Dos acontecimientos extraordinarios

  • 16-05-2012

Las asambleas de accionistas no suelen ser algo fuera de lo común, a menos que se trate del Bank of America, en cuyo caso podrían ser consideradas un ‘acontecimiento extraordinario’. De hecho, así declaró la ciudad de Charlotte, en Carolina del Norte, a la asamblea de accionistas del banco que tuvo lugar allí esta semana. Bank of America es actualmente el segundo banco más grande de Estados Unidos (después de JP Morgan Chase) y ha declarado activos por más de 2 billones de dólares. Además, es el banco “demasiado grande para quebrar” que aparece en las pancartas del movimiento Occupy Wall Street, un banco excesivamente especulativo que lucra, entre otras cosas, con la actual crisis hipotecaria y con la explotación de carbón contaminante.

Carolina del Norte, un estado que apoyó a Barack Obama en 2008, es uno de los estados sumamente disputado entre demócratas y republicanos en estas elecciones presidenciales. Las actuales encuestas de opinión indican que cualquier partido podría ganar en este estado familiarmente conocido como el ‘talón del alquitrán’. Los demócratas eligieron la localidad de Charlotte para realizar la Convención Nacional Demócrata este verano como forma de aumentar sus posibilidades de ganar allí. Para prepararse para el acontecimiento, el Concejo Municipal de la ciudad de Charlotte aprobó una enmienda del Código de la ciudad que permite al administrador de la misma declarar los denominados ‘acontecimientos extraordinarios’. La ordenanza está claramente estructurada de modo de otorgarle facultades adicionales a la policía para detener, registrar y arrestar a personas que se encuentren dentro de la zona del ‘acontecimiento extraordinario’, delimitada arbitrariamente. La ordenanza dice en un fragmento: “Será ilegal que cualquier persona…posea, lleve, controle o tenga acceso inmediato, en forma voluntaria o deliberada, a cualquiera de las siguientes cosas”, a lo que sigue una larga lista de artículos como bufandas, bolsos, mochilas, maletines y bolsos térmicos.

Cientos de personas participaron en la pacífica y enérgica manifestación realizada el miércoles frente a la sede del Bank of America en Charlotte. El colorido despliegue de pancartas creativas fue apoyado por los activistas que participaban en la asamblea y que, por ser accionistas, tenían derecho a hacer uso de la palabra. George Goehl, de la organización National People’s Action, que estaba en la asamblea, le contó a CNN acerca de la reacción del presidente de Bank of America, Brian Moynihan: “Eramos decenas de activistas que teníamos derecho a hablar, sin embargo, Moynihan lo evitó, desvió la atención y se negó a permitirlo. Se lo notó incómodo durante toda la sesión”.

Muchos activistas expresaron su indignación ante el papel que desempeñó el banco en el negocio de las hipotecas de alto riesgo y en la crisis hipotecaria que éste contribuyó a provocar. Como parte de un acuerdo federal acerca del fraude hipotecario generalizado, Bank of America accedió a pagar 11.800 millones de dólares. Apenas dos días antes de la manifestación, el banco anunció que estaba contactando a los primeros 5.000 de un total de 200.000 clientes titulares de hipotecas que tienen derecho a la modificación de su préstamo. El monto total de su hipoteca posiblemente se disminuya en hasta un 30%.

La semana pasada, activistas de la organización Rainforest Action Network (Red de Acción en defensa de los Bosques Tropicales o RAN, por sus siglas en inglés) se treparon a 30 metros de altura para colgar una pancarta en el estadio Bank of America en Charlotte, donde está programado que el Presidente Obama realice su discurso de aceptación de la candidatura demócrata el 6 de septiembre. La pancarta decía “Bank of America” con la palabra “America” tachada y reemplazada por “carbón”, de modo tal de que se leyera “Banco del Carbón”. RAN es parte de una coalición más amplia que lucha contra la práctica destructiva de la minería de voladura de montaña. La directora ejecutiva de RAN, Rebecca Tarbotton, me dijo: “Bank of America es el principal financiador de la minería de voladura de montaña, que es realmente la peor forma de minería existente. Básicamente, para extraer el carbón hacen explotar la cima de las montañas en los Apalaches y destruyen los hogares de la gente y contaminan las fuentes de agua, y eso sucede antes de que el carbón llegue a las plantas, donde se quema y genera contaminación del aire en las ciudades y en todo nuestro país. La minería de voladura de montaña es el peligro al que nos exponemos por nuestra dependencia de los combustibles fósiles”.

La amplia coalición que se movilizó tanto dentro como fuera de la asamblea de accionistas es un acontecimiento fundamental en el resurgimiento de Occupy Wall Street, y asimismo presagia posibles enfrentamientos con la campaña de reelección de Obama.

Obama responde a la presión. Tomemos, por ejemplo, el tema del matrimonio igualitario. En 1996, cuando realizaba su campaña para ingresar al Senado del estado de Illinois, Obama escribió que apoyaba el matrimonio entre personas del mismo sexo. Durante su campaña de 2008, Obama, que era entonces Senador, declaró: “Creo que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer”. Esta semana le dijo a ABC News: “Es importante que reafirme que creo que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse”.

Teniendo en cuenta el clima político, la decisión de Obama de apoyar el matrimonio igualitario es valiente, en particular apenas horas después de que los ciudadanos de Carolina del Norte votaran a favor de una enmienda constitucional que prohíbe el matrimonio entre personas del mismo sexo en dicho estado. Obama, un antiguo líder comunitario, sin duda recuerda las palabras de Frederick Douglass: “El poder no otorga nada si no se lo presiona. Jamás lo hizo y jamás lo hará”. La comunidad LGTB se organizó y se hizo oír, y la posición del presidente cambió.

Quienes se manifestaron dentro y fuera de la asamblea de accionistas del Bank of America esta semana (propietarios que luchan para no perder sus casas, ambientalistas, activistas de Occupy Wall Street) tendrán en cuenta el cambio de postura del presidente. Están decididos a continuar su lucha durante la Convención Nacional Demócrata y harán que realmente sea un ‘acontecimiento extraordinario’.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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