La tasa de desocupación del trimestre móvil octubre-diciembre se ubicó en el 6,6 por ciento, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Cifras más positivas fueron entregadas por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, que mediante una encuesta arrojó que el 6,2 por ciento de la población laboralmente activa se encuentra sin trabajo.
Esto llevó al Gobierno a destacar su gestión, aludiendo a las 600 mil plazas laborales que se han creado en estos dos años de mandato del presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, llamó a analizar estas cifras con mayor cuidado, sobre todo porque es necesario atender la calidad del empleo por sobre la cantidad, sostuvo.
En este sentido, Durán señaló que Chile tuvo altos niveles de subempleo durante el año pasado, fenómeno que es calificado por la OCDE como trabajo precario.
Esto, cuando el empleo es por cuenta propia, con familiares no remunerados o de forma asalariada, lo que no garantiza, necesariamente, el pago de cotizaciones o previsión, sostuvo Durán.
Según el economista, habría un fenómeno de desempleo oculto, donde se prioriza la cantidad por sobre la calidad del empleo: “Cuando uno analiza la calidad, se da cuenta de que hay trabajos esporádicos de una o dos horas. Esos trabajos se contabilizan como ocupados, pero en efecto, muchas de esas personas están desocupadas. Estamos hablando de una especie de desempleo oculto o invisible. También existe otro problema que se denomina subempleo, personas que trabajan menos de 30 horas, pero están disponibles para trabajar tiempo completo”, explicó.
La calidad sería, a juicio de Durán, la gran deuda del Gobierno en relación a la creación de puestos laborales: “El tema de la calidad está en deuda. En Chile, el trabajo tiene problemas por el lado de los salarios, que son muy bajos, lo cual inmediatamente invalida cualquier análisis serio de calidad. En segundo lugar, existe un problema grave de subempleo. Entonces existen antecedentes como para diagnosticar que en realidad el mercado laboral chileno no está generando puestos de trabajo que sean aceptables y de calidad, según lo que dicen las normas internacionales”, dijo.
Algo que refrendó el economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Hugo Fazio, quien señaló que existe un gran porcentaje de los puestos de trabajo que, derechamente, no son buenos: “En una economía que se está desacelerando, el trabajo tiende a presentar problemas crecientes. En un país en que las remuneraciones, en términos reales, crecen muy poco o no crecen para amplios sectores, no se puede calificar el trabajo como bueno”, afirmó.
Finalmente, Fazio negó que haya “pleno empleo”, ya que esto sólo se produciría en algunos sectores rurales y no en las ciudades con mayor necesidad y oferta de trabajo.
La tasa de desocupación del trimestre móvil octubre-diciembre se ubicó en el 6,6 por ciento, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Cifras más positivas fueron entregadas por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, que mediante una encuesta arrojó que el 6,2 por ciento de la población laboralmente activa se encuentra sin trabajo.
Esto llevó al Gobierno a destacar su gestión, aludiendo a las 600 mil plazas laborales que se han creado en estos dos años de mandato del presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, llamó a analizar estas cifras con mayor cuidado, sobre todo porque es necesario atender la calidad del empleo por sobre la cantidad, sostuvo.
En este sentido, Durán señaló que Chile tuvo altos niveles de subempleo durante el año pasado, fenómeno que es calificado por la OCDE como trabajo precario.
Esto, cuando el empleo es por cuenta propia, con familiares no remunerados o de forma asalariada, lo que no garantiza, necesariamente, el pago de cotizaciones o previsión, sostuvo Durán.
Según el economista, habría un fenómeno de desempleo oculto, donde se prioriza la cantidad por sobre la calidad del empleo: “Cuando uno analiza la calidad, se da cuenta de que hay trabajos esporádicos de una o dos horas. Esos trabajos se contabilizan como ocupados, pero en efecto, muchas de esas personas están desocupadas. Estamos hablando de una especie de desempleo oculto o invisible. También existe otro problema que se denomina subempleo, personas que trabajan menos de 30 horas, pero están disponibles para trabajar tiempo completo”, explicó.
