Con una gran cantidad de pancartas y chapitas alusivas a las protestas que se desarrollan en Freirina, a la candidatura de la ex Presidenta Michelle Bachelet y al montaje del denominado caso bombas, se desarrolló la cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera en el Congreso Nacional.

“La guerra de las chapitas” desatada entre los parlamentarios del oficialismo y la oposición – mientras los legisladores de la Alianza llevaban un distintivo que decía “Chile cumple”, los de oposición aludían a la ex Presidenta Michelle Bachelet- fue, sin embargo, una protesta silenciosa que no interrumpió la cuenta pública.

Pero igualmente las tensiones entre el oficialismo y la oposición, acrecentadas en los últimos días por las críticas de la Alianza al papel que jugó Michelle Bachelet después del terremoto, sumadas a la baja aprobación del Gobierno en las encuestas, impulsaron a Piñera a hacer un llamado a terminar con el clima de confrontación y  a pedir perdón en dos ocasiones durante su discurso. “Sé que hemos cometido errores y pido perdón por ellos”, dijo.

El Jefe de Estado comenzó su presentación enfatizando en los 219 proyectos de ley enviados por el Ejecutivo y aprobados por el Poder Legislativo, por lo que agradeció a los parlamentarios.

El primer punto de su balance lo dedicó a las consecuencias del terremoto y al avance en el proceso de reconstrucción. “Hoy puedo afirmar responsablemente que tres cuartas partes de esa tarea de reconstrucción ya están cumplidas, pero aún no ha finalizado, todavía quedan muchas familias esperando ayuda y muchas obras por completar o reparar”, señaló.

Uno de los puntos más controversiales que ha debido enfrentar el actual gobierno son las demandas ciudadanas por una reforma integral a la educación, que asegure gratuidad y calidad para todos. Y aunque se esperaba algún anuncio en esta materia, el Mandatario detalló los avances, como la creación de la Agencia de Calidad, la Superintendencia de Educación, los cambios en el crédito para la educación superior que sacan a los bancos del sistema y el aumento de los recursos y las becas, al tiempo que reiteró la negativa de su administración a ceder a la solicitud de educación gratuita y llamó a los jóvenes a valorar los esfuerzos.

“En un país con tantas carencias y desigualdades no nos parece justo que el Estado con los recursos de todos los chilenos financie la educación de los más favorecidos”, afirmó.

En este sentido, reiteró la defensa al lucro en la enseñanza por medio de una “sociedad docente” y señaló que la reforma “busca respetar y proteger la libertad de los padres de elegir la educación de los hijos, y la libertad de los ciudadanos para emprender en el mundo de la educación”.

En la agenda social, Piñera anunció el envío de un proyecto de ley que otorgará un bono solidario de alimentos de 40 mil pesos, destinado a paliar las alzas en los precios, que favorecerá a 6 millones de personas y un subsidio estatal para adultos mayores.

Además, el Presidente valoró la aprobación del ingreso ético familiar como uno de los pilares de la política social del Gobierno.

En materia económica, el Mandatario destacó el crecimiento del seis por ciento anual que ostenta el país y el importante aumento en la creación de empleos, llegando a 700 mil, según detalló.

Uno de los anuncios que más llamó la atención fue la licitación internacional para la construcción de un puente que unirá Chiloé con el continente, un proyecto originado en el gobierno de Ricardo Lagos y que quedó estancado durante la administración de Michelle Bachelet.

Los temas medio ambientales fueron abarcados desde la escasez del agua y la generación de energía, donde criticó la matriz basada en los hidrocarburos, responsabilizando de su aprobación a los gobiernos anteriores.

Piñera destacó la creación de una Estrategia Nacional de Recursos Hídricos y una de Energía y reiteró la necesidad de duplicar la generación de electricidad en los próximos años, de aprovechar los recursos hídricos en este sentido y de aprobar una carretera eléctrica pública, abierta a todos los actores, en un claro guiño a Hidroaysén y otras hidroeléctricas que se buscan construir en la Patagonia.

En el ámbito de las reformas políticas, se esperaba que el Mandatario anunciara el proyecto que da derecho a voto a los chilenos residentes en el extranjero, y aunque nombró esta iniciativa en su Mensaje, agregó “que mantengan vínculos con el país” respaldando con esto los planteamientos de la UDI en esta materia.

Luego de un discurso que se extendió por cerca de dos horas, y en que no estuvieron ausentes las alusiones a personajes o familias ejemplares como una costumbre instaurada por las anteriores administraciones, el Presidente se manifestó conforme con su gestión: “Honestamente, haciendo un balance objetivo, siento que hemos cumplido con Chile”, dijo, pero luego reiteró su mea culpa por los errores cometidos.

Acarreo

Mientras en el interior del Salón de Honor el Presidente rendía cuentas al Congreso, en el exterior y en las redes sociales se desataba un escándalo por las denuncias de acarreo de manifestantes que apoyaran al gobierno.

Según reveló Chilevisión, las personas que se encontraban afuera del Congreso con pancartas de respaldo a Piñera fueron llevadas sin conocimiento de lo que debían hacer y con la excusa de ir a un paseo a la playa.

Los “manifestantes” declararon en televisión que los habían subido a un bus, les habían dado “un jugo, un chocman y unas galletas” y los habían instalado en la puerta del Parlamento a esperar la salida del Mandatario.

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