Túnez: A un año de la revuelta que propagó la primavera árabe
El país mediterráneo celebró el primer aniversario de la caída del presidente Zine El Abidine Ben Alí. Un punto culminante de una revolución pacífica que hizo escuela y propagó el virus de la revuelta al conjunto del mundo árabe.
Domingo 15 de enero 2012 10:24 hrs.
El sábado miles de personas celebraron en el centro de Túnez el aniversario, pero también pedían “derecho a trabajar”. Los festejos se sucedieron en distintos lugares del país, con presencia de dignatarios árabes.
Túnez ha celebrado en el último año elecciones libres, hay más libertades, la asamblea constituyente prepara una nueva carta magna y el país es gobernado por un gobierno de coalición.
Las nuevas autoridades tienen ahora enormes retos en un pais cuya población sigue necesitando trabajo y salarios dignos para salir de la pobreza. Unas condiciones de vida precarias que fueron el origen de las protestas que acabaron el 14 de enero de 2011 con el hombre fuerte del régimen, Zine El Abidine Ben Alí, tras haber ejercido durante 23 años un poder absoluto.
La corrupción es otro de los graves problemas que sigue afectando a la economía tunecina y que el gobierno debe enfrentar.
Ben Alí, un año después
Hoy, un año después, nadie parece acordarse ya de él. Para muchos el ex presidente es un trauma nacional que es mejor olvidar, pese a que gran parte de la población afirma que le gustaría ver al ex dictador ante la justicia.
Ben Ali, refugiado en Arabia Saudí con su esposa, denunció a las nuevas autoridades tunecinas por la incautación de sus bienes y propiedades en Túnez. Afirmó a través de un comunicado que esa acción supone una violación de la Constitución y dijo que pretende denunciar a las nuevas autoridades del país ante la ONU.
Pero Ben Alí está acusado en Túnez por la justicia y acumula ya 75 años de cárcel. Hoy en día dos tribunales lo juzgan en ausencia por su rol en la muerte de los manifestantes durante la revolución. Las autoridades han enviado a Arabia Saudí dos peticiones de extradición que, por ahora, no han obtenido respuesta.
El sábado miles de personas celebraron en el centro de Túnez el aniversario, pero también pedían “derecho a trabajar”. Los festejos se sucedieron en distintos lugares del país, con presencia de dignatarios árabes.
Túnez ha celebrado en el último año elecciones libres, hay más libertades, la asamblea constituyente prepara una nueva carta magna y el país es gobernado por un gobierno de coalición.
Las nuevas autoridades tienen ahora enormes retos en un pais cuya población sigue necesitando trabajo y salarios dignos para salir de la pobreza. Unas condiciones de vida precarias que fueron el origen de las protestas que acabaron el 14 de enero de 2011 con el hombre fuerte del régimen, Zine El Abidine Ben Alí, tras haber ejercido durante 23 años un poder absoluto.
La corrupción es otro de los graves problemas que sigue afectando a la economía tunecina y que el gobierno debe enfrentar.
Ben Alí, un año después
Hoy, un año después, nadie parece acordarse ya de él. Para muchos el ex presidente es un trauma nacional que es mejor olvidar, pese a que gran parte de la población afirma que le gustaría ver al ex dictador ante la justicia.
Ben Ali, refugiado en Arabia Saudí con su esposa, denunció a las nuevas autoridades tunecinas por la incautación de sus bienes y propiedades en Túnez. Afirmó a través de un comunicado que esa acción supone una violación de la Constitución y dijo que pretende denunciar a las nuevas autoridades del país ante la ONU.
Pero Ben Alí está acusado en Túnez por la justicia y acumula ya 75 años de cárcel. Hoy en día dos tribunales lo juzgan en ausencia por su rol en la muerte de los manifestantes durante la revolución. Las autoridades han enviado a Arabia Saudí dos peticiones de extradición que, por ahora, no han obtenido respuesta.
El sábado miles de personas celebraron en el centro de Túnez el aniversario, pero también pedían “derecho a trabajar”. Los festejos se sucedieron en distintos lugares del país, con presencia de dignatarios árabes.
Túnez ha celebrado en el último año elecciones libres, hay más libertades, la asamblea constituyente prepara una nueva carta magna y el país es gobernado por un gobierno de coalición.
Las nuevas autoridades tienen ahora enormes retos en un pais cuya población sigue necesitando trabajo y salarios dignos para salir de la pobreza. Unas condiciones de vida precarias que fueron el origen de las protestas que acabaron el 14 de enero de 2011 con el hombre fuerte del régimen, Zine El Abidine Ben Alí, tras haber ejercido durante 23 años un poder absoluto.
La corrupción es otro de los graves problemas que sigue afectando a la economía tunecina y que el gobierno debe enfrentar.
Ben Alí, un año después
Hoy, un año después, nadie parece acordarse ya de él. Para muchos el ex presidente es un trauma nacional que es mejor olvidar, pese a que gran parte de la población afirma que le gustaría ver al ex dictador ante la justicia.
Ben Ali, refugiado en Arabia Saudí con su esposa, denunció a las nuevas autoridades tunecinas por la incautación de sus bienes y propiedades en Túnez. Afirmó a través de un comunicado que esa acción supone una violación de la Constitución y dijo que pretende denunciar a las nuevas autoridades del país ante la ONU.
Pero Ben Alí está acusado en Túnez por la justicia y acumula ya 75 años de cárcel. Hoy en día dos tribunales lo juzgan en ausencia por su rol en la muerte de los manifestantes durante la revolución. Las autoridades han enviado a Arabia Saudí dos peticiones de extradición que, por ahora, no han obtenido respuesta.
