Sin nuevos anuncios se desarrolló en La Moneda la ceremonia donde el Presidente Sebastián Piñera y los ministros de Educación, Harald Beyer, y Hacienda, Felipe Larraín, firmaron el proyecto de ley de reforma tributaria que hoy ingresará a la Cámara de Diputados.
Son 1.500 millones de dólares lo que el Gobierno asegura que se recaudarán gracias a alzas en los impuestos, como el de primera categoría a las empresas a un 20 por ciento y para los alcoholes de graduación superior a los 40 grados.
Estos recursos se contrapondrán a las disminuciones en algunos gravámenes, como la reducción del impuesto a las personas y el de timbre y estampillas, lo que se traducirá en una recaudación tributaria que bordea los 700 a mil millones de dólares.
La totalidad de estos recursos serán destinados a una reforma educacional, que contempla, entre otras medidas, la extensión de la subvención escolar preferencial al tercer quintil y también a la enseñanza media.
Harald Beyer valoró ambas iniciativas y se refirió a un tema que ha quedado al margen, como son los cerca de 100 mil estudiantes endeudados con el crédito Corfo.
El secretario de Estado enfatizó que “el crédito Corfo no es ofrecido por el ministerio de Educación, es un crédito que no cumplió originalmente, en los gobiernos anteriores, con requisitos académicos, de mérito y socioeconómicos”.
“El Gobierno siempre está evaluando todas las alternativas, pero tiene que quedar claro que ese crédito no fue parte de la política social de este Gobierno y fue una situación inadecuada en gobiernos anteriores, que éste lo heredó y que está estudiando”, agregó.
En diálogo con Radio Universidad de Chile, el economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (CENDA), Hugo Fazio, calificó la iniciativa como “un crecimiento en términos netos tributarios muy modesto”, que además “no permite enfrentar los problemas sociales, por lo tanto, es absolutamente insuficiente”.
A esto, añadió que son mejoras que “no modifican la estructura tributaria chilena regresiva”, ya que no toca temas de fondo como el IVA: “No hay transformación de la estructura tributaria chilena que tenga un contenido importante si no se habla del cobre y no se toman medidas en relación con la extraordinaria riqueza que se saca de la gran minería cuprífera privada. Y tercero, del punto de vista del impuesto a las utilidades de las empresas, no se toca el problema fundamental, que es la existencia del Fondo de Utilidades Tributables (FUT), que es un escándalo gigantesco”, dijo.
Respecto al FUT, Fazio relativizó la real recaudación de impuestos que obtenga el Estado gracias al aumento del impuesto a las utilidades de las empresas: “Estos impuestos presentan dos condiciones: una es un crédito del punto de vista de la cancelación del impuesto a las personas y la segunda es que si bien la legislación chilena está concebida sobre la base de que se grava la utilidad obtenida, con la existencia del FUT, para muchas empresas, sobre todo para las grandes, eso no se cumple. Mientras no se imponga tributar por eso, el tan pregonado aumento del 17 al 20 por ciento tiene bastante de falacia”, explicó.
Sobre el descuento de impuestos a familias a partir de sus gastos en educación, Fazio aclaró que la medida no va a beneficiar a las familias que tengan a sus hijos en colegios municipales.
Esta medida sólo ayudaría a las familias con hijos en colegios subvencionados y particulares pagados: “En los establecimientos subvencionados se paga una cantidad relativamente pequeña, se hace un aporte de los hogares o los padres. Eso va a permitir un descuento y si se establece un mínimo bastante bajo, sería una medida positiva. Ahora, el problema más grave es que hace que el Estado pase a subvencionar a los colegios privados y eso me parece una medida realmente increíble”, señaló.
Finalmente, el académico afirmó que el proyecto de ley va por una vereda opuesta a lo planteado por la OCDE, organismo que recomendó a Chile aumentar los tributos y mejorar la estructura tributaria chilena, en términos progresivos.