Los cinco acusados de organizar los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, incluido el autoproclamado cerebro Jaled Cheij Mohamed, comenzaron a comparecer este sábado ante un tribunal militar de Guantánamo, en la isla de Cuba.
“La acusación está lista para que proceda en el caso de (los ataques de) Jaled Cheij Mohamed contra Estados Unidos”, declaró el fiscal principal, general Mark Martins.
Jaled Cheij Mohamed, un kuwaití de 47 años, el yemení Ramzi ben al Chaiba, el paquistaní Alí Abd al Aziz Alí, alias Mohamed al Baluchi, y los saudíes Walid ben Atach y Mustafá al Husaui, serán acusados de “ser responsables de la preparación y ejecución de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York, Washington y Shanksville (Pensilvania, noreste), que mataron a 2.976 personas”, informó previamente el Departamento de Defensa estadounidense.
Los acusados podrían recibir la pena capital por la muerte de las 2.976 víctimas del atentado.
Se trata de la primera vez que aparecen en público, luego de más de tres años. Estaban sentados, guardando distancia entre unos y otros, cuatro de ellos sin esposas en las manos, vestidos con uniformes blancos y algunos portaban un pequeño sombrero musulmán, constató un periodista de la AFP.
Jaled Cheij Mohamed, el cerebro autoproclamado de los ataques, llevaba una larga barba. Su abogado, David Nevin, anunció que su cliente probablemente no hará declaraciones en la audiencia porque “tiene profundas preocupaciones sobre la imparcialidad del proceso”.
El juez James Pohl se aseguró de que su silencio obedecía a una “decisión” propia.
El abogado de Ben Atach pidió por su parte que su cliente, el único con esposas en sus manos, fuera liberado de ellas, argumentando el “dolor” que le provocaban. El juez accedió tras asegurarse de que el acusado se comprometía a “portarse de manera apropiada” y precisó estaba esposado debido a su “comportamiento en el exterior”, antes de la audiencia.
Otro de los acusados, Ben al Chaiba, súbitamente se puso de pie y se arrodilló varias veces para rezar, interrumpiendo los debates.
Los representantes de las familias presentes en la base naval estadounidense en Cuba fueron seleccionados por sorteo para asistir al juicio del sábado. Las demás familias podrán acompañar la audiencia en pantallas gigantes colocadas en cuatro bases militares en suelo estadounidense.
El presidente estadounidense Barack Obama quería que el juicio tuviera lugar en Manhattan, muy cerca de donde se erigían las Torres Gemelas. Pero fue impedido por la oposición republicana en el Congreso, que bloqueó la transferencia a territorio estadounidense de acusados de terrorismo.
Algunas autoridades consideran que los tribunales de Guantánamo son “injustos”, “ilegítimos” y que representan una “justicia de segundo plano”, algo nefasto para la imagen de Estados Unidos.
“La Historia mantendrá vivo el recuerdo de un grave error”, dijo a la AFP el coronel Morris Davis, exprocurador jefe en la base naval estadounidense en Cuba, cuyo controvertido sistema fue creado por el expresidente George W. Bush tras los ataques de 2001 en Nueva York y Washington.
Estos tribunales “han sido reformados una y otra vez y no hay manera de rehabilitarlos”, agregó el coronel Davis. “Socavamos nuestra autoridad moral y pusimos en riesgo nuestros principios por al menos diez años”, sostuvo.
Sin embargo, su sucesor, general Mark Martins, aseguró a la AFP que el tribunal militar “establecido por cinco actas del Congreso, establecen varias garantías fundamentales”.
“Tomamos en cuenta su preocupación”, dijo a los abogados de la defensa un día antes de la audiencia, pero “vamos a aplicar la ley y este proceso será justo”, prometió a la prensa.