La Guía Operativa de Femicidio describe las funciones y acciones específicas que debe desarrollar cada una de las instituciones que tiene competencia en este tema, es decir el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), el Servicio Nacional de Menores (Sename), el ministerio del Interior y Carabineros de Chile.
La finalidad del documento es proteger y otorgar atención especializada a las víctimas directas o indirectas de femicidio frustrado o consumado. Esto, ya que el femicidio es el final desastroso de una cadena de violencia, hoy presente con fuerza en los hogares chilenos, tal como afirmó la ministra del Sernam, Carolina Schmidt.
“La violencia intrafamiliar no es solamente uno de los delitos más masivos que tenemos en nuestra sociedad, una de cada tres mujeres en nuestro país sufre o ha sufrido de violencia intrafamiliar, sino que también es de los más crueles, porque viene de donde uno menos lo esperaría, que es de las personas que uno quiere dentro de su propia familia”, añadió Schmidt.
La ministra señaló que con este delito queda una familia desarticulada, lo que tiene un tremendo impacto, sobre todo en los niños. El director del Sename, Rolando Melo, afirmó que, por ejemplo, el 2011 se cometieron 40 femicidios, afectando a 53 niños, que requieren con urgencia apoyo psicológico y emocional, para evitar una sobre victimización o una reproducción aprendida de la violencia.
En este sentido el Jefe del Programa de Apoyo a las Víctimas del ministerio del Interior y Seguridad Pública, Gonzalo Fuenzalida, aseguró que este esfuerzo es sólo un primer paso y que aún hay mucho por hacer.
“Tenemos que avanzar en tener más instrumentos. Esos menores debiesen poder optar a una beca, un fondo social rápido, que el familiar que se hiciera cargo de ellos pudiese tener la capacidad económica de mantenerlos. Tenemos que dar mucho más, es totalmente injusto que esos menores que, a pesar que son pocos, queden en la indefensión y que nadie se haga cargo de ellos como Estado, de una manera inteligente y eficaz”, indicó Fuenzalida.
Desde las organizaciones de la sociedad civil reconocieron el aporte que implica esta iniciativa, pero advirtieron que aquí no hay un mayor avance en dar protección a las mujeres que viven violencia, para evitar el femicidio.
“Esta es una medida posterior a que el asesinato ocurrió. Si bien es necesario dar atención a las víctimas, a nosotros nos preocupa cómo el Gobierno puede adelantar y en forma rápida, para disminuir la violencia contra las mujeres en la perspectiva de su erradicación”, añadió Soledad Rojas, Coordinadora de la Red Contra la Violencia Doméstica y Sexual.
Rojas criticó que la ministra Schmidt afirmara que en la mayoría de los casos de femicidio, las víctimas nunca llegaron a sostener las denuncias contra sus agresores. “Eso no se ajusta a la realidad. Hay muchas mujeres asesinadas que no sólo habían denunciado, sino que tenían medidas cautelares que no se respetaron, no se cumplieron, no hubo la capacidad institucional para hacerlas efectivas”, afirmó.
En este sentido indicó que esto no es un problema sólo delictual, sino que es un problema cultural severo, por lo que se debe avanzar en detener la violencia contra las mujeres tomando medidas decididas para prevenir y no sólo actuar cuando el daño ya está hecho.
La Guía Operativa de Femicidio describe las funciones y acciones específicas que debe desarrollar cada una de las instituciones que tiene competencia en este tema, es decir el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), el Servicio Nacional de Menores (Sename), el ministerio del Interior y Carabineros de Chile.
La finalidad del documento es proteger y otorgar atención especializada a las víctimas directas o indirectas de femicidio frustrado o consumado. Esto, ya que el femicidio es el final desastroso de una cadena de violencia, hoy presente con fuerza en los hogares chilenos, tal como afirmó la ministra del Sernam, Carolina Schmidt.
“La violencia intrafamiliar no es solamente uno de los delitos más masivos que tenemos en nuestra sociedad, una de cada tres mujeres en nuestro país sufre o ha sufrido de violencia intrafamiliar, sino que también es de los más crueles, porque viene de donde uno menos lo esperaría, que es de las personas que uno quiere dentro de su propia familia”, añadió Schmidt.
La ministra señaló que con este delito queda una familia desarticulada, lo que tiene un tremendo impacto, sobre todo en los niños. El director del Sename, Rolando Melo, afirmó que, por ejemplo, el 2011 se cometieron 40 femicidios, afectando a 53 niños, que requieren con urgencia apoyo psicológico y emocional, para evitar una sobre victimización o una reproducción aprendida de la violencia.
En este sentido el Jefe del Programa de Apoyo a las Víctimas del ministerio del Interior y Seguridad Pública, Gonzalo Fuenzalida, aseguró que este esfuerzo es sólo un primer paso y que aún hay mucho por hacer.
