentos en pasillos y dispensadores de supermercados, estaciones de servicios y centros comerciales busca aumentar la competencia a las farmacias y, con ello, bajar los precios.
Sin embargo, el senador Fulvio Rossi y el diputado Juan Luis Castro, ambos médicos de profesión, aseguran que – por el contrario – provocará el aumento del valor de los medicamentos prescritos, ya que las farmacias podrían buscar la compensación que generarán las pérdidas en remedios simples de consumo masivo.
Por lo mismo, el senador Rossi adelantó el rechazo del proyecto en las comisiones de Salud de ambas Cámaras, ya que sólo aumenta el consumo de remedios y baja el control médico, poniendo en riesgo la salud de los usuarios.
“Los medicamentos con receta, que son la mayoría y los más relevantes, van a subir de precio porque así las farmacias van a compensar. Muchos estudios dicen que la única externalidad positiva que podría tener vender medicamentos sin receta en góndolas de supermercados sería la disminución del valor. Pero los más relevantes para la salud y que representan el 70 por ciento de los remedios prescritos subirán”, afirmó el legislador.
En Santiago hay más de seiscientas farmacias, muchas de ellas ya ubicadas en espacios privados de venta. Según el diputado Castro, el Gobierno busca fomentar el lucro de estos centros comerciales y no el acceso de toda la población, como ha sido planteado por el Ejecutivo.
“El problema que tiene la gente hoy es el precio de los medicamentos y está comprobando que traspasando a las cadenas de supermercado, éstos van a tender a subir y los laboratorios comenzarán a concentrar las ventas a través de los productos de marca y los con receta médica”, dijo el diputado.
El parlamentario además subrayó el rol de los químicos farmacéuticos, ya que es necesaria la orientación y supervisión de la ingesta de fármacos, y sostiene que justamente se debe apuntar no permitir que crezca el indicador de automedicación – que ya llega a un 57 por ciento – y con ello aumente el riesgo de intoxicación en los pacientes.
“Al Gobierno le ha interesado más generar utilidades para el retail que el aspecto sanitario de proteger la salud de la gente a través de medicamentos seguros, que sean adquiribles en cualquier punto de venta de tipo farmacéutico. Esto se está dejando al libre mercado con todos los efectos colaterales sanitarios que esto va a tener”, afirmó.
Los parlamentarios señalan que en el Congreso se avanza en varios proyectos que buscan subsanar las debilidades del sistema como mejorar la rotulación, evitar la colusión entre las farmacias, los incentivos para la recomendación de productos, y que en las recetas se consignen los genéricos, y no una determinada marca. En definitiva, desconcentrar el mercado y prevenir el abuso.
Los médicos socialistas agregan que para que el tres por ciento de la población que no tiene acceso expedito a medicamentos no requiere la ley que presentó el gobierno, sino que se permita la venta en los servicios de salud público en lugares alejados y vehículos para trasladar a domicilio aquellos fármacos que sean fundamentales.
La iniciativa del ministerio de Economía que permite la venta de medicamentos en pasillos y dispensadores de supermercados, estaciones de servicios y centros comerciales busca aumentar la competencia a las farmacias y, con ello, bajar los precios.
Sin embargo, el senador Fulvio Rossi y el diputado Juan Luis Castro, ambos médicos de profesión, aseguran que – por el contrario – provocará el aumento del valor de los medicamentos prescritos, ya que las farmacias podrían buscar la compensación que generarán las pérdidas en remedios simples de consumo masivo.
Por lo mismo, el senador Rossi adelantó el rechazo del proyecto en las comisiones de Salud de ambas Cámaras, ya que sólo aumenta el consumo de remedios y baja el control médico, poniendo en riesgo la salud de los usuarios.
“Los medicamentos con receta, que son la mayoría y los más relevantes, van a subir de precio porque así las farmacias van a compensar. Muchos estudios dicen que la única externalidad positiva que podría tener vender medicamentos sin receta en góndolas de supermercados sería la disminución del valor. Pero los más relevantes para la salud y que representan el 70 por ciento de los remedios prescritos subirán”, afirmó el legislador.
En Santiago hay más de seiscientas farmacias, muchas de ellas ya ubicadas en espacios privados de venta. Según el diputado Castro, el Gobierno busca fomentar el lucro de estos centros comerciales y no el acceso de toda la población, como ha sido planteado por el Ejecutivo.
