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Malos hábitos alimenticios de los chilenos pondrían en jaque a la “Ley del Súper 8”

Si bien los expertos valoraron la aprobación del proyecto sobre rotulación de alimentos – que quedó listo para convertirse en ley este jueves – aseguraron que debe combinarse con una serie de medidas que ataquen a los hábitos poco saludables que tiene la población y que han influido en que un 25 por ciento del país, padezca de obesidad.

Loreto Soto

  Jueves 3 de mayo 2012 20:34 hrs. 
Kioskos de Golosinas Instituto Nacional

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Con una amplia mayoría, la Cámara de Diputados aprobó las indicaciones emitidas por el Ejecutivo – a través de un veto presidencial – al  proyecto sobre rotulado de alimentos. De esta forma, el texto quedó listo para convertirse en ley.

La iniciativa prohíbe la venta de comida chatarra en establecimientos educacionales de párvulo,  enseñanza básica y media, e impide a las empresas que distribuyen alimentos con alto contenido graso, de sodio y azúcares, asociar sus productos a otras promociones como juguetes.

Además, la legislación establece que  los fabricantes de alimentos deberán informar en sus envases los ingredientes que contienen, incluyendo todos los aditivos expresados en orden decreciente de proporciones y su información nutricional desglosada por composición porcentual.

Si bien, la directora del Instituto de Nutrición y de Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile (INTA), Magdalena Araya, valoró la implementación de esta ley, afirmó que todavía existen falencias para avanzar en la prevención de lo que se ha denominado como la pandemia de la obesidad.

“El problema es muy complejo e intervienen varios factores, por ejemplo, la falta de cultura, de actividad física y los hábitos alimenticios que tengamos. Obviamente que la ley necesita ser reforzada con otro tipo de medidas como la educación y proveer de una variedad de alimentos que sean saludables entre los que podamos elegir correctamente. La ley ayuda en un cierto aspecto, pero se necesitan otras medidas también”, sostuvo la doctora.

Precisamente, es el factor cultural lo que preocupa a los expertos, quienes señalan que no basta con una ley para convencer a las personas respecto de los beneficios de una alimentación sana.

En la actualidad, Chile es el país con índices de prevalencia de obesidad infantil más altos del mundo. De hecho, según la Encuesta Nacional de Salud de 2010 un 19, 3 por ciento de los niños entre 3 y 17 son obesos.

Y el panorama en la población adulta no es muy distinto. De acuerdo a la misma medición el promedio nacional de obesidad asciende al 25, 1 por ciento.

En esa línea, el diputado DC integrante de la comisión de Salud, Víctor Torres, advirtió la necesidad de implementar políticas públicas que apunten a la educación de los menores y a fuertes campañas que logren concientizar los padres sobre la importancia de este tema.

“Esto tiene que estar complementado siempre con políticas orientadas a poder generar un cambio cultural en las costumbres que últimamente ha adquirido la población chilena y, particularmente, los niños. El tiempo que estamos viviendo ha impulsado un estímulo hacia comidas que no son sanas y, en ese sentido, es necesario crear consciencia en la población”, dijo el parlamentario.

Profesionales del área de la salud también han llamado la atención respecto de la relevancia que tiene la actividad física en esta ecuación, considerando que más del 88 por ciento de los chilenos son sedentarios.

Por otro lado, también se advirtió sobre el rol de las empresas productoras de alimentos a la hora de generar productos que tengan un mayor valor nutricional que los que hoy se están vendiendo en el mercado chileno.

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