Narcotráfico y Cuba, los temas que cambian la agenda de la Cumbre de las Américas
Este fin de semana se desarrolla en Cartagena de Indias el evento, con la presencia de 34 mandatarios de la región. La despenalización de las drogas para combatir el narcotráfico y la exclusión de la isla son dos temas que marcarán un encuentro que, dicen los analistas, no traerá grandes novedades.
Viernes 13 de abril 2012 14:20 hrs.
El Presidente Sebastián Piñera llegó en la noche del miércoles a Colombia y se convirtió en el primer mandatario que arribó al país para participar de la Sexta Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Este viernes lo harán la mayoría de los jefes de Estado, quienes durante el fin de semana tendrán distintas actividades en Cartagena de Indias y el domingo firmarán la declaración final de la cumbre, cuyo nombre oficial es “Conectando las Américas: Socios para la prosperidad”.
Los ejes de la cumbre, que se inició el pasado lunes con diversos foros y encuentros, son integración física, reducción de la pobreza e inequidad, desastres naturales, acceso a tecnologías y seguridad.
Sin embargo, dos temas ajenos a la agenda oficial, y que incomodan a Estados Unidos, marcarán la cumbre: la despenalización de drogas en la lucha contra el narcotráfico y la exclusión de Cuba.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, no acudirá al evento y envió una carta a su par colombiano, Juan Manuel Santos, para explicarle su marginación: “Es inaceptable que en estas cumbres se soslayen temas tan fundamentales como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las Islas Malvinas”, indicó.
“Por definición, no puede denominarse así (Cumbre de las Américas) a una reunión de la cual un país americano es intencional e injustificadamente relegado”, agregaba la misiva.
Sobre el mismo tema, el presidente Santos dijo no tener “una bola de cristal para predecir el futuro”, pero esperar que sea la última cumbre sin Cuba. Asimismo, manifestó su deseo de que la lucha antinarcóticos sea discutida, idea que han impulsado especialmente países como México, Guatemala y otros centroamericanos, fuertemente afectados por la violencia del narcotráfico.
Similar posición mostró el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien declaró que “la pregunta es, ¿vamos a seguir eternamente en esto? ¿Vamos a seguir confiscando y confiscando y metiendo más gente presa?”.
Insulza admitió eso sí que EE.UU., mayor consumidor de drogas del mundo, es más reticente a la discusión.
Al respecto, la académica del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Paz Milet, señaló que este tipo de cumbres son “muy pauteadas”, pero que diferentes instancias privadas permiten que los jefes de Estado conversen otros temas.
Además, recordó que la Cumbre nació en los ’90 como idea de EE.UU. y que los países latinoamericanos paulatinamente han intentado poner sus temas en la agenda.
En esa línea, señaló que la llegada de Bararck Obama había generado expectativas de un nuevo trato con la región, pero éstas se han desvanecido en el tiempo: “Al poco tiempo uno se da cuenta de que hay otros marcos de referencia, EE.UU. tiene otros intereses prioritarios y América Latina no está dentro de esos en este momento. Entonces no llega en condiciones muy distintas a las de otras cumbres, con una demanda permanente de los países latinoamericanos por darle una impronta más propia y de querer un rol más destacado en la vinculación, ser más prioritarios para EE.UU. Pero Obama llega en las mismas condiciones que antes, claro que con una carrera presidencial más pronta”, dijo.
En tanto, en conversación con Juan Pablo Cárdenas en Radio Universidad de Chile, el analista internacional Pablo Jofré manifestó su escepticismo sobre el contrapeso que puedan hacer las naciones latinoamericanas ante la mayor potencia de la región: “¿Será capaz América Latina de enfrentarse a Estados Unidos? No lo creo. Estas cumbres, en general, como se suele decir, se las come el presidente norteamericano, Ya no tiene contraparte: no está Fidel Castro, no está Hugo Chávez con fuerza para dar su opinión, no está Rafael Correa, que podría haber sido un elemento importante. Está Dilma Rouseff y Cristina Fernández, podría ser. Lo interesante es darse cuenta que estas cumbres tienen su importancia protocolar, diplomática, pero resultados concretos no se han visto”, explicó.
En esto coincidió Francisco Rey Marcos, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria(IECAH) . ¿Se pueden esperar sorpresas de esta nueva cumbre?: “Yo diría que no. Las cumbres tienen siempre un elemento de ritual y bastante es que se haya mantenido y que se vaya a celebrar. En un momento donde se han puesto en marcha otras iniciativas de integración en el continente americano, tanto Unasur como el ALBA como los propios países centroamericanos, que se mantenga una instancia como la Cumbre de las Américas creo que es algo positivo”, indicó.
Por otra parte, en la víspera de la Cumbre, Amnistía Internacional advirtió a los mandatarios que “una prosperidad real, sustentable y sin discriminación sólo puede ser alcanzada a partir del total respeto a los derechos humanos de todas y todos los habitantes del continente”.