“El problema que tiene la gente hoy es el precio de los medicamentos y está comprobando que traspasando a las cadenas de supermercado, éstos van a tender a subir y los laboratorios comenzarán a concentrar las ventas a través de los productos de marca y los con receta médica”, dijo el diputado.
El parlamentario además subrayó el rol de los químicos farmacéuticos, ya que es necesaria la orientación y supervisión de la ingesta de fármacos, y sostiene que justamente se debe apuntar no permitir que crezca el indicador de automedicación – que ya llega a un 57 por ciento – y con ello aumente el riesgo de intoxicación en los pacientes.
“Al Gobierno le ha interesado más generar utilidades para el retail que el aspecto sanitario de proteger la salud de la gente a través de medicamentos seguros, que sean adquiribles en cualquier punto de venta de tipo farmacéutico. Esto se está dejando al libre mercado con todos los efectos colaterales sanitarios que esto va a tener”, afirmó.
Los parlamentarios señalan que en el Congreso se avanza en varios proyectos que buscan subsanar las debilidades del sistema como mejorar la rotulación, evitar la colusión entre las farmacias, los incentivos para la recomendación de productos, y que en las recetas se consignen los genéricos, y no una determinada marca. En definitiva, desconcentrar el mercado y prevenir el abuso.
Los médicos socialistas agregan que para que el tres por ciento de la población que no tiene acceso expedito a medicamentos no requiere la ley que presentó el gobierno, sino que se permita la venta en los servicios de salud público en lugares alejados y vehículos para trasladar a domicilio aquellos fármacos que sean fundamentales.
La iniciativa del ministerio de Economía que permite la venta de medicamentos en pasillos y dispensadores de supermercados, estaciones de servicios y centros comerciales busca aumentar la competencia a las farmacias y, con ello, bajar los precios.
Sin embargo, el senador Fulvio Rossi y el diputado Juan Luis Castro, ambos médicos de profesión, aseguran que – por el contrario – provocará el aumento del valor de los medicamentos prescritos, ya que las farmacias podrían buscar la compensación que generarán las pérdidas en remedios simples de consumo masivo.
Por lo mismo, el senador Rossi adelantó el rechazo del proyecto en las comisiones de Salud de ambas Cámaras, ya que sólo aumenta el consumo de remedios y baja el control médico, poniendo en riesgo la salud de los usuarios.
“Los medicamentos con receta, que son la mayoría y los más relevantes, van a subir de precio porque así las farmacias van a compensar. Muchos estudios dicen que la única externalidad positiva que podría tener vender medicamentos sin receta en góndolas de supermercados sería la disminución del valor. Pero los más relevantes para la salud y que representan el 70 por ciento de los remedios prescritos subirán”, afirmó el legislador.
En Santiago hay más de seiscientas farmacias, muchas de ellas ya ubicadas en espacios privados de venta. Según el diputado Castro, el Gobierno busca fomentar el lucro de estos centros comerciales y no el acceso de toda la población, como ha sido planteado por el Ejecutivo.
“El problema que tiene la gente hoy es el precio de los medicamentos y está comprobando que traspasando a las cadenas de supermercado, éstos van a tender a subir y los laboratorios comenzarán a concentrar las ventas a través de los productos de marca y los con receta médica”, dijo el diputado.
El parlamentario además subrayó el rol de los químicos farmacéuticos, ya que es necesaria la orientación y supervisión de la ingesta de fármacos, y sostiene que justamente se debe apuntar no permitir que crezca el indicador de automedicación – que ya llega a un 57 por ciento – y con ello aumente el riesgo de intoxicación en los pacientes.
“Al Gobierno le ha interesado más generar utilidades para el retail que el aspecto sanitario de proteger la salud de la gente a través de medicamentos seguros, que sean adquiribles en cualquier punto de venta de tipo farmacéutico. Esto se está dejando al libre mercado con todos los efectos colaterales sanitarios que esto va a tener”, afirmó.
Los parlamentarios señalan que en el Congreso se avanza en varios proyectos que buscan subsanar las debilidades del sistema como mejorar la rotulación, evitar la colusión entre las farmacias, los incentivos para la recomendación de productos, y que en las recetas se consignen los genéricos, y no una determinada marca. En definitiva, desconcentrar el mercado y prevenir el abuso.
Los médicos socialistas agregan que para que el tres por ciento de la población que no tiene acceso expedito a medicamentos no requiere la ley que presentó el gobierno, sino que se permita la venta en los servicios de salud público en lugares alejados y vehículos para trasladar a domicilio aquellos fármacos que sean fundamentales.