La calidad sería, a juicio de Durán, la gran deuda del Gobierno en relación a la creación de puestos laborales: “El tema de la calidad está en deuda. En Chile, el trabajo tiene problemas por el lado de los salarios, que son muy bajos, lo cual inmediatamente invalida cualquier análisis serio de calidad. En segundo lugar, existe un problema grave de subempleo. Entonces existen antecedentes como para diagnosticar que en realidad el mercado laboral chileno no está generando puestos de trabajo que sean aceptables y de calidad, según lo que dicen las normas internacionales”, dijo.
Algo que refrendó el economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Hugo Fazio, quien señaló que existe un gran porcentaje de los puestos de trabajo que, derechamente, no son buenos: “En una economía que se está desacelerando, el trabajo tiende a presentar problemas crecientes. En un país en que las remuneraciones, en términos reales, crecen muy poco o no crecen para amplios sectores, no se puede calificar el trabajo como bueno”, afirmó.
Finalmente, Fazio negó que haya “pleno empleo”, ya que esto sólo se produciría en algunos sectores rurales y no en las ciudades con mayor necesidad y oferta de trabajo.
La tasa de desocupación del trimestre móvil octubre-diciembre se ubicó en el 6,6 por ciento, según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Cifras más positivas fueron entregadas por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, que mediante una encuesta arrojó que el 6,2 por ciento de la población laboralmente activa se encuentra sin trabajo.
Esto llevó al Gobierno a destacar su gestión, aludiendo a las 600 mil plazas laborales que se han creado en estos dos años de mandato del presidente Sebastián Piñera.
Sin embargo, el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, llamó a analizar estas cifras con mayor cuidado, sobre todo porque es necesario atender la calidad del empleo por sobre la cantidad, sostuvo.
En este sentido, Durán señaló que Chile tuvo altos niveles de subempleo durante el año pasado, fenómeno que es calificado por la OCDE como trabajo precario.
Esto, cuando el empleo es por cuenta propia, con familiares no remunerados o de forma asalariada, lo que no garantiza, necesariamente, el pago de cotizaciones o previsión, sostuvo Durán.
Según el economista, habría un fenómeno de desempleo oculto, donde se prioriza la cantidad por sobre la calidad del empleo: “Cuando uno analiza la calidad, se da cuenta de que hay trabajos esporádicos de una o dos horas. Esos trabajos se contabilizan como ocupados, pero en efecto, muchas de esas personas están desocupadas. Estamos hablando de una especie de desempleo oculto o invisible. También existe otro problema que se denomina subempleo, personas que trabajan menos de 30 horas, pero están disponibles para trabajar tiempo completo”, explicó.
La calidad sería, a juicio de Durán, la gran deuda del Gobierno en relación a la creación de puestos laborales: “El tema de la calidad está en deuda. En Chile, el trabajo tiene problemas por el lado de los salarios, que son muy bajos, lo cual inmediatamente invalida cualquier análisis serio de calidad. En segundo lugar, existe un problema grave de subempleo. Entonces existen antecedentes como para diagnosticar que en realidad el mercado laboral chileno no está generando puestos de trabajo que sean aceptables y de calidad, según lo que dicen las normas internacionales”, dijo.
Algo que refrendó el economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, Hugo Fazio, quien señaló que existe un gran porcentaje de los puestos de trabajo que, derechamente, no son buenos: “En una economía que se está desacelerando, el trabajo tiende a presentar problemas crecientes. En un país en que las remuneraciones, en términos reales, crecen muy poco o no crecen para amplios sectores, no se puede calificar el trabajo como bueno”, afirmó.
Finalmente, Fazio negó que haya “pleno empleo”, ya que esto sólo se produciría en algunos sectores rurales y no en las ciudades con mayor necesidad y oferta de trabajo.
