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Chile va por su tercer intento en la carrera espacial

El satélite FASat Charlie busca reivindicar la presencia nacional en el cosmos. Y aunque ha surgido cierta pugna entre el uso civil y militar de las imágenes que entregará, hay coincidencia en que es un primer paso para definir, de una vez por todas, una política espacial a largo plazo.

Sohad Houssein y Cristián Pacheco

  Viernes 16 de diciembre 2011 17:54 hrs. 
fasat charlie

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En 1995, Chile lanzó su primer satélite, el FASat-Alfa, y la decepción fue al mismo nivel que las expectativas que generaba el inicio de la carrera espacial chilena, ya que nunca se pudo separar del satélite ucraniano que lo transportó hasta el espacio. Hoy continúa unido a él, inservible, girando alrededor de la Tierra.

En 1998 fue el turno del FASat-Bravo. Sería un segundo intento fallido porque a los tres años de funcionamiento un problema en la batería lo llevó a engrosar las toneladas de basura espacial que deambulan por el Universo.

Dicen que la tercera es la vencida, y se espera que así sea, porque a las 23:03 pm del viernes, en las Guyanas francesas, se lanzó el FASat- Charlie o Sistema Satelital de Observación Terrestre (SSOT) al interior del cohete Soyuz ST.

La separación del satélite debe producirse cerca de las 2:30 horas de la mañana, mientras que el primer contacto con el Fasat Charlie está previsto para pasadas las 4 de la madrugada desde una antena instalada en Suecia. Sólo a 11 de la mañana de realizaría el primer contacto directo desde Chile.

Este proyecto completo costó alrededor de 85 millones de dólares y fue financiado con fondos de la Ley Reservada del Cobre, que además del diseño y construcción del satélite, incluyó la capacitación de un equipo de ingenieros de la Fuerza Aérea en Francia, la construcción del centro de control satelital en El Bosque, la compra del software y el envío del satélite, cuya vida útil es de cinco años.

Especialistas y autoridades han dicho que este satélite tiene fines principalmente científicos, ya que enviará datos mediante sensores remotos que captan imágenes en color y de alta resolución, las que servirán para planificación territorial, diseño de planes de mitigación de desastres naturales, y otras aplicaciones de materia civil.

“Este es un satélite de verdad”, asegura Eugenio Gonzáles, director ejecutivo del Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) del ministerio de Agricultura, y explica que entre las utilidades que tendrá se encuentra la identificación de los suelos, la posibilidad de planificar mejor el crecimiento de las ciudades, hacer una cartografía en detalle del territorio nacional, pero también mitigar los efectos de los desastres naturales tan comunes en nuestro país, ya que a las fotos se aplican softwares para determinar las curvas de nivel del territorio y, con eso, se puede determinar por dónde va a escurrir la lava de los volcanes en erupción, el agua de las inundaciones y las salidas de mar en caso de tsunamis.

Sin embargo, el mismo comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Jorge Rojas, recalca que el FASat Charlie “es un salto importante también para la Fuerza Aérea y para la defensa nacional, pues no va permitir tener el desarrollo espacial para generar los niveles de disuasión que la política de Chile requiere en su manejo”.

Si bien González reafirma que el proyecto busca resolver necesidades civiles más que de defensa, reconoce que con él se pueden definir problemas limítrofes y otros conflictos geopolíticos, como el control de las fronteras interiores.

Para el diputado DC Ricardo Rincón “sería un error radicar esto en el ministerio de Agricultura como ha sido mencionado”. “Siempre el uso ha sido civil y militar y también un potencial enorme en materia de seguridad para enfrentar desastres naturales. También puede tener uso en el control de fronteras por la internación de drogas en el norte de Chile, y eso cabe en el ámbito del orden interno, por eso siempre su uso ha sido civil y militar”.

Pero más allá de la pugna que se pueda generar por el uso que se le dará a las imágenes que solamente una vez al mes este satélite logrará captar con nitidez en su paso por nuestro territorio, preocupa la ausencia de una verdadera política espacial chilena cuando otros países ya llevan muchos años mirando hacia el Universo.

González asegura que con este satélite en órbita se da un primer paso, pero “lo que estamos evaluando en el corto plazo, como ministerio de Agricultura y como Gobierno, es definir, de una vez por todas, una política espacial chilena que aborde todos estos grandes temas porque Chile no puede estar fuera de esto y en este momento nadie puede decir que hay una política espacial definida en años”.

En la misma línea, el diputado Rincón critica la inexistencia de una institucionalidad en esta materia ni un presupuesto para el 2012 que asegure los recursos para la comisión asesora presidencial, para la última etapa de capacitación de profesionales y técnicos en Francia, ni para la posibilidad de ocupar la órbita reservada por el Estado para tener un satélite de comunicaciones.

Rincón agrega que hasta el momento no hay información respecto al satélite de reemplazo, ya que este tiene sólo cinco años de vida útil.

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