Luego de sesenta años de régimen militar expresado en distintos mandos, el pueblo egipcio respondió de forma masiva en el primer día de elecciones. Más de 54 millones de electores integran los registros para estos comicios presidenciales, luego de 15 meses de la caída de Hosni Mubarak.
El Ejército egipcio sigue, sin embargo, teniendo el control y regulando un proceso de normalidad general en su primera jornada. Debido a la dispersión provocada por la presencia de 12 candidatos, es seguro que el resultado final se conocerá en la segunda vuelta del próximo 16 y 17 de junio, momento en que definirá el traspaso del poder desde los militares a quien triunfe en estas elecciones.
De los candidatos que protagonizan la primera disputa electoral luego de “la primavera árabe”, destaca el ex secretario general de la Liga Árabe, Amro Musa; el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi y el islamista Abul Futuh.
Musa y Futuh protagonizaron el primer debate presidencial de la historia egipcia, divididos sobre el rol de la religión en el poder. Futuh recibió críticas por su militancia en el movimiento islámico, mientras Musa fue emplazado por servir al régimen hasta 2001.
La mayor incógnita es Mursi. El hasta ahora presidente de Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes, entró en la contienda en la recta final. Según los analistas, este ingeniero formado en la Universidad de California tiene el reto de sorprender en la votación.