En ese sentido, la organización emplazó a los jefes de Estado a hacer hincapié en los derechos de los pueblos indígenas, la violencia contra mujeres y niñas y la situación de defensoras y defensores de Derechos Humanos.
El Presidente Sebastián Piñera llegó en la noche del miércoles a Colombia y se convirtió en el primer mandatario que arribó al país para participar de la Sexta Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Este viernes lo harán la mayoría de los jefes de Estado, quienes durante el fin de semana tendrán distintas actividades en Cartagena de Indias y el domingo firmarán la declaración final de la cumbre, cuyo nombre oficial es “Conectando las Américas: Socios para la prosperidad”.
Los ejes de la cumbre, que se inició el pasado lunes con diversos foros y encuentros, son integración física, reducción de la pobreza e inequidad, desastres naturales, acceso a tecnologías y seguridad.
Sin embargo, dos temas ajenos a la agenda oficial, y que incomodan a Estados Unidos, marcarán la cumbre: la despenalización de drogas en la lucha contra el narcotráfico y la exclusión de Cuba.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, no acudirá al evento y envió una carta a su par colombiano, Juan Manuel Santos, para explicarle su marginación: “Es inaceptable que en estas cumbres se soslayen temas tan fundamentales como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las Islas Malvinas”, indicó.
“Por definición, no puede denominarse así (Cumbre de las Américas) a una reunión de la cual un país americano es intencional e injustificadamente relegado”, agregaba la misiva.
Sobre el mismo tema, el presidente Santos dijo no tener “una bola de cristal para predecir el futuro”, pero esperar que sea la última cumbre sin Cuba. Asimismo, manifestó su deseo de que la lucha antinarcóticos sea discutida, idea que han impulsado especialmente países como México, Guatemala y otros centroamericanos, fuertemente afectados por la violencia del narcotráfico.
Similar posición mostró el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien declaró que “la pregunta es, ¿vamos a seguir eternamente en esto? ¿Vamos a seguir confiscando y confiscando y metiendo más gente presa?”.
Insulza admitió eso sí que EE.UU., mayor consumidor de drogas del mundo, es más reticente a la discusión.
Al respecto, la académica del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Paz Milet, señaló que este tipo de cumbres son “muy pauteadas”, pero que diferentes instancias privadas permiten que los jefes de Estado conversen otros temas.
Además, recordó que la Cumbre nació en los ’90 como idea de EE.UU. y que los países latinoamericanos paulatinamente han intentado poner sus temas en la agenda.
En esa línea, señaló que la llegada de Bararck Obama había generado expectativas de un nuevo trato con la región, pero éstas se han desvanecido en el tiempo: “Al poco tiempo uno se da cuenta de que hay otros marcos de referencia, EE.UU. tiene otros intereses prioritarios y América Latina no está dentro de esos en este momento. Entonces no llega en condiciones muy distintas a las de otras cumbres, con una demanda permanente de los países latinoamericanos por darle una impronta más propia y de querer un rol más destacado en la vinculación, ser más prioritarios para EE.UU. Pero Obama llega en las mismas condiciones que antes, claro que con una carrera presidencial más pronta”, dijo.
En tanto, en conversación con Juan Pablo Cárdenas en Radio Universidad de Chile, el analista internacional Pablo Jofré manifestó su escepticismo sobre el contrapeso que puedan hacer las naciones latinoamericanas ante la mayor potencia de la región: “¿Será capaz América Latina de enfrentarse a Estados Unidos? No lo creo. Estas cumbres, en general, como se suele decir, se las come el presidente norteamericano, Ya no tiene contraparte: no está Fidel Castro, no está Hugo Chávez con fuerza para dar su opinión, no está Rafael Correa, que podría haber sido un elemento importante. Está Dilma Rouseff y Cristina Fernández, podría ser. Lo interesante es darse cuenta que estas cumbres tienen su importancia protocolar, diplomática, pero resultados concretos no se han visto”, explicó.
En esto coincidió Francisco Rey Marcos, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria(IECAH) . ¿Se pueden esperar sorpresas de esta nueva cumbre?: “Yo diría que no. Las cumbres tienen siempre un elemento de ritual y bastante es que se haya mantenido y que se vaya a celebrar. En un momento donde se han puesto en marcha otras iniciativas de integración en el continente americano, tanto Unasur como el ALBA como los propios países centroamericanos, que se mantenga una instancia como la Cumbre de las Américas creo que es algo positivo”, indicó.
Por otra parte, en la víspera de la Cumbre, Amnistía Internacional advirtió a los mandatarios que “una prosperidad real, sustentable y sin discriminación sólo puede ser alcanzada a partir del total respeto a los derechos humanos de todas y todos los habitantes del continente”.
En ese sentido, la organización emplazó a los jefes de Estado a hacer hincapié en los derechos de los pueblos indígenas, la violencia contra mujeres y niñas y la situación de defensoras y defensores de Derechos Humanos.
