Un 69 por ciento de los más de tres mil egresados de Pedagogía General Básica, que en diciembre de 2011 rindieron voluntariamente la Prueba Inicia, tienen un nivel insuficiente de conocimientos de las materias que deben impartir en el aula.
Los futuros docentes debieron responder dos pruebas, una que medía sus destrezas pedagógicas – donde el 42 por ciento respondió de forma insuficiente – y otra que evaluaba sus conocimientos en Lenguaje y Comunicación, Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, que arrojó el 69 por ciento de insuficiencia.
Ante esto el ministro de Educación, Harald Beyer, comentó que estos resultados son “preocupantes porque indican también que las universidades y los institutos profesionales que los están formando, no les están entregando las herramientas adecuadas, por lo tanto, aquí la responsabilidad también es de las instituciones de educación superior”.
Para el secretario de Estado, esto se resuelve con una prueba INICIA obligatoria y con el cambio del actual sistema de acreditación de la calidad de la educación superior.
“Lo que va a pasar con este sistema que estamos proponiendo, por un lado, la prueba habilitante y obligatoria, pero también con el sistema de acreditación que considera estos indicadores, las universidades van a tener que ir monitoreando cómo avanzan los estudiantes, sino después se van a encontrar con los resultados pero con consecuencias. En un sistema como el que estamos planteando, lo que creemos que va a suceder es que las universidades van a empezar a evaluar cómo les está yendo a sus alumnos y van a tomar las decisiones que correspondan”, explicó el titular de Educación.
Sin embargo, el coordinador ejecutivo de la fundación Elige Educar, criticó que este instrumento se aplique al final del proceso de formación profesional.
“Si sabemos que hoy las universidades no están dando una formación necesitamos aumentar las exigencias a los planteles para impartir estas carreras y al mismo tiempo a las personas que quieren estudiar. Eso es determinante hacerlo al inicio y no necesariamente al final. Un primer paso puede ser tener un examen habilitante ahora, pero hacia adelante debiéramos tender, ojalá en el corto plazo, a tener mayores exigencias al momento de entrar y para los establecimientos que quieren impartir todas las carreras de educación”, sostuvo.
Una realidad que contrasta con una investigación realizada por por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE) de la Universidad Alberto Hurtado, que muestra que el 94 por ciento de los profesores egresados se sienten satisfechos con su nivel de conocimientos.
“En esa encuesta el 85 por ciento de los profesores consultados están satisfechos con la formación inicial recibida y el 94 por ciento de ellos se siente preparado o muy bien preparado para ejercer la docencia. Eso en oposición con lo que nos informaron de que casi el 70 por ciento de los profesores reprueba en conocimientos disciplinares”, señaló Andrea Ruffinelli, encargada del sondeo.
Las instituciones de peores resultados fueron la Universidad de las Américas, la Bernardo O´Higgins, la Universidad del Mar y el Instituto Profesional de Chile. En estos casos el 66 por ciento de sus egresados tienen resultados absolutamente insuficientes.
Un 69 por ciento de los más de tres mil egresados de Pedagogía General Básica, que en diciembre de 2011 rindieron voluntariamente la Prueba Inicia, tienen un nivel insuficiente de conocimientos de las materias que deben impartir en el aula.
Los futuros docentes debieron responder dos pruebas, una que medía sus destrezas pedagógicas – donde el 42 por ciento respondió de forma insuficiente – y otra que evaluaba sus conocimientos en Lenguaje y Comunicación, Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, que arrojó el 69 por ciento de insuficiencia.
Ante esto el ministro de Educación, Harald Beyer, comentó que estos resultados son “preocupantes porque indican también que las universidades y los institutos profesionales que los están formando, no les están entregando las herramientas adecuadas, por lo tanto, aquí la responsabilidad también es de las instituciones de educación superior”.
Para el secretario de Estado, esto se resuelve con una prueba INICIA obligatoria y con el cambio del actual sistema de acreditación de la calidad de la educación superior.
“Lo que va a pasar con este sistema que estamos proponiendo, por un lado, la prueba habilitante y obligatoria, pero también con el sistema de acreditación que considera estos indicadores, las universidades van a tener que ir monitoreando cómo avanzan los estudiantes, sino después se van a encontrar con los resultados pero con consecuencias. En un sistema como el que estamos planteando, lo que creemos que va a suceder es que las universidades van a empezar a evaluar cómo les está yendo a sus alumnos y van a tomar las decisiones que correspondan”, explicó el titular de Educación.
