Un 9,8 por ciento en la inflación de los alimentos anual acumuló Chile a marzo de este año, reportó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Este indicador se vio influenciado, principalmente, por la variación en 13, 1 por ciento de los tomates y de 7 por ciento en las hortalizas, seguidos en menor medida por incrementos en la carne de vacuno y los tubérculos.
Un escenario que contrastó con la tendencia registrada en el resto de Latinoamérica, donde la inflación alimentaria se redujo levemente durante el tercer mes de 2012, promediando un 8,3 por ciento.
En esa línea, Alan Bojanic, representante regional de la FAO, precisó que “a partir del último trimestre de 2011 se observa una tendencia de desaceleración de las tasas de inflación general y de alimentos en países como Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, Haití, Paraguay, Perú y República Dominicana”.
De todas formas, en la región este indicador se mantiene por sobre los niveles de la inflación general en todos los países.
Según explicó el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, en el caso de Chile esta variación se explicaría por elementos climáticos como la sequía, además del alza en el precio de los alimentos en todo el mundo.
“En los últimos años los precios internacionales han estado al alza. Eso por factores de mayor demanda en países emergentes, como climáticos que incidieron negativamente en las cosechas de algunos de los granos básicos”, comentó.
Una realidad que está golpeando, principalmente, a las personas de menores recursos. De hecho, de acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares elaborada por el INE, el quintil más vulnerable destina el 58 por ciento de sus ingresos mensuales sólo a alimentación.
Por lo mismo, el doctor en economía advirtió que, en los últimos años, son las capas bajas las que han experimentado una variación inflacionaria mayor que la del resto de los sectores socioeconómicos.
“Sube mucho más el costo de vida en la canasta de las personas más modestas a raíz del alza en los alimentos. Inversamente, si es que eso se desacelerara más rápidamente que otros precios, tendencias que según la FAO se está empezando a dar en otros países, esto puede favorecer a los grupos menos privilegiados. Por ahora, lo que podemos decir a ciencia cierta es que en los últimos doce meses la inflación ha sido varios puntos superior para las personas de menos recursos, que para el promedio del país”, señaló.
Ramos afirmó que este panorama no debería extenderse en el largo plazo y proyectó un aumento de este indicador en un 1,5 por ciento.