Una línea de pobreza distinta articula este estudio, que no se basa en la definición del Ministerio de Planificación, sino que considera al 40 por ciento más pobre de la población capitalina. Bajo este nuevo parámetro se entrevistó a 404 personas de distintos sexos y edades de las comunas de El Bosque, Renca, Cerro Navia, La Granja, Puente Alto, Pudahuel y Lo Prado.
De ellos un 46, 6 por ciento señaló que él o el jefe de hogar han quedado sin trabajo. Una cifra que, si bien se sitúa por debajo de los años 2009 y 2010, sigue mostrando la precaria situación económica de los hogares chilenos, donde la población más vulnerable depende económicamente en un 100 por ciento del empleo.
Además, un 42 por ciento de ellos declara que las oportunidades de obtener un trabajo son “malas o muy malas”, cifra que aumenta cuatro puntos en el 2011. Las principales razones de los despidos son “por necesidad de la empresa”, o porque se acabó una faena o un trabajo temporal, lo que nuevamente pone en evidencia esta precariedad.
Así, tres de cinco encuestados niega que todos tengan las mismas oportunidades para acceder a un empleo y un 80 por ciento de los encuestados afirmó que “hay poco apoyo estatal para que los pobres obtengan un trabajo digno”. Una situación preocupante cuando un 58 por ciento señala que “los sindicatos no tienen tanta influencia como antes”, tal como indicó el economista e investigador, Marcelo Yáñez.
“Los sindicatos tienen un peso relativamente menor dentro de las relaciones laborales. Todos sabemos que en Chile la tasa de sindicalización es ostensiblemente baja y las herramientas que tienen para poder lograr mejores condiciones laborales son limitadas, por ende, los trabajadores no perciben que los sindicatos sean una herramienta eficaz para lograr mejores condiciones y, al mismo tiempo, las empresas también utilizan incentivos para desestimular la sindicalización”, sostuvo el experto.
El problema continúa: un 62 por ciento plantea que “no existe respeto por los trabajadores”, visión que subió casi 16 puntos respecto al año anterior. Además, la gran mayoría duda de las autoridades y cree que la crisis económica internacional si nos golpeará.
Y si bien hay algunos avances en temas como la creación del seguro de cesantía, un 75 por ciento señala que hay poca información sobre cómo hacer uso de él y, en general, de los beneficios entregados por las distintas políticas públicas. Además, un 66 por ciento de los trabajadores está exigiendo la creación de una AFP estatal.
De más está decir que la población más vulnerable de Chile es crítica del mundo político y la acción del Estado. Los senadores y diputados fueron calificados con una nota promedio de 2.9, los partidos políticos con un tres y el Estado con un 3,2. Las mejores evaluaciones son para las entidades ciudadanas: las municipalidades, la sociedad en su conjunto y los esfuerzos personales son las únicas con nota azul.
Para el investigador, estos datos sólo refuerzan la posición pesimista de la población más pobre, que se siente atrapada, sin oportunidades y sometida a una constante discriminación.