Sin embargo, el coordinador ejecutivo de la fundación Elige Educar, criticó que este instrumento se aplique al final del proceso de formación profesional.
“Si sabemos que hoy las universidades no están dando una formación necesitamos aumentar las exigencias a los planteles para impartir estas carreras y al mismo tiempo a las personas que quieren estudiar. Eso es determinante hacerlo al inicio y no necesariamente al final. Un primer paso puede ser tener un examen habilitante ahora, pero hacia adelante debiéramos tender, ojalá en el corto plazo, a tener mayores exigencias al momento de entrar y para los establecimientos que quieren impartir todas las carreras de educación”, sostuvo.
Una realidad que contrasta con una investigación realizada por por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE) de la Universidad Alberto Hurtado, que muestra que el 94 por ciento de los profesores egresados se sienten satisfechos con su nivel de conocimientos.
“En esa encuesta el 85 por ciento de los profesores consultados están satisfechos con la formación inicial recibida y el 94 por ciento de ellos se siente preparado o muy bien preparado para ejercer la docencia. Eso en oposición con lo que nos informaron de que casi el 70 por ciento de los profesores reprueba en conocimientos disciplinares”, señaló Andrea Ruffinelli, encargada del sondeo.
Las instituciones de peores resultados fueron la Universidad de las Américas, la Bernardo O´Higgins, la Universidad del Mar y el Instituto Profesional de Chile. En estos casos el 66 por ciento de sus egresados tienen resultados absolutamente insuficientes.
Un 69 por ciento de los más de tres mil egresados de Pedagogía General Básica, que en diciembre de 2011 rindieron voluntariamente la Prueba Inicia, tienen un nivel insuficiente de conocimientos de las materias que deben impartir en el aula.
Los futuros docentes debieron responder dos pruebas, una que medía sus destrezas pedagógicas – donde el 42 por ciento respondió de forma insuficiente – y otra que evaluaba sus conocimientos en Lenguaje y Comunicación, Matemáticas, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales, que arrojó el 69 por ciento de insuficiencia.
Ante esto el ministro de Educación, Harald Beyer, comentó que estos resultados son “preocupantes porque indican también que las universidades y los institutos profesionales que los están formando, no les están entregando las herramientas adecuadas, por lo tanto, aquí la responsabilidad también es de las instituciones de educación superior”.
Para el secretario de Estado, esto se resuelve con una prueba INICIA obligatoria y con el cambio del actual sistema de acreditación de la calidad de la educación superior.
“Lo que va a pasar con este sistema que estamos proponiendo, por un lado, la prueba habilitante y obligatoria, pero también con el sistema de acreditación que considera estos indicadores, las universidades van a tener que ir monitoreando cómo avanzan los estudiantes, sino después se van a encontrar con los resultados pero con consecuencias. En un sistema como el que estamos planteando, lo que creemos que va a suceder es que las universidades van a empezar a evaluar cómo les está yendo a sus alumnos y van a tomar las decisiones que correspondan”, explicó el titular de Educación.
Sin embargo, el coordinador ejecutivo de la fundación Elige Educar, criticó que este instrumento se aplique al final del proceso de formación profesional.
“Si sabemos que hoy las universidades no están dando una formación necesitamos aumentar las exigencias a los planteles para impartir estas carreras y al mismo tiempo a las personas que quieren estudiar. Eso es determinante hacerlo al inicio y no necesariamente al final. Un primer paso puede ser tener un examen habilitante ahora, pero hacia adelante debiéramos tender, ojalá en el corto plazo, a tener mayores exigencias al momento de entrar y para los establecimientos que quieren impartir todas las carreras de educación”, sostuvo.
Una realidad que contrasta con una investigación realizada por por el Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (CIDE) de la Universidad Alberto Hurtado, que muestra que el 94 por ciento de los profesores egresados se sienten satisfechos con su nivel de conocimientos.
“En esa encuesta el 85 por ciento de los profesores consultados están satisfechos con la formación inicial recibida y el 94 por ciento de ellos se siente preparado o muy bien preparado para ejercer la docencia. Eso en oposición con lo que nos informaron de que casi el 70 por ciento de los profesores reprueba en conocimientos disciplinares”, señaló Andrea Ruffinelli, encargada del sondeo.
Las instituciones de peores resultados fueron la Universidad de las Américas, la Bernardo O´Higgins, la Universidad del Mar y el Instituto Profesional de Chile. En estos casos el 66 por ciento de sus egresados tienen resultados absolutamente insuficientes.
