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Año XVI, 20 de abril de 2024


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Obispo de Aysén, Luis Infanti:

“El corazón de este movimiento es un cuestionamiento a las privatizaciones”

El sacerdote nuevamente tomó la palabra para defender a su región, esta vez, no sólo de las megarepresas sino para explicar que el movimiento social tiene su origen en el abandono del gobierno central con una región que da pocos votos y tiene grandes riquezas que se las llevan las transnacionales. “La falta de justicia o de atención, sentimos que es la mayor violencia hacia la región de Aysén”, afirma.

Editora Diario Electrónico

  Martes 21 de febrero 2012 10:51 hrs. 
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Conocido como un férreo opositor a Hidroaysén y por no tener pelos en la lengua a la hora de criticar las actitudes de empresarios como Eliodoro Matte, de quien dijo que era “piadoso en sus devociones e inmoral en sus negocios”, el obispo de Aysén, Luis Infanti, habla ahora sobre el movimiento social que tiene convulsionada a la región.

A través de una entrevista a www.reflexionyliberacion.cl aclara que, si bien la fuerza para organizarse de los habitantes de la undécima región comenzó con el rechazo a la construcción de las megarepresas, las actuales movilizaciones congregan a detractores y partidarios de los proyectos energéticos. “Hace tiempo que hay inquietudes, sólo que antes se manifestó cada sector (colectiveros, pescadores, anti represas) por su cuenta. Ahora están todos unidos”, apunta.

Infanti refutó además las acusaciones que han surgido desde el Gobierno sobre manipulación o aprovechamiento político de parte de algunos dirigentes y alcaldes que apoyan al movimiento. “Aunque hay políticos de todos los sectores que están adhiriendo a la movilización, éste no es un movimiento político”, dijo.

Para el obispo, las demandas contenidas en el petitorio de once puntos y las movilizaciones ciudadanas de los últimos días son sólo la punta del iceberg de la sensación de abandono e injusticia en que viven los ayseninos y síntoma de problemas mucho más profundos.

“El corazón de este movimiento es un cuestionamiento a las privatizaciones. Es una interpretación muy personal, pero así lo veo yo. Sentimos que no sólo se están privatizando nuestras riquezas, sino también las decisiones, la dignidad y las conciencias de las personas. El caso de Hidroaysén es sólo un botón de muestra. Son otros los que deciden grandes proyectos, que pueden marcar un cambio radical en la geografía y en la vida económica, social, política y cultural de la región”, reflexiona.

En cuanto a las demandas concretas, explica que exigir la presencia de los ministros en la región, especialmente del titular de Hacienda por su capacidad resolutiva,  se debe a que “este movimiento desconfía de las autoridades locales y siente que ya no vale la pena recurrir a ellas, porque no han demostrado la capacidad de resolución y definición que los problemas de la comunidad requieren. Tanto estas autoridades, como las anteriores, han sido un mero trámite”.

Desde la perspectiva de Infanti “toda la problemática que se plantea en el petitorio es el reflejo de una falta de atención del Estado”, pero aclara que este no es movimiento en contra de este Gobierno. “Nuestras demandas se vienen postergando hace años, pese a los compromisos y los documentos firmados. Eso crea descontento, indignación y lleva al límite la paciencia de la comunidad, que ahora está desbordada”, afirma.

Para el sacerdote las razones del abandono que acusan desde el gobierno central son claras: “Hay pocos votos aquí en Aysén y no pesan mucho en el contexto nacional. Sin embargo, los bienes y el potencial que tiene la región sí pesan mucho en el contexto económico y estratégico del país. Esa falta de justicia o de atención, sentimos que es la mayor violencia hacia la región de Aysén”.

Sin embargo, este aspecto también tiene claroscuros. Explica que, si bien Aysén es una de las regiones con menor desempleo y mayor crecimiento económico – como apuntó el ministro de Economía, Pablo Longueira- “toda la potencialidad económica se la llevan las transnacionales. ¿Cuánto aportan las mineras y las pesqueras, por ejemplo, más allá del trabajo y de los sueldos, que no siempre son tan significativos? Es cierto, tenemos uno de los crecimientos más vistosos de Chile, pero no es la población la que se beneficia, sino las grandes empresas que lucran”.

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