El Presidente Sebastián Piñera llegó en la noche del miércoles a Colombia y se convirtió en el primer mandatario que arribó al país para participar de la Sexta Cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Este viernes lo harán la mayoría de los jefes de Estado, quienes durante el fin de semana tendrán distintas actividades en Cartagena de Indias y el domingo firmarán la declaración final de la cumbre, cuyo nombre oficial es “Conectando las Américas: Socios para la prosperidad”.
Los ejes de la cumbre, que se inició el pasado lunes con diversos foros y encuentros, son integración física, reducción de la pobreza e inequidad, desastres naturales, acceso a tecnologías y seguridad.
Sin embargo, dos temas ajenos a la agenda oficial, y que incomodan a Estados Unidos, marcarán la cumbre: la despenalización de drogas en la lucha contra el narcotráfico y la exclusión de Cuba.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, no acudirá al evento y envió una carta a su par colombiano, Juan Manuel Santos, para explicarle su marginación: “Es inaceptable que en estas cumbres se soslayen temas tan fundamentales como el inhumano bloqueo a Cuba, así como la aberrante colonización de las Islas Malvinas”, indicó.
“Por definición, no puede denominarse así (Cumbre de las Américas) a una reunión de la cual un país americano es intencional e injustificadamente relegado”, agregaba la misiva.
Sobre el mismo tema, el presidente Santos dijo no tener “una bola de cristal para predecir el futuro”, pero esperar que sea la última cumbre sin Cuba. Asimismo, manifestó su deseo de que la lucha antinarcóticos sea discutida, idea que han impulsado especialmente países como México, Guatemala y otros centroamericanos, fuertemente afectados por la violencia del narcotráfico.
Similar posición mostró el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, quien declaró que “la pregunta es, ¿vamos a seguir eternamente en esto? ¿Vamos a seguir confiscando y confiscando y metiendo más gente presa?”.
Insulza admitió eso sí que EE.UU., mayor consumidor de drogas del mundo, es más reticente a la discusión.
Al respecto, la académica del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Paz Milet, señaló que este tipo de cumbres son “muy pauteadas”, pero que diferentes instancias privadas permiten que los jefes de Estado conversen otros temas.
Además, recordó que la Cumbre nació en los ’90 como idea de EE.UU. y que los países latinoamericanos paulatinamente han intentado poner sus temas en la agenda.
En esa línea, señaló que la llegada de Bararck Obama había generado expectativas de un nuevo trato con la región, pero éstas se han desvanecido en el tiempo: “Al poco tiempo uno se da cuenta de que hay otros marcos de referencia, EE.UU. tiene otros intereses prioritarios y América Latina no está dentro de esos en este momento. Entonces no llega en condiciones muy distintas a las de otras cumbres, con una demanda permanente de los países latinoamericanos por darle una impronta más propia y de querer un rol más destacado en la vinculación, ser más prioritarios para EE.UU. Pero Obama llega en las mismas condiciones que antes, claro que con una carrera presidencial más pronta”, dijo.
En tanto, en conversación con Juan Pablo Cárdenas en Radio Universidad de Chile, el analista internacional Pablo Jofré manifestó su escepticismo sobre el contrapeso que puedan hacer las naciones latinoamericanas ante la mayor potencia de la región: “¿Será capaz América Latina de enfrentarse a Estados Unidos? No lo creo. Estas cumbres, en general, como se suele decir, se las come el presidente norteamericano, Ya no tiene contraparte: no está Fidel Castro, no está Hugo Chávez con fuerza para dar su opinión, no está Rafael Correa, que podría haber sido un elemento importante. Está Dilma Rouseff y Cristina Fernández, podría ser. Lo interesante es darse cuenta que estas cumbres tienen su importancia protocolar, diplomática, pero resultados concretos no se han visto”, explicó.
En esto coincidió Francisco Rey Marcos, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria(IECAH) . ¿Se pueden esperar sorpresas de esta nueva cumbre?: “Yo diría que no. Las cumbres tienen siempre un elemento de ritual y bastante es que se haya mantenido y que se vaya a celebrar. En un momento donde se han puesto en marcha otras iniciativas de integración en el continente americano, tanto Unasur como el ALBA como los propios países centroamericanos, que se mantenga una instancia como la Cumbre de las Américas creo que es algo positivo”, indicó.
Por otra parte, en la víspera de la Cumbre, Amnistía Internacional advirtió a los mandatarios que “una prosperidad real, sustentable y sin discriminación sólo puede ser alcanzada a partir del total respeto a los derechos humanos de todas y todos los habitantes del continente”.
En ese sentido, la organización emplazó a los jefes de Estado a hacer hincapié en los derechos de los pueblos indígenas, la violencia contra mujeres y niñas y la situación de defensoras y defensores de Derechos Humanos.
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