“Tenemos que avanzar en tener más instrumentos. Esos menores debiesen poder optar a una beca, un fondo social rápido, que el familiar que se hiciera cargo de ellos pudiese tener la capacidad económica de mantenerlos. Tenemos que dar mucho más, es totalmente injusto que esos menores que, a pesar que son pocos, queden en la indefensión y que nadie se haga cargo de ellos como Estado, de una manera inteligente y eficaz”, indicó Fuenzalida.
Desde las organizaciones de la sociedad civil reconocieron el aporte que implica esta iniciativa, pero advirtieron que aquí no hay un mayor avance en dar protección a las mujeres que viven violencia, para evitar el femicidio.
“Esta es una medida posterior a que el asesinato ocurrió. Si bien es necesario dar atención a las víctimas, a nosotros nos preocupa cómo el Gobierno puede adelantar y en forma rápida, para disminuir la violencia contra las mujeres en la perspectiva de su erradicación”, añadió Soledad Rojas, Coordinadora de la Red Contra la Violencia Doméstica y Sexual.
Rojas criticó que la ministra Schmidt afirmara que en la mayoría de los casos de femicidio, las víctimas nunca llegaron a sostener las denuncias contra sus agresores. “Eso no se ajusta a la realidad. Hay muchas mujeres asesinadas que no sólo habían denunciado, sino que tenían medidas cautelares que no se respetaron, no se cumplieron, no hubo la capacidad institucional para hacerlas efectivas”, afirmó.
En este sentido indicó que esto no es un problema sólo delictual, sino que es un problema cultural severo, por lo que se debe avanzar en detener la violencia contra las mujeres tomando medidas decididas para prevenir y no sólo actuar cuando el daño ya está hecho.
La Guía Operativa de Femicidio describe las funciones y acciones específicas que debe desarrollar cada una de las instituciones que tiene competencia en este tema, es decir el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), el Servicio Nacional de Menores (Sename), el ministerio del Interior y Carabineros de Chile.
La finalidad del documento es proteger y otorgar atención especializada a las víctimas directas o indirectas de femicidio frustrado o consumado. Esto, ya que el femicidio es el final desastroso de una cadena de violencia, hoy presente con fuerza en los hogares chilenos, tal como afirmó la ministra del Sernam, Carolina Schmidt.
“La violencia intrafamiliar no es solamente uno de los delitos más masivos que tenemos en nuestra sociedad, una de cada tres mujeres en nuestro país sufre o ha sufrido de violencia intrafamiliar, sino que también es de los más crueles, porque viene de donde uno menos lo esperaría, que es de las personas que uno quiere dentro de su propia familia”, añadió Schmidt.
La ministra señaló que con este delito queda una familia desarticulada, lo que tiene un tremendo impacto, sobre todo en los niños. El director del Sename, Rolando Melo, afirmó que, por ejemplo, el 2011 se cometieron 40 femicidios, afectando a 53 niños, que requieren con urgencia apoyo psicológico y emocional, para evitar una sobre victimización o una reproducción aprendida de la violencia.
En este sentido el Jefe del Programa de Apoyo a las Víctimas del ministerio del Interior y Seguridad Pública, Gonzalo Fuenzalida, aseguró que este esfuerzo es sólo un primer paso y que aún hay mucho por hacer.
“Tenemos que avanzar en tener más instrumentos. Esos menores debiesen poder optar a una beca, un fondo social rápido, que el familiar que se hiciera cargo de ellos pudiese tener la capacidad económica de mantenerlos. Tenemos que dar mucho más, es totalmente injusto que esos menores que, a pesar que son pocos, queden en la indefensión y que nadie se haga cargo de ellos como Estado, de una manera inteligente y eficaz”, indicó Fuenzalida.
Desde las organizaciones de la sociedad civil reconocieron el aporte que implica esta iniciativa, pero advirtieron que aquí no hay un mayor avance en dar protección a las mujeres que viven violencia, para evitar el femicidio.
“Esta es una medida posterior a que el asesinato ocurrió. Si bien es necesario dar atención a las víctimas, a nosotros nos preocupa cómo el Gobierno puede adelantar y en forma rápida, para disminuir la violencia contra las mujeres en la perspectiva de su erradicación”, añadió Soledad Rojas, Coordinadora de la Red Contra la Violencia Doméstica y Sexual.
Rojas criticó que la ministra Schmidt afirmara que en la mayoría de los casos de femicidio, las víctimas nunca llegaron a sostener las denuncias contra sus agresores. “Eso no se ajusta a la realidad. Hay muchas mujeres asesinadas que no sólo habían denunciado, sino que tenían medidas cautelares que no se respetaron, no se cumplieron, no hubo la capacidad institucional para hacerlas efectivas”, afirmó.
En este sentido indicó que esto no es un problema sólo delictual, sino que es un problema cultural severo, por lo que se debe avanzar en detener la violencia contra las mujeres tomando medidas decididas para prevenir y no sólo actuar cuando el daño ya está hecho.
