Al comparar a los habitantes de Puchuncaví con quienes viven en el Quisco y Algarrobo, los primeros registran una considerable diferencia de los niveles de plomo en su organismo.
Según indicó la directora del Instituto de Salud Pública (ISP), María Teresa Valenzuela, en promedio cuentan con un 2,8 de microgramos por 100 ml de sangre, a diferencia del 1,7 en la población de las otras comunas. Sin embargo, afirmó que esto no constituye una amenaza.
“Estas cifras son significativamente diferentes, pero igualmente distan bastante de los niveles máximos permitidos que son hasta 10 microgramos por 100 ml de sangre, según la Organización Mundial de la Salud”, explicó la profesional.
La doctora aclaró que el porcentaje de ciudadanos que excede de los valores máximos es un cuatro por ciento, y añadió que se les realizará una nueva muestra de sangre, para estudiar si sufren anemia. Por otro lado, la directora del ISP indicó que nadie tuvo resultados que impliquen la necesidad urgente de un tratamiento médico.
Sin embargo, los resultados de esta investigación no cuadran con la percepción de otros especialistas. El toxicólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin señaló que, según sus investigaciones, en zonas como Maitencillo y Marbella, de altos recursos y más alejadas, también hay presencia de metales pesados y se refirió a los efectos puntuales del plomo en la salud.
“El plomo produce daño neuroconductual, agresividad, infertilidad y a conductas delictivas. Eso ha sido demostrado en distintos países y estudios, lo que también es un límite para el desarrollo y la calidad de vida de las personas”, sostuvo el académico.
Hace unos días, un reporte reveló que la totalidad de las 14 escuelas de Puchuncaví están contaminadas. En este sentido el presidente del Consejo Ecológico Puchuncaví-Quinteros, Miguel Inzunza, cuestionó la investigación del ISP.
“Nos parece insólito que el suelo esté altamente contaminado, personas se mueran de cáncer, hayan deformaciones de niños que nacen y que la gente que fue muestreada no tenga problema alguno. Por eso nosotros solicitamos que esto fuera con contramuestra de un organismo independiente al Estado. Que no sea el que toma la muestra el dueño de la fuente emisora, el que le da los permisos y el que maneja los colegios”, sentenció el dirigente.
El ambientalista hizo un llamado a investigar con seriedad y valentía la situación de los habitantes de la zona quienes, rodeados de un amplio parque industrial, están pagando a diario con su salud e incluso con su vida los costos del desarrollo del país.
Al comparar a los habitantes de Puchuncaví con quienes viven en el Quisco y Algarrobo, los primeros registran una considerable diferencia de los niveles de plomo en su organismo.
Según indicó la directora del Instituto de Salud Pública (ISP), María Teresa Valenzuela, en promedio cuentan con un 2,8 de microgramos por 100 ml de sangre, a diferencia del 1,7 en la población de las otras comunas. Sin embargo, afirmó que esto no constituye una amenaza.
“Estas cifras son significativamente diferentes, pero igualmente distan bastante de los niveles máximos permitidos que son hasta 10 microgramos por 100 ml de sangre, según la Organización Mundial de la Salud”, explicó la profesional.
La doctora aclaró que el porcentaje de ciudadanos que excede de los valores máximos es un cuatro por ciento, y añadió que se les realizará una nueva muestra de sangre, para estudiar si sufren anemia. Por otro lado, la directora del ISP indicó que nadie tuvo resultados que impliquen la necesidad urgente de un tratamiento médico.
Sin embargo, los resultados de esta investigación no cuadran con la percepción de otros especialistas. El toxicólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin señaló que, según sus investigaciones, en zonas como Maitencillo y Marbella, de altos recursos y más alejadas, también hay presencia de metales pesados y se refirió a los efectos puntuales del plomo en la salud.
“El plomo produce daño neuroconductual, agresividad, infertilidad y a conductas delictivas. Eso ha sido demostrado en distintos países y estudios, lo que también es un límite para el desarrollo y la calidad de vida de las personas”, sostuvo el académico.
Hace unos días, un reporte reveló que la totalidad de las 14 escuelas de Puchuncaví están contaminadas. En este sentido el presidente del Consejo Ecológico Puchuncaví-Quinteros, Miguel Inzunza, cuestionó la investigación del ISP.
“Nos parece insólito que el suelo esté altamente contaminado, personas se mueran de cáncer, hayan deformaciones de niños que nacen y que la gente que fue muestreada no tenga problema alguno. Por eso nosotros solicitamos que esto fuera con contramuestra de un organismo independiente al Estado. Que no sea el que toma la muestra el dueño de la fuente emisora, el que le da los permisos y el que maneja los colegios”, sentenció el dirigente.
El ambientalista hizo un llamado a investigar con seriedad y valentía la situación de los habitantes de la zona quienes, rodeados de un amplio parque industrial, están pagando a diario con su salud e incluso con su vida los costos del desarrollo del país.
Al comparar a los habitantes de Puchuncaví con quienes viven en el Quisco y Algarrobo, los primeros registran una considerable diferencia de los niveles de plomo en su organismo.
Según indicó la directora del Instituto de Salud Pública (ISP), María Teresa Valenzuela, en promedio cuentan con un 2,8 de microgramos por 100 ml de sangre, a diferencia del 1,7 en la población de las otras comunas. Sin embargo, afirmó que esto no constituye una amenaza.
“Estas cifras son significativamente diferentes, pero igualmente distan bastante de los niveles máximos permitidos que son hasta 10 microgramos por 100 ml de sangre, según la Organización Mundial de la Salud”, explicó la profesional.
La doctora aclaró que el porcentaje de ciudadanos que excede de los valores máximos es un cuatro por ciento, y añadió que se les realizará una nueva muestra de sangre, para estudiar si sufren anemia. Por otro lado, la directora del ISP indicó que nadie tuvo resultados que impliquen la necesidad urgente de un tratamiento médico.
Sin embargo, los resultados de esta investigación no cuadran con la percepción de otros especialistas. El toxicólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin señaló que, según sus investigaciones, en zonas como Maitencillo y Marbella, de altos recursos y más alejadas, también hay presencia de metales pesados y se refirió a los efectos puntuales del plomo en la salud.
“El plomo produce daño neuroconductual, agresividad, infertilidad y a conductas delictivas. Eso ha sido demostrado en distintos países y estudios, lo que también es un límite para el desarrollo y la calidad de vida de las personas”, sostuvo el académico.
Hace unos días, un reporte reveló que la totalidad de las 14 escuelas de Puchuncaví están contaminadas. En este sentido el presidente del Consejo Ecológico Puchuncaví-Quinteros, Miguel Inzunza, cuestionó la investigación del ISP.
“Nos parece insólito que el suelo esté altamente contaminado, personas se mueran de cáncer, hayan deformaciones de niños que nacen y que la gente que fue muestreada no tenga problema alguno. Por eso nosotros solicitamos que esto fuera con contramuestra de un organismo independiente al Estado. Que no sea el que toma la muestra el dueño de la fuente emisora, el que le da los permisos y el que maneja los colegios”, sentenció el dirigente.
El ambientalista hizo un llamado a investigar con seriedad y valentía la situación de los habitantes de la zona quienes, rodeados de un amplio parque industrial, están pagando a diario con su salud e incluso con su vida los costos del desarrollo del país.
