Cuando el Papa Benedicto XVI llegue este viernes 23 de marzo a Guanajuato, una hermosa ciudad colonial de México, ya se conocerá el libro “La voluntad de no saber”, que revela que el Vaticano sabía por lo menos desde 1944 que Marcial Maciel, fundador y guía de los Legionarios de Cristo, realizaba abusos sexuales y tenía comportamientos indebidos con fieles, niños y jóvenes sobre todo. Además, el texto entrega informes que comprueban que Juan Pablo Segundo y el actual jefe de la Iglesia Católica tenían informes de los delitos de Maciel.

Los autores, José Barba (víctima de los abusos), Alberto Athié y Fernando González, exponen en el libro “evidencias documentales” de que en los archivos del Vaticano estaban los informes de los abusos sexuales cometidos por el líder de los Legionarios.

Este suceso ya se cruzó en la visita oficial del Papa a México. Además, víctimas de abusos por parte de sacerdotes católicos solicitaron que el Sumo Pontífice los reciba unos minutos, esperando un gesto de parte de Benedicto XVI y palabras de aliento y perdón por esos crímenes cometidos por prelados. Sin embargo, autoridades de la Iglesia ya informaron que esas personas no serán acogidas por el jefe del Vaticano… los que sí podrán estar con él, son miembros de Legionarios de Cristo, que tuvieron como líder a un abusador sexual.

Seguramente esto vaticina protestas y quejas en los casi cuatro días que el Papa estará en México, sobre todo por las revelaciones que se conocerán.

Pero no es la única queja. En sectores legislativos, políticos y diplomáticos de México se indicó que durante la visita de Benedicto XVI se incidiría en que en este país se avance en deponer la separación Estado/Iglesia, reformando el Artículo 24 de la Constitución, lo que llevaría a una “mayor libertad religiosa”. Estas modificaciones las promueven parlamentarios de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática.

Sobre todo la jerarquía católica quiere terminar con las limitaciones que se les impone respecto a propiedades, educación, intervención en política y manejo de medios de comunicación.

Nadie desde el Vaticano, la Conferencia Episcopal Mexicana o la residencia presidencial de Los Pinos, quiso confirmar si de estos temas hablarán el Mandatario Felipe Calderón con el líder católico, y algunos sectores manifestaron el temor de que haya compromisos o simpatías de parte del Presidente mexicano respecto a aumentar el poder y la influencia de la Iglesia Católica.

Otro tema del cual hay expectativa, es el posicionamiento que haría el Papa respecto a la “guerra del narcotráfico” que ya costó  más de 60 mil muertos en México y la violencia del crimen organizado y los excesos de militares y policías, junto a las críticas a las políticas del gobierno en esta materia.

El jefe del Vaticano subirá el viernes al avión de Alitalia en el aeropuerto Leonardo Da Vinci en Roma, y a las cuatro y media de la tarde de ese día aterrizará en el aeropuerto internacional de Guanajuato, donde su actividad principal será una misa multitudinaria en el Parque Bicentenario de León (capital de esa provincia), a donde asistirán cientos de miles de personas del país anfitrión, de América Latina y Estados Unidos principalmente.

Se difundió que el Papa tendrá un encuentro con jerarcas de la Conferencia Episcopal Latinoamericana donde fijará posiciones doctrinarias del Vaticano hacia los prelados de la región, tratando incluso temas conflictos como las denuncias de abuso sexual, la reducción de adherentes de la Iglesia Católica, situación de la juventud, entre otros.

El lunes 26 de marzo el líder religioso despegará rumbo a Cuba, donde llegara a las dos de la tarde a la ciudad de Santiago de Cuba, al oriente de la isla.

Trastienda de la visita caribeña

El año pasado la noticia sorprendió a muchos. Las tratativas se habían efectuado confidencialmente y tuvieron un positivo desarrollo. Así que no hubo problema que se agendara que el Presidente cubano, Raúl Castro, recibiera en un salón del Palacio de la Revolución, a Alberto Gasbarri, encargado en el Vaticano de las giras papales. Junto a él, concurrieron al encuentro el Cardenal cubano, Jaime Ortega y el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba y Arzobispo de Santiago de Cuba (donde será la principal actividad de Benedicto XVI), Dionisio García. Por parte del gobierno isleño estuvieron el canciller, Bruno Rodríguez, y el vicepresidente del Consejo de Estado, Esteban Lazo.

Cuando los representantes religiosos salieron del edificio ubicado a las espaldas de la Plaza de la Revolución y abordaron sus automóviles, estaba claro que el Papa  llegaría a tierra cubana en marzo. La razón principal: que se cumplen 400 años del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba.

Entre los acuerdos tomados se incluyó la actividad libre del Papa en Santiago de Cuba y la realización de una misa masiva en la Plaza de la Revolución, donde ya se levantó un inmenso escenario, justo mirando hacia un edificio que tiene en una estructura metálica la imagen de Ernesto Che Guevara.

Aunque La Habana y Roma mantienen cierta prudencia, en las últimas semanas se fue relevando que la disidencia y grupos anticomunistas encaminarían una serie de actividades para tensionar la visita, algo que desean evitar Cuba y el Vaticano.

En ese contexto, las Damas de Blanco pidieron “un minuto” a Benedicto XVI para que las escuche e idearon una serie de acciones de protestas en el marco de la gira papal. Unas personas ocuparon la Catedral de Holguín. Otro grupo de disidentes ocupó la Basílica Menor de Nuestra Señora de Caridad de la Habana, recibiendo incluso el cuestionamiento de representantes de la Iglesia, que calificaron el hecho de “irresponsable e ilegítimo”. Frente a ese tipo de actividades, el Arzobispado de La Habana emitió un comunicado donde señaló que “se trata de una estrategia preparada y coordinada por grupos en varias regiones. No es un hecho fortuito, sino bien pensado y al parecer con el propósito de crear situaciones críticas a medida que se acerca la visita del Papa”.

A ello se suman denuncias aparecidas en medios isleños donde se entregó  información de que el líder anticomunista, Luis Posada Carriles, junto a decena de anticubanos y organizaciones como Alpha 66, Consejo por la Libertad de Cuba y la Fundación Nacional Cubano Americana, organizó acciones de respaldo a las Damas de Blanco, atentados a la Feria Internacional del Libro efectuada en enero en la capital cubana, apoyo al Movimiento Democracia para acciones durante la visita papal y operaciones que incluirían la llegada de “flotillas” a costas cubanas los días que esté Benedicto XVI en la isla.

Como sea, la Iglesia Católica cubana ya pidió que no haya carteles ni expresiones de carácter político durante las actividades del jefe del Vaticano y que toda actividad se enmarque en el carácter religioso de la visita. De todas maneras hay expectativa respecto al mensaje que entregue el Papa frente al régimen socialista cubano, considerando su perfil conservador.

Otro asunto de la trastienda es que finalmente las autoridades isleñas y vaticanas acordaron coordinar un posible encuentro entre Benedicto XVI y Fidel Castro, a parte de la reunión que sostendrá el Papa con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución.

El Arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, declaró que la visita del líder del Vaticano permitirá profundizar las relaciones entre las autoridades isleñas y la Iglesia Católica y valoró “la fluida y mayor comunicación” entre ambos sectores. Destacó el hecho de que tanto en Santiago como en La Habana, no hubo problemas para realizar misas masivas y que en las ciudades cubanas proliferan carteles y folletos sobre la visita papal con mensajes de la Iglesia local.

Así  las cosas, intenso se prevé el peregrinaje papal por México y Cuba que se desarrollará entre fines de esta semana e inicios de la próxima.