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El Deshuesadero de la Noticia

Partidos nuevos y extra-conglomerados entrarán a la carrera electoral

Hay agrupaciones -algunas que ya tienen registro legal- que buscarán posicionarse en las municipales y podrán ser comodines en las coaliciones. Pueden dar sorpresas y alterar el mosaico electoral nacional y municipal, así como llegar a influir en las parlamentarias y las presidenciales del 2013.

Hugo Guzmán

  Viernes 13 de enero 2012 19:13 hrs. 
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En la información oficial del Servicio Electoral figuran como colectividades políticas con nuevo registro legal el Partido Igualdad (PI) y el Partido Progresista (PRO). Por el mecanismo de juntar firmas de adherentes en regiones, ambas organizaciones ya forman parte del listado de agrupaciones que tiene derecho a entrar de lleno y como la ley manda en los procesos electorales.
Ninguno de los dos forma parte de las coaliciones Concertación por la Democracia ni la Alianza. Se suman a otros partidos con registro y que también aparecen como orgánicas extra-conglomerados: el Partido Comunista (PC), Partido Humanista (PH), Movimiento Amplio Social (MAS), Partido Ecologista Verde (PEV) y el Partido Regionalista de los Independientes (PRI).
Todas esas colectividades partidistas, nuevas o antiguas, buscarán posicionarse en las municipales, actuando de manera autónoma como ya lo anunció el PI, alcanzando acuerdos con los conglomerados u optando por generar referentes nuevos.
Esto último, por ejemplo, lo estaría planificando el MAS, dirigido por Alejandro Navarro, junto a colectividades no registradas como el MAIZ que lideran Jorge Arrate y Sergio Aguiló, en la idea de levantar un “frente de izquierda”. En las tratativas estaría participando el PRO, aunque el partido de Marco Enríquez-Ominami también tuvo conversaciones con el PC. No hay, aun, nada definido.
Al mismo tiempo, los comunistas hablan con representantes de la Concertación en la posibilidad de llegar a acuerdo para las municipales, posiblemente con pacto por omisión en el caso de los alcaldes y precisando un convenio electoral para concejales, donde habría más acercamientos con el Partido por la Democracia y el Partido Radical Socialdemócrata. En este marco, el PC ya inició un trabajo para re-posicionar al Juntos Podemos Más como coalición del sector, donde ya estaría la Izquierda Cristiana (no tiene registro).
En rigor, no se conoce una postura concreta o ya resuelta de parte de los humanistas o ecologistas, y en el caso del PRI, todo pasa por resoluciones de conflictos internos, que pueden derivar en acuerdos con la Concertación o la Alianza, o candidaturas autónomas, según se diriman los asuntos propios. Pero de que van a entrar en la competencia, es algo seguro.
En el caso de la derecha, donde la Alianza (Renovación Nacional y la UDI) no tiene mucho con quien dialogar o negociar fuera de sus paredes, el único grupo que podría ser considerado para pactos o acuerdos es ChilePrimero que, en lo formal, es un “partido en formación”.
El Partido Igualdad, que tiene base social y electoral en varias regiones y comunas, ya decidió llevar sus propios candidatos a alcaldes y concejales sin hacer alianzas electorales con otras colectividades y mucho menos con los conglomerados hegemónicos.
Electoralmente, de acuerdo a datos de elecciones municipales anteriores, los que pueden tener más incidencia cuantitativa son el PC y el PRO, pero hay comunas donde el MAS, el PI, el PRI y el PH pueden obtener logros importantes que, por cierto, significaría pérdida de alcaldes o concejales concertacionistas o derechistas.
En definitiva, lo que ocurra con estas organizaciones –llamadas por algunos “partidos chicos”- podría influir en los resultados finales de las municipales, verdadero termómetro de la realidad electoral y política en el país, pero también incidirá en el papel que puedan llegar a jugar en la competencia parlamentaria y presidencial.
Y al mismo tiempo, las municipales serán, para estos partidos, una prueba de su capacidad de generar y hacer crecer una base electoral –sea regional, comunal o nacional-, esta vez en las municipales o, por el contrario, constatar una baja o pérdida político-electoral.
Desde el punto de vista cualitativo no es despreciable el rol que varias de estas agrupaciones lleguen a cumplir en un posible –y para muchos deseado- reacomodo de las fuerzas políticas buscando representar mejor y realmente a amplios sectores de la oposición.
Como sea, casi todas estas organizaciones andan entre el dos y el cuatro por ciento de votos -como porcentaje propio- cifra que están interesados en subir o, al menos, no bajar, y que por lo demás, puede ser determinante en la elección de un alcalde o un concejal, dado como andan las cosas.
Sin olvidar que varios de estos partidos, emergentes o más antiguos, no descartan que la inscripción automática y el voto automático puede beneficiarlos.-

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