Preocupación generó el alza de 0,4 por ciento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en febrero, por sobre las expectativas que situaban al indicador bordeando el 0,2 por ciento.
Dentro de los factores que influyeron en este incremento se incluyen el reajuste en los precios de los combustibles; el aumento del pasaje del Transantiago; el encarecimiento de los alimentos y también el escenario de desaceleración mundial, que ya estaría golpeado al país.
Si bien, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, afirmó que este resultado estaba fuera de lo previsto, precisó que es importante monitorear las cifras a largo plazo.
“Este es un dato que no nos alegra, pero no hay que tomar conclusiones por la información de un mes. Así como no sacamos conclusiones con los datos de enero que fueron una buena noticias, los de febrero no lo son”, dijo el secretario de Estado.
En esa línea, el economista Hernán Frigolett, advirtió que esta variación en la inflación tendrá un impacto en la mayor parte de la población y subrayó que las condiciones económicas actuales dan pie para adelantar que – en el caso de los combustibles por ejemplo – la situación se mantendrá compleja durante el resto del año.
“El rubro de los alimentos en general es más sensible para los presupuestos del 60 por ciento de la población, donde el ítem alimenticio pesa fuerte. En el resto, que tiene que ver con lo energético, lamentablemente las noticias no son muy halagüeñas y es muy probable que sigamos teniendo impactos sobre el IPC durante todo el año en mayor o menor medida”, comentó el experto.
Por su parte, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, explicó que aunque este aumento del IPC no es tan considerable, si se mantiene esta tendencia, el costo de la vida subirá.
“Si gastaba 500 mil pesos ahora eso cuesta cuatro décimas más, es decir, 502. No es un gran incremento, pero porque es sólo un mes. Si fuera así durante todo el año, significaría un alza de 5 por ciento, lo que quiere decir que el costo de vida se estaría encareciendo y para quedar con lo mismo, uno necesitaría un 5 por ciento de más dinero. Por eso este 0,4 es preocupante”, sostuvo Ramos.
Los economistas indicaron que tomando en cuenta estas cifras de inflación, además de las de la actividad económica del año pasado – que se ubicaron sobre un 5 por ciento – lo más probable es que se mantengan las tasas de interés propuestas por el Banco Central.
De todas formas indicaron que de mantenerse los niveles de inflación el organismo emisor debiera aumentar la tasa, aunque todavía no nos encontraríamos en ese escenario.
Preocupación generó el alza de 0,4 por ciento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en febrero, por sobre las expectativas que situaban al indicador bordeando el 0,2 por ciento.
Dentro de los factores que influyeron en este incremento se incluyen el reajuste en los precios de los combustibles; el aumento del pasaje del Transantiago; el encarecimiento de los alimentos y también el escenario de desaceleración mundial, que ya estaría golpeado al país.
Si bien, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, afirmó que este resultado estaba fuera de lo previsto, precisó que es importante monitorear las cifras a largo plazo.
“Este es un dato que no nos alegra, pero no hay que tomar conclusiones por la información de un mes. Así como no sacamos conclusiones con los datos de enero que fueron una buena noticias, los de febrero no lo son”, dijo el secretario de Estado.
En esa línea, el economista Hernán Frigolett, advirtió que esta variación en la inflación tendrá un impacto en la mayor parte de la población y subrayó que las condiciones económicas actuales dan pie para adelantar que – en el caso de los combustibles por ejemplo – la situación se mantendrá compleja durante el resto del año.
“El rubro de los alimentos en general es más sensible para los presupuestos del 60 por ciento de la población, donde el ítem alimenticio pesa fuerte. En el resto, que tiene que ver con lo energético, lamentablemente las noticias no son muy halagüeñas y es muy probable que sigamos teniendo impactos sobre el IPC durante todo el año en mayor o menor medida”, comentó el experto.
Por su parte, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, explicó que aunque este aumento del IPC no es tan considerable, si se mantiene esta tendencia, el costo de la vida subirá.
“Si gastaba 500 mil pesos ahora eso cuesta cuatro décimas más, es decir, 502. No es un gran incremento, pero porque es sólo un mes. Si fuera así durante todo el año, significaría un alza de 5 por ciento, lo que quiere decir que el costo de vida se estaría encareciendo y para quedar con lo mismo, uno necesitaría un 5 por ciento de más dinero. Por eso este 0,4 es preocupante”, sostuvo Ramos.
Los economistas indicaron que tomando en cuenta estas cifras de inflación, además de las de la actividad económica del año pasado – que se ubicaron sobre un 5 por ciento – lo más probable es que se mantengan las tasas de interés propuestas por el Banco Central.
De todas formas indicaron que de mantenerse los niveles de inflación el organismo emisor debiera aumentar la tasa, aunque todavía no nos encontraríamos en ese escenario.
Preocupación generó el alza de 0,4 por ciento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en febrero, por sobre las expectativas que situaban al indicador bordeando el 0,2 por ciento.
Dentro de los factores que influyeron en este incremento se incluyen el reajuste en los precios de los combustibles; el aumento del pasaje del Transantiago; el encarecimiento de los alimentos y también el escenario de desaceleración mundial, que ya estaría golpeado al país.
Si bien, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, afirmó que este resultado estaba fuera de lo previsto, precisó que es importante monitorear las cifras a largo plazo.
“Este es un dato que no nos alegra, pero no hay que tomar conclusiones por la información de un mes. Así como no sacamos conclusiones con los datos de enero que fueron una buena noticias, los de febrero no lo son”, dijo el secretario de Estado.
En esa línea, el economista Hernán Frigolett, advirtió que esta variación en la inflación tendrá un impacto en la mayor parte de la población y subrayó que las condiciones económicas actuales dan pie para adelantar que – en el caso de los combustibles por ejemplo – la situación se mantendrá compleja durante el resto del año.
“El rubro de los alimentos en general es más sensible para los presupuestos del 60 por ciento de la población, donde el ítem alimenticio pesa fuerte. En el resto, que tiene que ver con lo energético, lamentablemente las noticias no son muy halagüeñas y es muy probable que sigamos teniendo impactos sobre el IPC durante todo el año en mayor o menor medida”, comentó el experto.
Por su parte, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, explicó que aunque este aumento del IPC no es tan considerable, si se mantiene esta tendencia, el costo de la vida subirá.
“Si gastaba 500 mil pesos ahora eso cuesta cuatro décimas más, es decir, 502. No es un gran incremento, pero porque es sólo un mes. Si fuera así durante todo el año, significaría un alza de 5 por ciento, lo que quiere decir que el costo de vida se estaría encareciendo y para quedar con lo mismo, uno necesitaría un 5 por ciento de más dinero. Por eso este 0,4 es preocupante”, sostuvo Ramos.
Los economistas indicaron que tomando en cuenta estas cifras de inflación, además de las de la actividad económica del año pasado – que se ubicaron sobre un 5 por ciento – lo más probable es que se mantengan las tasas de interés propuestas por el Banco Central.
De todas formas indicaron que de mantenerse los niveles de inflación el organismo emisor debiera aumentar la tasa, aunque todavía no nos encontraríamos en ese escenario.
